Pasos Perdidos

La vieja guardia de ERC, contra Oriol Junqueras

Los líderes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Puigcercós (derecha) y Joan Ridao (izquierda), durante la reunión del Consejo Nacional del partido en Barcelona, donde Oriol Junqueras (centro) fue proclamado candidato para las elecciones europeas .
12/10/2024
3 min

BarcelonaAún queda mes y medio para que ERC elija nuevo presidente, pero todo el mundo empieza a sacar la artillería pesada. Sobre el papel, existen dos candidaturas que destacan sobre el resto. La de Oriol Junqueras y la de Xavier Godàs. De esta última se sabía que era la preferida de buena parte de la dirección actual, empezando por la secretaria general, Marta Rovira, pero esta semana quedó claro que también lo es de la vieja guardia del partido.

Los misiles dirigidos a la línea de flotación del junquerismo los lanzó Xavier Vendrell –exconseller y exsecretario de organización de ERC– el martes en Catalunya Ràdio. Comparó a Junqueras con Carod-Rovira, Àngel Colom y Joan Hortalà, para avanzar que, si pierde, dentro de un año ya no militará en ERC; restó importancia a su papel en el 1-O; le acusó de desleal por haber hablado con Salvador Illa a la espalda de Rovira y le criticó que nunca se moje en las decisiones trascendentales. ¿Por qué fue tan duro? Porque Junqueras no ha aceptado retirarse: "Con una transición ordenada no lo habríamos explicado".

A Vendrell le han seguido otros históricos del partido. En TVE, Joan Manuel Tresserras –exconseller y ex presidente de la Fundación Irla– apuntó que a Junqueras “le cuesta leer el momento político y entender que ha habido un cambio de ciclo”. Su nombre está en la lista de antiguos dirigentes que reclaman a Junqueras que lo deje estar. "Necesitamos personas a la cabeza que aglutinen y sumen, no que dividas", resumió Joan Puigcercós, expresidente de ERC y ex conseller. A su lado, Carme Forcadell, Marina Llansana, Josep Huguet, Marta Cid... y los que el jueves no estaban en cuerpo pero sí en alma como Joan Ridao, Ernest Benach o Anna Simó. Prácticamente todos menos Joan Tardà.

Todos ellos tienen al menos tres cosas en común. Se les presupone la autoridad moral de haber representado al partido en algún momento; firmaron el manifiesto que reclamaba una transición tranquila de liderazgos y apoyan a Godàs y Nova Esquerra Nacional.

El paso junto al 2011

Puigcercós es quién mejor representa el mensaje que quieren hacer llegar a los militantes republicanos. Él dio un paso al lado tras el fracaso electoral del 2010 –y de la guerra fratricida del congreso del partido del 2008– precisamente para dar un relevo pacífico con Junqueras. Y la vieja guardia del partido le acompaña. Pero Junqueras lleva meses se reflejó en la estrategia de Pedro Sánchez para recuperar el liderazgo del PSOE. En 2017 no sólo Felipe González y Alfonso Guerra apoyaron a Susana Díaz, también a José Luis Rodríguez Zapatero. Hace meses que Junqueras recorre Catalunya encontrándose con militantes para explicarles precisamente que la vieja guardia y la dirección del partido le han repudiado y que él recuperará el partido para las bases. Y les plantea una pregunta: ¿por qué forzarle a retirarse en lugar de intentar demostrar a la militancia que hay un candidato mejor?

Los detalles de la semana

1.
Adiós a Tsunami Democrático
Imatge del compte de Telegram del Tsunami Democràtic

Más allá de la Audiencia Nacional, de Tsunami Democrático no se sabe nada desde hace casi cinco años. ¿Qué significa esto? Que el soberanismo no está movilizado pero también que las aplicaciones de mensajería están inactivas. Esta semana Telegram ha detectado que el usuario no tenía actividad desde hacía once meses. Si en los próximos 28 días nadie lo cambia, Tsunami Democrático desaparecerá también de la red.

2.
Una fuente que no es una cafetera
El president de la Generalitat, Salvador Illa, 
ahir al Parlament. DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Una fuente de agua puede llegar a generar muchos quebraderos de cabeza si no se entiende su funcionamiento. Y si no que se lo digan a una diputada del PP, que el pasado jueves en el Parlament no entendía que no cayera el agua cuando intentaba llenarse un vaso pulsando el botón una sola vez como si se tratara de una cafetera. Por suerte, al rato alguien le recordó que para que cayera el agua había que pulsar el botón unos segundos.

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