Abusos sexuales

"Me abrazó y dijo que se me follaría. Era mi profesor de filosofía"

Nueve alumnas denuncian a un docente del Institut Dolors Mallafrè de Vilanova i la Geltrú por acoso sexual y abusos

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El patio del Instituto  Dolors Mallafrè de Vilanova i la Geltrú

Vilanova i la Geltrú / Barcelona"Me daba asco y me hacía sentir muy incómoda. Era como si me hubiera violado la mente", dice una chica. "Nos tocaba el hombro, la espalda, el pelo, el brazo. Le decíamos que no lo hiciera, pero él lo hacía una y otra vez", explica la otra. Las dos han sido alumnas de bachillerato en el Institut Dolors Mallafrè de Vilanova i la Geltrú. Durante los dos últimos cursos –entre el 2020 y el 2022–, ellas y al menos siete estudiantes más han denunciado acoso sexual y abusos por parte de Xavier Pascual, que era su profesor en las asignaturas de filosofía y sociología. El docente, de 46 años, las perseguía con comentarios sexuales y tocamientos de manera insistente. Después de quejarse en tres ocasiones a la dirección del centro, nueve alumnas denunciaron al profesor a los Mossos d'Esquadra. El hombre tiene varias órdenes de alejamiento y no puede acercarse al instituto. El departamento de Educación lo ha suspendido cautelarmente de funciones de manera temporal. El ARA ha intentado contactar sin éxito con él.

En las primeras clases de filosofía, las chicas se encontraron con que el profesor hablaba abiertamente y de manera continuada sobre la sexualidad. "Nos explicó que se masturbaba con anuncios de champú y nos pidió que hiciéramos un trabajo de ética con contenido sexual", señala una de las chicas. "Un día llevaba un top, acabé un examen, me miró y dijo: «Madre mía»", explica otra. El profesor tenía estos comportamientos reiteradamente, hasta el punto de que las estudiantes lo hablaban entre ellas y también lo habían comentado con su tutora, que les dijo que "no se podía hacer nada". Algunas de las alumnas decidieron ir directamente a hablar con el director del instituto. "Nos dijo que miraría qué podía hacer y nos pidió discreción", dice una de ellas. 

Por Sant Jordi, una de las chicas tuvo una fuerte discusión con una compañera y el profesor lo vio. "Empezó a abrazarme y a tocarme la cara y la boca. No sabía cómo reaccionar, estaba muy confundida", dice la alumna. "Nos abrazaba por detrás, intentaba cogernos confianza, iba de amigo", explica otra chica. Las dos sentían "un asco terrible" ante el comportamiento del profesor y empezaron a evitarlo. "Pasaba de él, lo miraba mal. Él lo veía, notaba que me daba asco", señala una de ellas. "No quería plantarle cara y que esto me perjudicara más", añade la otra.

"Solo quería marcharme"

Durante un viaje a Madrid este año con la clase, los comentarios sexuales y los tocamientos se intensificaron. La primera noche los estudiantes salieron de fiesta con el profesor. "Muchos éramos menores, pero él nos coló en la discoteca y nos compraba las copas", recuerda una alumna. Muy entrada la noche, la chica salió a la calle y él la siguió. "Me decía: «Tengo unas fantasías contigo. Las cosas que te quiero hacer y no puedo». No sabía qué responderle, me marché disimulando", explica la estudiante. Al día siguiente él coincidió con ella y otra alumna en un restaurante. "Nos explicó toda su vida sexual, nos decía que le gustaba que le mordieran los pezones y nos preguntaba todo el rato qué nos gustaba a nosotras y si éramos vírgenes. No paraba de hablar e insistía para que bebiéramos alcohol hasta que nos encerramos en el lavabo. Yo estaba en shock, quería llorar. Él era la autoridad y me daba mucho miedo por las notas", sigue explicando la alumna. Ese mismo día las acompañó a otro bar –"Nos hizo sentarnos al final del local, dijo que no quería que lo vieran con menores de edad"– y seguía insistiendo con gestos lascivos y peticiones sexuales. "Nos dijo que quería hacer un trío con nosotras. Yo sentía escalofríos, solo quería marcharme. Cuando nos levantamos dijo: «Vengo con vosotras a la habitación y follamos». Le respondimos: «No, gracias»".

Ese día, al atardecer, ella no se encontraba bien, pero salió de fiesta con el resto de compañeros. "Tenía fiebre y me pesaba el cuerpo. Me senté en el sofá de la discoteca y él vino a mi lado y me empezó a tocar la pierna. Me propuso ir a su apartamento a ducharme y me dijo que «si entraba en la ducha y follábamos no pasaba nada»", dice la chica. Él le recomendaba una y otra vez que se fuera y le decía que le pagaba el taxi hasta que ella accedió a marcharse sola. "Me dijo que me acompañaba a buscar el taxi. En la calle me abrazó y dijo que se me follaría. Era mi profesor de filosofía. Y cuando llegó el taxi él subió, cuando había dicho que no lo haría", sigue la estudiante. Dentro del coche, el profesor la atacó. "Se empezó a acercar mucho, me intentó poner la mano debajo del vestido y me intentó tocar los pechos. Yo no paraba de moverme, pero estaba acorralada. Cuando llegamos salí corriendo y le cerré la puerta. El taxista las bloqueó para que no pudiera salir y yo me encerré en el apartamento", dice la chica. 

Después de ese ataque, la alumna se sentía muy triste y avergonzada: "No podía parar de llorar, no sabía cómo explicárselo a mis padres". Abandonó la asignatura y siempre que veía al profesor lo esquivaba. Volvió a ir a hablar con el director para explicarle lo que había pasado durante el viaje y él les dijo que tomarían medidas y volvió a pedirles discreción, dice la chica. El docente adoptó una actitud muy agresiva hacia ella. Le decía que tenían que hablar en privado, pero ella no quería. Un día se le dirigió muy airado y ella se asustó tanto que se echó a llorar. Una profesora del instituto lo vio y la acompañó a hablar con el director, que entonces le dijo que pusiera una denuncia a los Mossos d'Esquadra. 

La respuesta del centro

"Al principio, cuando veía que tanto la dirección como los profesores lo minimizaban, pensaba que quizás era yo, que me estaba volviendo loca. Pero somos mucha gente de clases diferentes que lo hemos sufrido", sostiene una de las chicas. El padre de una de las estudiantes ha presentado una denuncia administrativa al departamento de Educación y al Síndic de Greuges por la respuesta del instituto. "No activaron el protocolo ni hicieron nada. Es muy grave. Dejamos a nuestras hijas en el instituto pensando que estarán seguras y resulta que no", dice el padre. 

En el centro aseguran que no tienen constancia de más denuncias más allá de las tres iniciales que comportaron la detención del docente, el 15 de junio. El instituto mantiene silencio sobre el caso, puesto que está judicializado, pero se defiende asegurando que apenas recibieron las quejas de las alumnas iniciaron "actuaciones", sin detallar en qué consistieron estas actuaciones. Por otro lado, desde el departamento de Educación sostienen que tuvieron constancia de los hechos el día de la detención de Pascual y que se ha abierto una investigación para aclarar los hechos.

El profesor estaba vinculado a la política municipal, en este caso a ERC. El partido ya lo había suspendido de militancia al inicio de esta legislatura porque descalificó y despreció verbalmente a una compañera concejala de Sant Pere de Ribes, que acabó dimitiendo. 

Investigación

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