Sequía

Se agrava la sequía: los embalses ya están por debajo del 50% y se acercan las restricciones

El consumo disparado al inicio del verano acerca un escenario de restricciones

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Embassament de Siurana a el 33% de su capacidad

BarcelonaEste fin de semana los embalses de las cuencas internas de Catalunya han bajado por debajo del 50%. Los últimos datos sitúan el nivel actual en el 49,2%, un dato que no se veía desde el periodo de otoño-invierno entre 2017 y 2018, que es la última vez en la que se bajó de la barrera del 50%. Entonces fue a mediados de noviembre cuando el dato cayó por debajo del 50%, pero el punto más bajo fue el 43% al cual se llegó entre enero y febrero del 2018. Ahora el descenso será más rápido, porque el verano es la época de más consumo y de más evaporación, factores que aceleran la bajada de las reservas de agua. Habría que retroceder hasta la gran sequía del 2007-2008 para encontrar otro momento en el que las reservas de los embalses hayan bajado del 50%.

Los embalses se vacían rápidamente, pero lo harían todavía con más celeridad si no fuera por la aportación de agua de las desalinizadoras de El Prat y del Tordera, que desde el otoño, cuando se entró en el escenario de prealerta, trabajan casi a pleno rendimiento. Desde este momento las plantas han aportado unos 30 hm³ de agua al sistema, según datos de la Agencia Catalana del agua (ACA), un dato que equivale a un 8,5% del consumo de agua en el área metropolitana de Barcelona durante todo el año 2020.

A estas alturas la mayoría de las cuencas internas de Catalunya están en situación de prealerta y hasta que el nivel de los embalses no baje del 40% no se empezarán a aplicar restricciones. La única zona que está en alerta es la zona vinculada al acuífero Carme-Capellades, una situación que provoca algunas restricciones en 14 municipios de Anoia en los cuales hay un límite de 250 litros por habitante y día y una reducción del 25% del agua para usos agrícolas. Por el contrario, las abundantes precipitaciones del mes de marzo hicieron que en mayo el acuífero del Fluvià Muga pasara de situación de alerta a situación de normalidad.

Restricciones antes de acabar el verano

El ACA no tiene una previsión clara sobre cuándo los embalses podrían bajar del 40%, puesto que hay muchos factores que pueden influir sobre la evolución de las reservas, pero parece plausible pensar que, si no llegan lluvias significativas en las cabeceras de los ríos, antes de acabar el verano se podría haber entrado en el escenario de alerta: esto implicaría algunas primeras restricciones en el uso agrícola, limitaciones en el llenado de piscinas y un límite de consumo de 250 litros por persona y habitante.

El descenso en las reservas se ha visto claramente acentuado por los episodios de calor del tramo final de la primavera y del inicio del verano. Coincidiendo con los episodios de calor de finales de mayo y de mediados de junio, el consumo de agua en el ámbito Ter-Llobregat se disparó notablemente: durante la tercera semana de mayo y la segunda del mes de junio se consumió un 10% más de agua de lo que es habitual. Otro dato en este sentido lo encontramos a la cuenca del Segre. Durante el mes de junio el sistema de los embalses de Oliana-Rialb experimentó una bajada de casi 53 hm³ de agua. Con datos desde el 2007, el consumo de junio como máximo había llegado a los 20 hm³; es decir, durante junio los embalses de Oliana y Rialb han bajado a un ritmo más de 2,5 veces superior al del junio de más consumo de los últimos 15 años. El dato pone de manifiesto hasta qué punto un aumento de la temperatura debido al cambio climático comportará de por sí un descenso del agua disponible, independientemente de que llueva menos o no. Según datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, el consumo de junio en la cuenca del Segre ha sido equiparable a la de julio y agosto, como lo han sido también las temperaturas. El embalse de Rialb está al 27% y tiene un 46% menos de agua de la que suele tener en esta época del año. El de Oliana también se acerca al 50%, pero el resto de embalses catalanes de la cuenca del Ebro tienen niveles más normales para la época.

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