EDUCACIÓ

Bambú para adaptar los patios escolares al coronavirus

Un instituto de Castelldefels prueba el material para crear su mobiliario

Maria Ortega
3 min
Alumnes de l’Institut Josep Lluís Sert muntant la pèrgola al pati per poder-hi fer classes.

BarcelonaDe entre todas las cosas que ha trastornado la crisis del covid-19 está la concepción de los espacios de escuelas e institutos, que ahora necesitan como nunca crecer para dar más metros a los alumnos y hacerlo, sobre todo, en el exterior, donde el riesgo de contagio cae. Y muchos patios no pasarían un examen pandémico. Sea porque son pequeños, porque no tienen suficiente vegetación o porque quedan sometidos al sol sin ningún elemento que garantice una mínima sombra para que los alumnos puedan pasar el rato. Este último era el principal problema que se encontraba el equipo directivo del Instituto Josep Lluís Sert de Castelldefels a la hora de plantearse llevar al patio parte de su actividad lectiva: la falta de sombras y de elementos que hagan agradable la estancia en un espacio que, eso sí, es grande.

Sin embargo, como el tamaño no lo es todo, estos días se han sumergido en un proyecto piloto para cambiar la cara y la funcionalidad de su patio. Se trata de una iniciativa impulsada desde el Colegio de Arquitectos de Catalunya (COAC) y la consultora Bamboo Hub, con la arquitecta Greta Tresserra al frente, para que los mismos estudiantes se impliquen en el proceso de construcción de estructuras para hacer zonas de sombra y espacios donde se pueda poner vegetación.

Estructuras que tienen en común un elemento clave: están hechas de bambú. “Un recurso material maravilloso” para Tresserra, del que se enamoró en su etapa en Colombia, y del que elogia desde aspectos técnicos como la ligereza y la facilidad de trabajo, como aspectos medioambientales vinculados a su alta capacidad de “capturar” dióxido de carbono o de crecer de manera, obviamente, mucho más rápida que un árbol que pueda producir madera -algunas especies pueden crecer hasta un metro al día.

Por eso, ahora que la situación sanitaria obliga a tomar medidas urgentes, la idea es aprovechar el momento para construir las estructuras casi de un día para otro e incluir, también, el bambú como temática a tratar en diferentes asignaturas. “Explico a los estudiantes que las cañas que tienen en las manos tienen kilos de dióxido de carbono secuestrado”, detalla Tresserra. Es cierto, apunta incluso antes de que le pregunten, que el bambú no crece de forma natural en Europa, pero incluso teniéndolo que transportar desde Colombia -como el del instituto- remarca que la ganancia ecológica es inmensa porque el porcentaje de dióxido de carbono emitido en el viaje supone solo un 20% del que la planta puede absorber mientras crece.

Clases en la pérgola

Los impulsores del proyecto ven en lo que se está haciendo con el instituto una prueba piloto que podría extenderse al conjunto de centros educativos, pero también a otros espacios como coworkings u oficinas. De la mano de la propuesta, los alumnos de ESO y bachillerato de Josep Lluís Sert han cogido las herramientas y se han organizado en equipos para medir, cortar y conectar las cañas que se tienen que convertir en una gran pérgola, cubierta de ramas de flores que cambian de colores con el paso de las estaciones, y también una estructura más ligera, que servirá para poner un árbol y llenarla de vegetación para que añada verde al patio mientras el árbol no sea lo bastante grande.

“Nos encontrábamos que un grupo salía a hacer una sesión de plástica al patio pero no estaba a gusto, hacía lo que tenía que hacer en diez minutos y volvía. Ahora nos podremos plantear sacar la actividad al patio, hacer alguna materia bajo la pérgola”, explica el director del centro, Juan Manuel Cazorla, satisfecho con los resultados.

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