Barcelona pone en marcha el casting de los panots "del futuro"

BarcelonaBarcelona pone a prueba desde este martes a los que deben ser los futuros panots de la ciudad. El casting, que durará un año, se hará en el eje verde de la calle de Almogàvers, entre las calles Badajoz y Roc Boronat en Poblenou, y quiere evaluar el rendimiento de las tres propuestas de panot que ganaron el concurso impulsado por el anterior gobierno municipal para encontrar "el panot del siglo XXI". ¿Y cómo es? A primera vista, idéntico a los actuales, convertidos casi en icono pop de la ciudad, con la tradicional flor que ya decora no sólo calles, sino bolsas de ropa, camisetas y tazas de café. Los cambios llegan cuando se analiza el detalle, con unas piezas renovadas con "soluciones y tecnologías innovadoras" que buscan contribuir a una ciudad más sostenible.

Hasta final de año, el Ayuntamiento instalará en esta área del barrio del Parque y la Laguna del Poblenou hasta 2.500 metros cuadrados de estos tres nuevos modelos de panot, que pretenden reducir sustancialmente la huella de carbono, pero también limitar la contaminación acústica, promover la economía circular y amortiguar el efecto de manzana de calor. Una vez instalados, empezará un casting de doce meses para ponerlos a prueba. Se evaluará su resistencia, el grado de rotura de piezas, el comportamiento acústico, el deslizamiento, el desgaste por abrasión, la estabilidad cromática y el índice de reflectancia, la durabilidad, la filtración de agua, el grado de limpieza e, incluso, la adherencia de chicles. Un examen que, según el Ayuntamiento, debe permitir repensar la pavimentación de la ciudad desde una perspectiva más integral. "Buscamos el panot del futuro", ha resumido la teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet.

Los modelos ganadores

Los tres modelos que han ganado el concurso y que ahora se examinarán son el Panot del s. XXI, un proyecto liderado por Breinco y que presume de reducir hasta el 30% las emisiones de CO2 y de ayudar a reducir hasta 10 decibelios el ruido; el Panot+, impulsado por Constraula, del grupo Sorigué, que destaca por ser menos grueso que el habitual y promete la reducción de un 42% de emisiones de CO2; y elR3 Panot, liderado por Escofet, que es más grueso que el panot actual y que asegura que reduce un 70% la huella de carbono. Todas las propuestas comparten la utilización de áridos reciclados y de cemento proveniente de escorias en el proceso de fabricación.

¿Y qué pasará una vez acaben los doce meses de prueba? ¿El modelo que obtenga mejor nota en el examen será el que se instalará en toda la ciudad? Bonet ha precisado que no. Lo que se busca es sacar, de esta prueba piloto, lecciones sobre las virtudes y los inconvenientes de cada modelo para aplicar los aprendizajes en los futuros contratos de obra pública vinculados a la pavimentación. Es decir, si por ejemplo se constata que el uso de un determinado material reduce significativamente la contaminación acústica, se podría poner como requisito en un hipotético concurso.

La aportación municipal ha sido de 240.000 euros y el concurso lo ha pilotado BIT Habitat, la fundación municipal que impulsa la innovación urbana para responder a los retos sociales, económicos, tecnológicos y ambientales a los que se encara la ciudad.