Turismo

Barcelona retoma la ofensiva contra los pisos turísticos ilegales

Varias ciudades europeas pedirán a la UE una regulación global para la actividad de plataformas como Airbnb

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Dos visualizadores ayer en Barcelona en busca de posibles pisos turísticos ilegales.

BarcelonaAhora que los turistas ya han vuelto masivamente a Barcelona y que se han reabierto debates como el de la necesidad de fijar un límite a los cruceristas o descongestionar los puntos más conocidos, el Ayuntamiento considera que es el momento de retomar, también, la ofensiva contra los pisos turísticos ilegales. Esta batalla se luchó con fuerza durante el primer mandato de los comuns, cuando se consideraba que había unos 6.000 alojamientos fraudulentos en la ciudad, y quedó prácticamente abandonada durante los dos años de la pandemia. La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, sin embargo, ha anunciado hoy después de un encuentro con la alcaldesa de Amsterdam, Femke Halsema, que vuelven a poner a trabajar la maquinaria en esta dirección. Las dos alcaldesas han compartido los problemas de convivencia y de expulsión de vecinos que se derivan del alquiler ilegal de este tipo de alojamientos y del turismo masivo en general y han defendido que, después del verano, instarán a la Unión Europea a sacar adelante una regulación unitaria para el conjunto de plataformas donde se anuncian pisos turísticos.

Mientras esto no pasa, Barcelona mantiene su particular lucha contra Airbnb, que es la plataforma que define como más incumplidora. Con la reanudación del plan de choque ya se han rastreado unos 21.000 anuncios en diferentes plataformas y se han detectado 360 sin permiso; la mayoría, como ha apuntado Colau, en Airbnb. La cifra todavía es baja, pero el consistorio teme que se dispare si no se toman medidas. El plan municipal moviliza ahora una setentena de trabajadores, entre los cuales un equipo de 25 visualizadores que trabajan a pie de calle para detectar posibles alojamientos ilegales. Este equipo, de hecho, había llegado a estar formado por 40 personas, fruto de un acuerdo con ERC, que pidió reforzarlo, y se había marcado el reto de reducir a 0 la oferta ilegal en 2023. Por el medio, sin embargo, estalló una pandemia.

"Nos gusta que nos visiten y es positivo para la actividad económica, pero el turismo tiene que ser una actividad equilibrada y sostenible", ha defendido Colau después del encuentro en el Ayuntamiento con su homóloga en Ámsterdam. La alcaldesa de Barcelona ha remarcado que el objetivo de la ofensiva contra los anuncios ilegales no es recaudatorio y que irá acompañada de una campaña informativa enfocada a los clientes para pedirles que se informen bien de si el piso donde se alojan tiene o no licencia.

Multas de hasta 60.000 euros

Colau ha considerado que el aumento de precios de la vivienda y la expulsión de vecinos, ligados a la actividad turística, son un problema repetido en diferentes ciudades europeas y que, por eso, es necesario un marco normativo global que regule la actividad de estas plataformas. En Barcelona se exponen a multas de entre 3.000 y 60.000 euros si mantienen anuncios de pisos que no tienen licencia.

La alcaldesa de Ámsterdam ha coincidido con Colau en destacar que el turismo masivo afecta la calidad de vida de los vecinos de las ciudades y que, después de la pausa de la pandemia, esto se ve ahora como un problema todavía más grande. "Bienvenido el turismo, pero al mismo tiempo queremos proteger la ciudad", ha defendido, y ha añadido que diferentes ciudades europeas, como Roma, París o Londres, irán de la mano a hacer la reivindicación a Europa.

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