El misterio de los carteles turísticos en castellano que han aparecido en el centro de Barcelona
Señalan atractivos como el Arc de Triomf o el Museu Picasso, nadie sabe quién los pone y el Ayuntamiento ya ha retirado 11
Barcelona"No sabemos quién los coloca, pero los retiramos y los vuelven a colocar". Es la explicación que dan desde el Ayuntamiento de Barcelona a la proliferación, estas últimas semanas, de carteles que señalan atractivos turísticos del centro de la ciudad con el nombre escrito en castellano. Desde Arco de Triunfo a Mercado de Santa Catalina o Ramblas de Cataluña (escrito así, en plural). El nombre de la parada de metro de Jaume I, eso sí, aparece en catalán. Pero algunos contienen puntos polémicos más allá de la lengua, que no es el catalán como en los carteles que instala el Ayuntamiento: alguno, como se ha denunciado en las redes, señala el camino para llegar al Museu Picasso y lo acompaña con un dibujo de Miró, que también podría guiar hacia la Rambla a pesar de que el cartel especifica que se refiere la Rambla de Catalunya... ¿Por qué? Ahora mismo, no lo sabe nadie. O solo el autor o autores de la propuesta.
Las preguntas sobre quién y por qué pone estos carteles tienen intrigados tanto a los responsables del distrito de Ciutat Vella, que es donde están apareciendo, como a los del área de Urbanismo, de la cual depende Paisaje Urbano, que es quien fija las normas de cómo tendrían que ser estos elementos. Los de la polémica no cumplen ningún tipo de norma. El ARA pudo ver ayer mismo en la calle Ferran, pegados a una pared, indicando el camino hacia el Arco de Triunfo, el Parque de la Ciudadela, la estación de metro de Jaume I y el Mercado de Santa Catalina. No son carteles hechos de papel y escritos a mano de manera rápida y torpe. Al contrario. Por estética, podrían parecer de los oficiales. Falla el contenido y los lugares donde están pegados.
El Ayuntamiento asegura que ha retirado once desde que empezaron a encontrarlos, ahora hace dos meses, pero que aparecen más nuevos. No es la primera vez que aparecen carteles no oficiales señalando atractivos turísticos en el centro. Martí Cusó, de la Associació de Veïns del Gòtic, explica que hace tiempo que van viendo carteles diferentes, algunos en inglés, y lo engloba todo dentro del problema de la "hiperturistificación" que vive Barcelona y, especialmente, el Barri Gòtic. "El problema es sobre todo de modelo de ciudad, pero los carteles se tienen que retirar", añade, y asegura que el Ayuntamiento tiene mecanismos, como las cámaras en la calle, para identificar quién los coloca.
Hasta ahora, Ciutat Vella ya había vivido misterios de este tipo, pero en el sentido inverso: elementos que desaparecían y que nadie sabía dónde habían ido a parar. Es el caso, por ejemplo, del dragón de hierro forjado que alguien se llevó de la bajada de Santa Eulàlia, en el Barri Gòtic, en septiembre del año pasado. Y que todavía hoy el Ayuntamiento no ha conseguido averiguar dónde está. Esta no era tampoco la primera vez que alguien se llevaba elementos del patrimonio del centro de la ciudad. Ya pasó, por ejemplo, con la escultura que culminaba la fuente de la Plaça de Sant Felip Neri, que desapareció al poco de ser inaugurada en 1962, y que nadie sabe dónde acabó. O con algunas de las antorchas que había delante del edificio de la Catalana del Gas, en el Portal de l'Àngel. Ahora, el misterio es a la inversa: saber de dónde salen los carteles no oficiales para indicar atractivos turísticos del centro de la ciudad.