El 'milagro' de Brisa Milagro: nacer a las 23 semanas de gestación y sin secuelas
Se considera que por debajo de las 24 semanas de gestación un feto no es viable, pero Brisa ha desafiado las estadísticas
BarcelonaLorena Garcia estaba preparando la cena cuando empezó a notar contracciones de parto que iban en aumento y cada vez eran más regulares. Todo normal si no fuera porque estaba de 23 semanas de gestación, y por debajo de las 24 semanas se considera que un feto no es viable. "Pensé que me darían medicación para parar las contracciones, pero cuando llegué al Hospital de la Vall d'Hebron ya estaba dilatada para parir", explica. Una infección del líquido amniótico desencadenó el parto antes de tiempo. Los médicos les explicaron a ella y su pareja, Jordi Manzanas, todos los riesgos que suponía un parto de esas características. "Me hicieron firmar un montón de papeles", recuerda él. Había muchas posibilidades de que Brisa, el nombre que Lorena y Jordi habían elegido para su segunda hija, muriera en el parto o en las siguientes horas o semanas o tuviera secuelas de por vida. Pero no ha pasado nada de esto.
El jefe del servicio de neonatología del Hospital de la Vall d'Hebron, Fèlix Castillo, lo califica de caso "especial" y destaca la implicación de los padres en su recuperación. "La espectacularidad de este caso es que es uno de los pocos bebés que han sobrevivido con esta calidad de vida", dice el neonatólogo, que no escondió a los padres todas las complicaciones que un gran prematuro podía tener. "Muchos se marchan con una retinopatía grave, con bombona de oxígeno, con alteración intestinal, displasia pulmonar, habiendo hecho hemorragias graves... Esta niña no ha tenido nada de esto", añade Castillo, que asegura que, después de treinta años de ejercicio, noticias como esta todavía lo ilusionan. Cada año nacen más de 4.000 bebés prematuros en Catalunya y su evolución es cada vez más satisfactoria gracias a la calidad de los cuidados recibidos.
Un nombre significativo
El parto fue uno de los momentos más difíciles. "Fue el momento más duro de todos y pensaba más en mi mujer que en mi hija, porque ni imaginaba que nacería viva", recuerda Jordi Manzanas, más de tres meses después. Lorena Garcia, en cambio, mantuvo "la fe" en todo momento. "El riesgo de mortalidad era elevado. Había una infección en la placenta, y muchos números de que también hubiera pasado al bebé, pero dilatada de nueve centímetros sentía que la niña se movía. Estaba viva y no me hacía a la idea de que pudiera nacer muerta. Tenía esperanza". Brisa nació con 600 gramos de peso el 6 de noviembre del 2020, a las 23 semanas y cuatro días de gestación, cuando la fecha prevista de parto era el 24 de febrero del 2021. Como sus constantes eran estables, no fue necesario intubarla inmediatamente y Lorena pudo hacer piel con piel con su hija antes de que la trasladaran a la incubadora.
Fue entonces, con ella encima, cuando Lorena decidió poner un segundo nombre a su hija: Milagros. "Con un milagro tenemos suficiente, no necesitamos más", le respondió Jordi. Y así fue como Milagros perdió la ese y Brisa pasó a llamarse Brisa Milagro. "La familia de Lorena es de Perú y son muy religiosos –hicieron una cadena de oraciones cuando nació la niña– y nos han transmitido esta fe, y los amigos y la familia de aquí hablaban de positividad, que no deja de ser una forma de fe, y todo ello nos ha ayudado", argumenta Jordi.
Detrás de la recuperación de Brisa está la dedicación y el trabajo del personal sanitario y también la de Jordi y Lorena, que han aplicado sus conocimientos en osteopatía y nutrición, respectivamente, para mejorar el estado de salud de su hija. “Cuando Brisa estaba intranquila, su padre alineaba su posición y se quedaba tranquila, y las bradicardias y las taquicardias desaparecían. Te quedas sin palabras”, dice Castillo, que destaca que, en general, la implicación de las familias en la rehabilitación de los niños prematuros “obra milagros”. Lorena y Jordi hacían turnos para estar con Brisa desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche, puesto que por las restricciones covid solo podía haber un acompañante. "Lo primero que nos dijeron los médicos y enfermeras fue que hiciéramos contención y pusiéramos las manos sobre el bebé, porque está acostumbrado al útero materno, y esto los osteópatas lo hacemos mucho", explica Jordi. La madre siguió una dieta específica rica en pescado azul para mejorar la composición de su leche. “Brisa ha digerido muy bien la leche materna y ha engordado al mismo ritmo que dentro del útero”, dice Lorena. Por eso reclaman que estas figuras sanitarias se integren en las unidades de neonatos y, de hecho, Jordi seguirá en contacto con el servicio.
Sus padres todavía recuerdan la primera vez que vieron a su hija: "Fue impactante". "No tenía párpados, los ojos eran una membrana, la piel acuosa, no tenía uñas y los dedos estaban casi enganchados", dice Jordi. El primer mes también fue "durísimo", recuerdan ahora. "Constantemente tenía dificultades para respirar e incluso se ponía lila", dice su padre, que una noche llegó a despedirse de su hija pensando que no saldría adelante. "Pero siempre salía adelante", añade. "Es una niña que podía haber tenido muchas infecciones, hemorragias ventriculares, hacer una larga intubación o morirse en las primeras 72 horas. Es decir, todo lo que puede hacer un gran prematuro. Pero no ha tenido ninguna de las terribles complicaciones que pueden tener y se marcha alimentada directamente del pecho de su madre", señala el jefe de neonatología de la Vall d'Hebron.
Brisa Milagro ya pesa algo más de tres kilos y el viernes, después de 112 días de ingreso, recibió el alta. Se marcha con una retinopatía de grado dos, que puede ser reversible, y la única infección que tuvo fue al retirarle las vías. Ahora ya están en casa, por fin, los cuatro, para alegría de Sol, la hija mayor, de dos años y medio, que durante estos meses solo ha podido ver a su hermana a través de un cristal. Saben que tendrán que afrontar muchos retos, pero los padres destacan que Brisa Milagro es "una luchadora": "La hemos visto en acción y es espectacular".