SALUD

Cigarrillos electrónicos: sin colillas, pero igual de tóxicos

Las seis primeras muertes relacionadas con los 'e-cigs' reabren el debate sobre su peligrosidad

Gemma Garrido Granger
3 min
Cigarretes electròniques: sense burilles, però igual de tòxiques

BarcelonaCon la calada de un cigarrillo convencional se inhalan 70 sustancias tóxicas, entre las cuales el arsénico, el polonio y el cianuro de hidrógeno. Cuando el cigarrillo es electrónico -llamado e-cig o vapeador- también se liberan contaminantes químicos para la salud como el plomo o los aldehídos. Los dos formatos, pues, son perjudiciales para la salud, pero la diferencia es que en el caso de los vapeadores los niveles de toxicidad asociada siguen siendo una incógnita: no hay consenso sobre qué componentes los conforman. Con todo, el auge de misteriosas enfermedades pulmonares después de su uso, que han llegado a causar hasta seis muertos en Estados Unidos, insinúan que la carga tóxica de los e-cigs es muy nociva.

"La gente cree que como no hay combustión no se está fumando o que, al menos, no es tan malo para la salud", explica Laura Rodríguez, responsable de tabaquismo del Hospital Germans Trias de Badalona. "Pero los vapeadores también incluyen sustancias tóxicas similares al tabaco, y aditivos y saborizantes sintéticos muy agresivos", advierte la neumóloga. A diferencia del tabaco de alquitrán, los cigarrillos electrónicos no desprenden humo, sino que liberan un vapor denso, si bien la Asociación Europea de Salud Pública señala que es más adecuado hablar de aerosol, para no reforzar la errónea idea de que son una alternativa saludable al cigarrillo tradicional. Aparte de la nicotina -el componente que los hace adictivos-, contienen propilenglicol y glicerina vegetal, químicos orgánicos volátiles y tóxicos. "Las sustancias irritan los tejidos pulmonares, disparan el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares y favorecen la aparición de afecciones pulmonares crónicas", detalla Rodríguez. A largo plazo, como con los cigarrillos tradicionales, los e-cigs pueden disminuir la capacidad de los pulmones y provocar cáncer.

Sin embargo, todavía hay una percepción baja de riesgo respecto a su uso, según la Sociedad Respiratoria Europea. En el estado español, por ejemplo, sólo el 30% de los jóvenes de entre 14 y 18 años creen que les puede causar problemas de salud y, de hecho, muchas personas usan estos aparatos para dejar de fumar. Ninguna autoridad sanitaria, sin embargo, acepta los cigarrillos electrónicos como alternativa al tabaco. "Creer que son menos nocivos es una trampa: cualquier cosa es menos agresiva que el cigarro, que es un tóxico cancerígeno de tipo A como el amianto -afirma el investigador del Instituto Catalán de Oncología (ICO), Antoni Baena -. Esto no las hace más saludables, ya que incrementa el riesgo a hacer un consumo dual".

Actualizar las leyes del tabaco

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que "es pronto" para conocer la peligrosidad de las sustancias que se inhalan mediante los e-cigs. Ahora bien, el organismo recomienda a los estados que "los regulen como productos nocivos y limiten el uso". La administración catalana implementará acciones contra la normalización del uso de los vapeadores, especialmente entre los adolescentes. Aproximadamente unos 32.000 catalanes mayores de 15 años utilizan los e-cigs, una cifra que el departamento de Salud considera "relativamente baja y estable en el tiempo". A pesar de todo, uno de cada cuatro usuarios son jóvenes, y, tal como explicó al ARA el secretario de Salud Pública, Joan Guix, estos dispositivos son una de las principales puertas de entrada a fumar. "La ley del tabaco que preparamos tratará los e-cigs igual que los cigarros en cuanto a las limitaciones, a la publicidad ya los precios", señala Guix.

En el estado español los datos de consumo juvenil son aún más alarmantes: una encuesta del Ministerio de Sanidad revela que el 25% de los estudiantes de entre 14 y 18 años ha probado los e-cigs, un 5% más que hace dos años. "Hay una actualización de la legislación del tabaco para hacer frente a las nuevas formas de fumar. Aunque la industria los presenta de una manera atractiva, los vapejadors generan adicción y son peligrosos ", denunció recientemente la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo.

La mal ambiente en Estados Unidos causada por este tipo de cigarrillo -y las defunciones que se relacionan con su uso- ha propiciado que el presidente estadounidense, Donald Trump, hiciera pública esta semana su intención de prohibir la venta de cigarrillos electrónicos en el país, empezando por las que tienen gustos de frutas o hierbas.

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