Los contrarios al puerta a puerta de Sant Andreu animan a los vecinos a sabotear la recogida

Este mes de octubre unos 1.500 hogares se sumarán al nuevo sistema de basura

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Veïns de Sant Andreu, este tarde, durante la protesta

BarcelonaLos cerca de 4.000 vecinos de Sant Andreu (unos 1.500 hogares) que se sumarán este octubre a la recogida de basura puerta a puerta reciben estos días dos cartas a sus buzones: una del Ayuntamiento anunciándoles el cambio de modelo y explicándoles cómo se harán los encuentros informativos y otra de los vecinos que se oponen al nuevo sistema y que les animan directamente a sabotearlo. Y es que, contrariamente a lo que preveía el gobierno municipal, los vecinos que se oponen al nuevo sistema siguen más activos que nunca y parecen lejos de enterrar la hacha de guerra. 

Esta misma tarde, en la plaza Orfila, unas 400 personas se han concentrado para pedir al Ayuntamiento que tire atrás y suspenda el puerta a puerta. Con gritos de "Ayuntamiento, escucha, ¡no queremos el puerta a puerta!", los concentrados han enumerado todos los problemas que genera el nuevo sistema de recogida y han animado a todo el mundo a desobedecer y a no ir a recoger los cubos que da el Ayuntamiento tras tomar los datos de cada vecino. "No recojáis el kit y cuando vayáis a tirar la basura dejadlas donde os parezca mejor: donde antes había contenedores, en las papeleras o en la plaza Orfila", ha pedido Omar, un joven vecino que, según ha dicho, no participa en el puerta a puerta y no ha tenido todavía ninguna consecuencia: "No os pasará nada", ha asegurado. La concentración estaba convocada por diferentes vecinos que se han organizado contra el nuevo sistema de recogida y tenía el apoyo de la Asociación de Vecinos de Sant Andreu Sur. Entre el público también estaba la regidora de Junts per Catalunya Francina Vila.

Mientras ha durado la concentración, algunos activistas repartían la carta que estos días han puesto en los buzones de los vecinos por donde ahora se extenderá la segunda fase. Entre las propuestas de acciones para "mostrar el rechazo a este sistema injusto", el escrito propone "hacer turismo de basura", es decir, lanzar los desechos a los contenedores de los barrios donde todavía no se aplica el nuevo sistema. En la carta, imprimida a todo color en catalán y castellano, también se propone "quitar el chip del cubo de la orgánica" porque así cuando la recoja el operario "no la podrá leer con su pulsera y no la contabilizará". Incluso se informa que la tinta del código QR que hay en el cubo y la pegatina identificativa "son sensibles al disolvente". El comunicado también informa que los cubos grandes que tienen ruedas "llevan una chapa fijada con tornillos en la parte trasera".

La presidenta de la Asociación de Vecinos de Sant Andreu Sur, Cristina Galán, ha justificado en declaraciones al ARA esta fuerte oposición a lo que considera "un absoluto lío". Según Galán, este sistema es inviable en una ciudad con "tanta densidad de población". Entre las quejas, está la restricción de tener que dejar la basura entre las 20 h y las 22 h "cuando muchos vecinos ni siquiera están en casa" o el hecho de tener que usar un código identificativo y bolsas transparentes que permiten que todo el mundo sepa "si te gastas el dinero o si vas al Banco de los Alimentos". También critica el mero hecho de tener que dejar la bolsa de basura en el suelo en aceras estrechas, lo que complica el paso de los peatones, especialmente el de las personas con problemas de movilidad. Por todo esto, Galán y otros vecinos que protestan desde que empezó el cambio piden suspender el puerta a puerta. "No sé si hay que volver al contenedor convencional o usar los contenedores inteligentes como ya se hace en otros lugares, pero hay que hacer otra cosa", defiende. La portavoz vecinal pone en entredicho, incluso, los datos de incremento de reciclaje que según el Ayuntamiento ha producido el nuevo sistema de recogida, del 37% al 75%. "Dudamos que el interés del Ayuntamiento sea combatir el cambio climático. Lo hacen solo para lavarse la cara ante Europa".

El Ayuntamiento ya contaba que el cambio generaría reticencias entre algunos vecinos (al final es mucho más cómodo usar los contenedores), pero confiaba que duraría poco o que las protestas tendrían menos seguimiento. El regidor de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, ha explicado que "es normal que haya un porcentaje de la población que no participa en el puerta a puerta" y ha recordado que también pasa en otras ciudades. Ha reconocido, sin embargo, que, "aquí son más activos que en otros lugares, pero a nosotros lo que nos preocuparía sería que el nivel de cumplimiento estuviera por debajo del resto".

"Me llevo los cubos por delante"

Entre los andreuenses que han protestado contra el nuevo sistema de recogida también estaba Escarlata, una vecina ciega que se mueve por el barrio con su perra guía, Quiky. Según ha explicado al ARA, su día a día se ha complicado mucho porque las bolsas de basura por las aceras le dificultan el paso. "Me llevo los cubos por delante", ha explicado. Además, su perra "tiene muchas más distracciones con tantos olores". El problema se centra sobre todo a la hora de tirar la basura y también por las mañanas, cuando se acumulan las bolsas que no se han tirado correctamente. El Ayuntamiento las recoge al cabo de unos días para intentar que su propietario acabe rectificando y tirando la basura donde toca.

El puerta a puerta empezó en Sant Andreu a finales de mayo y afecta a un total de 5.518 viviendas. Y en esta fase se sumarán 1.500 hogares más. El objetivo era continuar con el cambio en otros barrios como Sant Antoni y Horta, pero de momento siguen a la espera.

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