Salud

La directora de I+D de Hipra: “Nosotros no somos Pfizer, hemos tirado mucho de recursos internos”

La farmacéutica gerundense buscará fórmulas en el precio de su solución para que llegue a todas partes

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A la imagen, la línea de capsulats de los viales de la nueva vacuna de la farmacéutica gerundense Hipra

GironaEste otoño será determinante para el futuro de la farmacéutica gerundense Hipra. Tiene entre manos una vacuna contra el covid que, según los estudios que han mostrado sus responsables, presenta varias ventajas respecto a las soluciones que ya hay en el mercado: se puede conservar en una nevera normal –y no hace falta ultracongelarla como las de ARN–, proporciona una inmunidad superior y durante más tiempo y provoca menos efectos secundarios. Aun así, en términos de vacunación, sigue pendiente un reto sobre la mesa: igualar los niveles de protección en todo el mundo.

Mientras España se acerca al 90% de población con la pauta completa, hay países como Haití o Papúa Nueva Guinea que no llegan ni al 3%. ¿Podrá la solución de Hipra revertir esta desigualdad? “Tenemos la firme voluntad de que la vacuna llegue a todas partes. Encontraremos la manera de que todos los países que quieran usarla lo puedan hacer”, asegura la directora de I+D, Èlia Torroella.

Uno de los secretos mejor guardados de la pandemia es el precio que los diferentes estados han pagado por las inyecciones, a pesar de que se ha invertido dinero público. Torroella indica que no puede revelar el coste del preparado gerundense por la confidencialidad de los contratos, pero apunta que será “mucho más competitivo en precio que las vacunas de ARN”. Por lo que ha trascendido hasta ahora, y ha recogido Unicef en una página web, en Europa se habrían pagado entre 12 y 21 euros por cada dosis de Pfizer y Moderna. 

El pasado mes de febrero una veintena de organizaciones –entre las cuales Amnistía Internacional, Oxfam Intermón y Médicos del Mundo– pidieron al Gobierno español que, dado que había destinado casi 15 millones a la vacuna de Hipra, pidiera a la farmacéutica que ofreciera una licencia sin exclusividad para que esté a disposición de todos los fabricantes.

La responsable de Hipra puntualiza que, de los 14,7 millones que recibieron a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), 10,5 son en forma de préstamo y 4,2 como subvención. “Nosotros no somos Pfizer, no tenemos los recursos que ellos tienen. Por lo tanto, hemos tirado muchísimo de recursos internos y la mayor parte del dinero recibido Hipra lo tendrá que devolver”, expone. Torroella añade que, cuando se desarrollaron las primeras vacunas, países como EE.UU. y Alemania destinaron mucho dinero a fondo perdido para desarrollar los preparados. Incluida la Unión Europea, que avanzó el dinero de las futuras compras en un formato conocido en inglés como advancement agreement. “En nuestro caso no será un contrato de advance agreement, será otro tipo de contrato. Y agradecemos mucho los préstamos que nos han dado, porque nos está costando mucho la investigación”, subraya la directiva. 

De hecho, no solo ha cambiado la tipología de contratos que propone Europa a las farmacéuticas. También se han ampliado los datos y requisitos que exige la Agencia Europea de Medicamentos antes de aprobar las vacunas. Esto ha provocado que Hipra haya tenido que retrasar sus planes: contaban recibir su aval en verano, pero probablemente no llegará hasta el otoño. “Cuando empezamos el proceso para desarrollar la nueva vacuna, asumimos que nos pedirían los mismos datos que pidieron con las primeras y hay algunas cosas que asumimos que las podríamos entregar a posteriori. Pero nos las han pedido ahora”, aclara Torroella, que aun así deja claro que los datos obtenidos “son buenísimos”: “Si no fuera así, ya habríamos parado y habríamos dicho que no vale la pena luchar”. Y es que, según la responsable, el desarrollo de la vacuna contra el covid es la "mayor" inversión que ha hecho Hipra en más de medio siglo de historia, “poniendo maquinaria e infraestructura dedicada solo a esta nueva división”. Es más, la farmacéutica se dedicaba exclusivamente a la salud animal y fue con la crisis del coronavirus que puso en marcha la línea de humana. 

Una decena de estudios clínicos en marcha

La vacuna de Hipra está hecha de proteína recombinante, una fórmula que hace años que se usa en otros tipos de soluciones. Para comprobar su eficacia y seguridad en diferentes perfiles de personas, la farmacéutica tiene puestos en marcha o planificados una decena de estudios clínicos que duran aproximadamente un año. Por un lado, los que pertenecen a las fases 1, 2b y 3, que sirven para analizar su capacidad de respuesta como dosis de refuerzo en personas que han recibido otros preparados anteriormente. Asimismo, a principios de septiembre estudiarán cómo actúa su solución como cuarta dosis en personas que han recibido la tercera de Hipra. Y a partir del otoño comenzará la parte de investigación pediátrica por franjas: primero los jóvenes de entre 12 y 18 años, después de 5 a 11 años y, finalmente, por debajo de los 5. Además, hará otra con niños y adolescentes inmunodeprimidos. “Se harán de manera secuencial, no todas de golpe”, especifica la directiva.

Pero estas investigaciones no son las únicas que tendrán que hacerse. Hay países de Latinoamérica y Asia que, según Torroella, están interesados en adquirir su vacuna, pero en algunos la población recibió las primeras dosis de las soluciones chinas o rusas. “Es una tipología de vacuna que encaja perfectamente detrás de cualquier plataforma. Otra cosa es que hacen falta datos, y ya llegará un día que los tendremos. Cuando tengamos la ocasión, para que se puedan utilizar en estos países, ampliaremos la información sobre cómo funciona nuestra vacuna detrás de las vacunas chinas o rusas”, añade la directora de I+D, que mira con entusiasmo y responsabilidad la etapa que pondrán en marcha después del verano, que marcará su futuro como farmacéutica.

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