Factores genéticos asociados a la inflamación predicen la gravedad del covid-19

Un equipo coordinado por Manel Esteller encuentra marcadores epigenómicos asociados a los casos más graves de la infección

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Una enfermera atendiendo un enfermo de covid  a la UCI del Hospital de Bellvitge.

BarcelonaHace apenas 15 meses que se declaró la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 como pandemia global. A pesar de que en ciencia este lapso de tiempo se acostumbra a considerar muy corto, la investigación básica ha avanzado a suficiente velocidad como para iniciar una campaña de vacunación a escala global, avanzar en el conocimiento de candidatos a nuevos fármacos para luchar contra la enfermedad e identificar factores de riesgo que ayudan a determinar qué pacientes evolucionarán peor y, por lo tanto, necesitarán una atención médica más intensa. Manel Esteller, investigador Icrea y director del Institut de Recerca contra la Leucèmia Josep Carreras (IJC), y Aurora Pujol, también profesora Icrea y jefa del Grupo de Enfermedades Neurometabólicas del campus biomédico de Bellvitge, han añadido a la lista ya conocida los que por ahora son los primeros marcadores epigenéticos asociados a la severidad de la enfermedad. Los resultados de su investigación se han publicado hoy en EBiomedicine, la revista hermana de The Lancet para hallazgos de laboratorio.

El resultado es trascendente. En primer lugar, porque se trata de una enfermedad con una enorme variabilidad que hace que mientras que algunos pacientes son asintomáticos sin ningún tipo de manifestación clínica aparente, otros evolucionan hasta sufrir complicaciones respiratorias y circulatorias graves. Y, en segundo término, se ignora la razón de fondo de esta variabilidad, cosa que dificulta predecir qué evolución tendrán los pacientes.

Hasta ahora se han identificado factores que se consideran de riesgo. La edad o la existencia de patologías previas como las cardiovasculares, la obesidad, la diabetes o defectos inmunes agravan el diagnóstico y hacen prever una evolución peor. Pero nada de todo esto informa del estado del resto de la población, cosa que dificulta que se pueda precisar quién necesitará tratamiento hospitalario o requerirá seguimiento ambulatorio, explica Esteller. “Los marcadores epigenéticos podrían hacer esta función”, apunta. En conjunto, la epigenética regula si los genes se expresan o no. De alguna manera, hacen la función de un interruptor que activa o inactiva la función de un gen. Como norma general, este mecanismo está condicionado por factores externos, como por ejemplo los hormonales y los ambientales.

13% de los casos

La investigación coordinada entre Esteller y Pujol concluye que hay modificaciones epigenéticas asociadas a genes implicados en una respuesta inflamatoria excesiva y en otros asociados a una tendencia general “en un estado de salud peor”. Los resultados concuerdan con el 13% de la población mundial que se estima que presenta las mismas características, “la misma firma epigenética”, dice el investigador, y que han bautizado con el nombre de Epicovid.

Pujol y Esteller sostienen que justamente sobre este segmento de población habría que tener una “preocupación especial”. Se trata de los pacientes que no pertenecen a los grupos de riesgo mayoritario pero que son asintomáticos o tienen síntomas leves, además de aquellos que han requerido hospitalización sin tener un factor de riesgo específico.

El trabajo describe que en este tipo de pacientes, los positivos por el virus que desarrollaban un covid grave, es posible identificar variaciones epigenéticas en los interruptores químicos que regulan la actividad del ADN. Esta firma genética podría representar el 13% de los casos. Una herramienta analítica ayudaría a discriminar quién tiene riesgo de enfermedad grave más allá de los factores de riesgo conocidos.

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