Migración

El gobierno español apuesta por mayor control migratorio para detener las llegadas de 'cayucos' a Canarias

Octubre es el mes con más migrantes atendidos en los puertos del archipiélago desde la crisis de 2006

ARA
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Un grupo de personas, entre ellos tres menores de edad, recién llegados con un cayuco al puerto del Gran Tarajal de Fuerteventura.

BarcelonaLa llegada de grandes cayucos con decenas de personas a bordo en los puertos de las islas Canarias ha hecho que vuelvan las imágenes del pasado de cientos de migrantes durmiendo al raso por la falta de plazas en los hostales de acogida. Así, tuvieron que pasar la noche en el mismo puerto donde atracan o en un aparcamiento de la comisaría de la Policía Nacional, como ocurrió este fin de semana en Arrecife, según reveló la prensa local mostrando una fotografía. Desde el verano, la ruta migratoria que sale de la costa occidental de África (desde Mauritania, Senegal o el sur de Marruecos) se ha reactivado, después de un inicio del año con una caída en picado respecto a 2022, por las buenas condiciones marítimas y sobre todo por la desestabilización política y social de la zona, que ha animado a miles de jóvenes a buscarse la vida en Europa. En los primeros 15 días de octubre, se cuentan más de 8.500 llegadas, una cifra muy elevada que no se había registrado desde la crisis del 2006. Según el ministerio del Interior, supone un aumento del 80% respecto al mismo período del año pasado.

Desde La Palma, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha negado que se esté desatendiendo a los migrantes y ha afirmado que todos reciben una atención "bajo parámetros humanitarios", y en este sentido, ha rechazado que los llegados hubieran dormido en el suelo en la comisaría de Arrecife. Por otra parte, Marlaska ha asegurado que su ministerio ha hecho un esfuerzo por incrementar los efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional: "Tenemos un músculo lo suficientemente importante", ha afirmado, y ha insistido en que se están dedicando todos los medios disponibles para hacer frente a la crisis migratoria actual.

Acompañado del presidente canario, Víctor Clavijo, quien ha dicho que se ha sentido solo a la hora de gestionar la crisis migratoria, Marlaska ha anunciado que este mes habrá un avión más de la Guardia Civil para reforzar la vigilancia que se hace en las costas de Senegal y Mauritania con la colaboración de todos países para evitar la salida de embarcaciones y que, según ha señalado, ha permitido frenar la salida de 12.000 personas, una poco menos de la mitad de los que han logrado llegar a puerto sanos y salvos.

No lo ve igual la ONG Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado, que ha denunciado ante el Defensor del Pueblo al gobierno español "por la inacción y la "falta de refuerzos" de personal para atender a los migrantes llegados, tanto para darles cama y comida como para identificarlos y tramitar rápidamente una petición de refugio que les daría automáticamente derechos. Para la entidad, se podría evitar este "caos" si se activara un plan de choque urgente en colaboración con las entidades del tercer sector.

El reparto de menores

Entre los migrantes llegados, hay unos 3.800 menores de edad que viajan solos y, una vez en el suelo, pasan a estar bajo la tutela de la administración pública. La semana pasada el gobierno español propuso a las comunidades autónomas la distribución de 380 niños, de los que 33 corresponderían a Catalunya, un acuerdo que para el ejecutivo canario es insuficiente "para llegar a una solución", según el viceconsejero de Presidencia , Alfonso Cabello. En este sentido, apuntó que el ejecutivo español no puede plantear la reubicación de estas criaturas como una cuestión de solidaridad sino que debe tener una coordinación europea y tratarse como una crisis migratoria en la frontera sur de la Unión, informa Efe.

También el ministro de Migraciones en funciones, José Luis Escrivá, se ha referido a la solidaridad en este aspecto, pero a diferencia del representante canario, para reprochar la falta de colaboración de las comunidades para acoger a estos menores, y más cuando reciben transferencias económicas del Estado para financiar la acogida. La Generalitat se ha comprometido a atender a los menores que "pertoquen", pero en un comunicado reiteró lo que hace tiempo que critica del Estado, la falta de información de los flujos migratorios y que no tenga en cuenta que Catalunya tiene la su propia estrategia para los menores migrantes no acompañados para prestarles atención más allá de los 18 años.

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