Día Internacional para la Eliminación del Racismo

Cuando el racismo perjudica a la salud mental

La discriminación o los discursos de odio provocan ansiedad y depresión entre los migrantes

Entrevista a la psicología Maria Nglong.
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BarcelonaLa pena se apodera del discurso de Tom Diarra cuando relata cómo se jugó la vida para salir de su país, Malí, atraído por las historias de éxito que le contaban los amigos que habían emigrado antes que él y por las ganas de huir de la inseguridad. Corría el 2018 y creía que todo sería fácil para un joven fuerte de 25 años, con buen francés y un inglés aceptable aprendido de otros compañeros de viaje. Le da pena verse "sin nada", y admite que en muchas ocasiones se descubre hablando solo mientras camina. Le puede la rabia también cuando un peatón le da alguna mirada "de miedo e incluso asco". Pero lo "peor" es cuando de la mirada se pasa a un "ves a tu país" o alguien se aleja al pasar por su lado. Estos comportamientos le provocan tristeza y desesperanza y confiesa que también hay golpes que se "siente muy solo".

También Melly Pávez define su estado anímico de "agotamiento emocional" porque cinco años después de llegar de Bolivia no ha encontrado las oportunidades ni "la suerte" para poder salir adelante con su marido y dos hijos adolescentes. Ahora sólo trabaja el marido, que sin poder acceder a un contrato por falta del permiso de residencia, sólo realiza trabajos esporádicos de albañilería y jardinero. "Estoy hecho un saco de nervios, no hay forma de que duerma y me puede la ansiedad", relata esta mujer de 45 años. De la visita al ambulatorio se ha llevado un ansiolítico y unos tranquilizantes que la dejan sin aliento durante el día. Tanto, que sólo tiene ganas de llorar porque siente que está "fallando" a la familia. "Y encima debemos sentir que venimos aquí a vivir de las ayudas, pero lo que ocurre es que no nos dejan trabajar y vivir honradamente", se queja.

El racismo, que desprecia a una persona por considerarla inferior por su procedencia, impacta directamente en la salud mental de los receptores. Lo constata la Sociedad Española de Epidemiología, quien en un documento asegura que el racismo aumenta la morbilidad [la frecuencia de enfermedades] y la mortalidad prematura en colectivos como los que representan a Pávez y Diarra. Para denunciar situaciones como éstas, la ONU conmemora cada 21 de marzo el Día Internacional para la Eliminación del Racismo, que recuerda el asesinato a tiros de la policía de 69 ciudadanos negros en Shaperville en 1960 durante el apartheid de Sudáfrica.

En la consulta de Psicomigra, la psicóloga Maria Ngolong Bonilla atiende a personas migrantes y racializadas que sufren directamente violencia racista de particulares y también de la propia administración. Lo manifiestan en tristeza, depresión, ansiedad, estrés agudo, autoestima baja o frustración. Pero advierte que no es solo una cuestión personal: "El racismo tiene un impacto en la salud mental individual, pero no solo. Se individualiza, pero tiene un fuerte impacto colectivo", explica. Por eso, combinan la terapia individual con la grupal, porque hablando y compartiendo experiencias se dan cuenta de que el problema no lo tienen sólo ellos, sino que existe un fuerte componente racial.

Las causas del racismo

La violencia racista tiene diversas fuentes. Según el informe que presenta SOS Racismo aprovechando la efeméride, el año pasado un tercio de los 105 nuevos casos que recibió (uno cada tres días) responde a un conflicto entre particulares, seguido por la discriminación a derechos sociales (vivienda o salud), el discurso del odio amplificado por medios de comunicación, redes sociales o los políticos, el racismo laboral o las discriminaciones en transporte público, bancos y otros servicios probados. Mientras que las agresiones entre vecinos se ha incrementado en un 10%, la entidad afirma que se mantiene la baja denuncia por los abusos de la policía por el miedo a represalias.

Con datos como estos, Ngolong apuesta por "cambiar el sistema" que fija la atención en la persona que sufre el racismo y no por quien perpetra y perpetúa las agresiones racistas. Así, la psicóloga afirma que el racismo, como el machismo, funciona a través de la "deshumanización y homogeneización de las personas", hasta el punto de que a las personas migrantes se las caracteriza sólo como migrantes, como si su biografía anterior no tuviera ningún valor y la vida "empezara de cero" una vez aquí.

En las consultas médicas se tiende también a "infantilizar" a los migrantes oa minimizar su malestar porque los profesionales ni tienen tiempo ni están formados para tratar la diferencia, sostiene Ngolong. El sistema público de salud mental está saturado, y no hay citas y se tiende a la sobremedicación, según los expertos, pero en el caso de los migrantes a todos estos componentes se suma el hecho de que a menudo no conocen el sistema o tienen otras formas de hacer o creencias que, desde la psicología clásica occidental, no se entienden y se interpretan como una enfermedad y. "No se sabe acompañar ya menudo se transmite a los migrantes que deben estar agradecidos de estar aquí", concluye Ngolong.

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