Movilidad

Los 10 tramos de la AP-7 donde Trànsit quiere que se vaya a 100 km/h

La medida necesita la autorización del ministerio, propietario de la autopista

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Colas a la AP-7 este mes de junio

BarcelonaEl problema de la AP-7 no se ha resuelto. La autopista continúa atrayendo a muchos más vehículos que cuando tenía peajes y, en consecuencia, los accidentes siguen aumentando. El último caso es un camionero que murió cuando volcó este lunes a primera hora de la mañana, en Fogars de la Selva, y dejó la AP-7 cortada en dirección a Girona buena parte del día. Desde enero 20 personas han muerto en esta vía: suponen casi el 20% de las 103 víctimas mortales de este año en las carreteras catalanas. Por eso el Servei Català de Trànsit (SCT) hará llegar una nueva propuesta al ministerio de Transportes, propietario de la autopista. Quiere que la velocidad máxima pase de 120 km/h a 100 en 10 tramos que han tenido dos o más accidentes con muertos o heridos graves.

Los tramos donde Trànsit pretende que se vaya a 100 km/h son: entre Medinyà y Sarrià de Ter; entre Salt y Fornells de la Selva; entre Hostalric y La Batllòria; entre Mollet y Sant Cugat; entre Sant Cugat y Martorell; entre Castellví de la Marca y Banyeres del Penedès; entre Roda de Berà y la Pobla de Montornès; entre la Mora y Constantí; entre Calafat y L'Ametlla de Mar, y entre L'Ampolla y Camarles. “La AP-7 no es la misma que cuando había peajes. Hay que controlar la velocidad de una forma diferente”, ha asegurado el director del SCT, Ramon Lamiel, en una entrevista a Catalunya Ràdio. Los 10 tramos suman unos 70 kilómetros y Lamiel ha defendido que el gobierno español tendría que reducir la velocidad en las vías con más mortalidad.

No es la primera vez que Trànsit pide al ministerio que cambie los 120 km/h de la AP-7. En junio, Lamiel planteó que la velocidad máxima se bajara a 110 km/h en toda la autopista, pero hasta ahora el gobierno español no ha dado la autorización para hacerlo. Ahora el SCT busca que la petición de aplicar una reducción en los tramos con más accidentes convenza al ministerio. Aun así, si esta propuesta tampoco prospera, ya se ha anticipado la medida que se prepara a largo plazo: un sistema de velocidad variable que el SCT prevé empezar a aplicar este año en la C-58 con la intención de extenderlo a la AP-7 y a la C-33. El hecho es que la Generalitat tiene competencias para hacer la velocidad variable pero no para cambiar la limitación máxima.

Lo que ha anunciado el ministerio de Transportes es que se han licitado unos contratos para redactar los proyectos de ampliación de hacer un cuarto carril en la autopista entre Sant Celoni y Montornès del Vallès y entre Martorell y Vilafranca.

Gestión inteligente de la red

Lamiel ha avanzado que la idea es tener un sistema predictivo y de gestión inteligente de la red viaria para que la velocidad incluso se pueda situar por debajo de los 100 km/h cuando haya congestiones y retenciones. Hace dos meses, el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, defendió también la propuesta de la velocidad variable en la presentación del plan de choque para la AP-7. Entonces, Elena admitió que la autopista “tiene un problema de saturación” porque desde que se han sacado los peajes la movilidad en esta vía ha aumentado un 40%, y ante las retenciones recurrentes comunicó que se pondrían más carriles extras, se restringiría la circulación a los camiones y habría más grúas para retirar los vehículos accidentados.

El siniestro mortal del camión que volcó este lunes mantuvo la AP-7 totalmente cortada hacia el norte durante horas, a pesar de que Lamiel ha asegurado que la actuación estuvo “bastante bien coordinada”. Ha argumentado que primero había que hacer el levantamiento del cadáver y que la retirada del vehículo comportó “una serie de operaciones complicadas”. “El SCT y el titular de la vía, el ministerio, actuamos con la máxima celeridad posible”, ha insistido. En cuanto a las víctimas mortales, Lamiel ha explicado que la causa más habitual de los accidentes son las distracciones, principalmente por el uso del móvil. Lo ha ejemplificado con un control que hicieron los Mossos d'Esquadra en la autopista, donde 88 de los 100 conductores que captaron manipulaban el móvil.

Aun así, Lamiel ha añadido que, al margen de las distracciones, el 40% de los muertos en accidentes de tráfico han consumido alcohol, drogas o psicofármacos, según los datos del Instituto de Medicina Legal. El número de personas que han perdido la vida este año en las carreteras catalanas se sitúa a un nivel muy similar del que había antes de la pandemia a pesar de que se han concentrado en una misma vía: la AP-7, que desde enero ha triplicado su mortalidad y es la que suma más víctimas en Catalunya.

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