Movilidad

Las obras en los accesos de Barcelona marcan la vuelta a la rutina

La ronda de Dalt será uno de los puntos críticos mientras no se recuperen los tres carriles por banda

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Retenciones en la ronda de Dalt, en una imagen de archivo.

BarcelonaLa llegada de septiembre amenaza con comportar también el regreso de los atascos para acceder a Barcelona. Aunque el máximo volumen de tráfico no se alcanzará hasta el inicio del curso escolar, la próxima semana, la previsión es que este lunes ya se empiece a notar un incremento destacado de vehículos en las carreteras catalanas; un regreso a la normalidad que en el caso de los accesos a la capital tienen un punto caliente: las obras que se están realizando en la ronda de Dalt.

Los trabajos para cubrir el tramo que va desde la calle Granja Vella hasta la calle Anna Piferrer, entre la salida 5 y la 6, han obligado a reducir un carril por lado a lo largo de estos 650 metros de la ronda, una restricción que ya durante julio y agosto ha provocado retenciones pese al descenso habitual del tráfico en esta época del año. Aunque la previsión es que después de la Diada se recuperen ya los tres carriles por lado, estos primeros días de septiembre pueden ser complicados.

La previsión del Ayuntamiento de Barcelona es que la semana del 9 de septiembre ya estén reabiertos los tres carriles en ambos sentimientos de circulación. Pero para completar los trabajos las noches del 6 al 11 de septiembre también se tendrán que realizar cortes totales de circulación en este tramo de la ronda de Dalt. El consistorio dará más detalles sobre estas afectaciones durante la semana.

Dos obras clave para reducir el tráfico

Aunque la ronda de Dalt es la principal preocupación en cuanto a movilidad de entrada y salida en Barcelona en los próximos días, no es la única vía de acceso a la ciudad con afectaciones. Los trabajos de dos infraestructuras que deben ayudar a reducir notoriamente la afluencia de vehículos privados en la ciudad en el futuro también se harán notar. Se trata de las obras relacionadas con la L8 y el carril bus de la B-23.

En el caso de los trabajos para conectar por medio de Barcelona las líneas de Ferrocarrils del Vallès y la del Anoia –que atraviesa el Baix Llobregat–, las obras han supuesto la pérdida de tres carriles de la Gran Via en el cantón Besòs de la plaza España. Así, los vehículos que quieran acceder a Barcelona por esta vía encontrarán –como ya ha ocurrido durante todo el verano– que los dos carriles del lateral mar y un carril de la calzada central han desaparecido. En el tramo entre plaza Espanya y Vilamarí sólo habrá cuatro carriles, uno de ellos exclusivo para buses y taxis.

El carril bus de la B-23, en cambio, afectará, aunque mínimamente, al acceso a Barcelona por la Diagonal. Los trabajos para construir este carril, que unirá la A-2 y la intersección de la avenida Diagonal con la avenida Albert Bastardas –reduciendo 15 minutos el trayecto de los buses que acceden a la ciudad por este punto– no han comportado la pérdida de carriles, pero sí han tenido que hacerse más estrechos. La B-23 registra en ese entorno una intensidad de tráfico de más de 120.000 vehículos al día.

Más allá de las complicaciones en los accesos más directos a la ciudad, también habrá que tener en cuenta el impacto que pueden tener sobre la movilidad de entrada y salida en Barcelona las obras que se están llevando a cabo en carreteras muy transitadas también durante los días laborables, como la C-16 y la C-17.

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