Menstruación

Bañarse con la regla: ¿es verdad que se corta?

Desmintamos una de las creencias más extendidas sobre la menstruación

Compresas y tampones en una imagen de archivo
04/08/2025
2 min

Los mitos en torno a la menstruación y, en general, de la salud sexual femenina no son pocos. La falta de investigación médica del cuerpo de la mujer, pero también los tabúes y el sexismo, han hecho que muchas problemáticas se explicaran en secreto o se solucionaran a través del boca-oreja y la medicina popular. Una de las creencias más extendidas es que bañarse durante la menstruación hace que el sangrado se corte: te explicamos por qué no es verdad.

Para empezar, la menstruación se basa en un ciclo hormonal que se producirá igualmente, tanto si nos bañamos como si no. Si a veces tenemos la sensación de que al salir del agua baja la sangre otra vez, es probable que sea porque mientras nos bañábamos el flujo que teníamos en la vagina se haya "limpiado". Así lo explica Alicia Rubio, matrona en el Hospital del Mar: "Cuando la sangre del útero vuelve a bajar hasta la vagina, parece que volvemos a tener la regla, pero en realidad nunca se ha ido, sino que la zona que estaba llena de sangre se ha limpiado con el agua". Esta sensación depende del suelo pélvico de cada uno, pero el hecho de que entre un poco de agua en la vagina no implica ningún riesgo de infección, aclara Rubio.

También se dice que la temperatura del agua puede detenernos el sangrado. "Si el agua está muy fría y hay una contracción importante, quizás en ese momento no salga sangre. Pero eso sólo lo notará quien tenga una gran cantidad de flujo", explica la matrona. Esto tampoco significa que se nos corte la regla, sino que la contracción de los músculos impide que salga del cuerpo. Pero la sangre no deja de salir del útero, puesto que no es una musculatura voluntaria que podamos controlar.

Un ciclo que se puede alterar

Aunque el proceso de la regla no puede detenerse, el ciclo hormonal sí puede verse alterado, por ejemplo por culpa del alcohol. Cuando bebemos, descansamos peor y esto hace que algunas hormonas se segreguen de manera diferente, lo que podría implicar tener reglas más dolorosas. En cambio, hacer ejercicio continuado puede ayudarnos a tener reglas más estables y regulares, y también con menos dolor, según Rubio.

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