Salud mental

"Si mi hija tuviera un cáncer y no un problema psiquiátrico, tendría transporte escolar"

Una madre denuncia que Educació no facilita que su hija con TEA pueda desplazarse del hospital al instituto

Laura Trabal denuncia que Educació no facilita que su hija con TEA pueda desplazarse del hospital al instituto
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BarcelonaSin transporte escolar adaptado que llevara a su hija desde la unidad de psiquiatría donde está ingresada en Sant Boi de Llobregat hasta el instituto del distrito barcelonés de Sant Martí, Laura Trabal hizo de taxista para que la niña, que ahora tiene 15 años, pudiera mantener su actividad académica. Durante tres meses, de enero a marzo, explica que iba a buscarle, se esperaba frente a la puerta del centro escolar por si tenía que ir a rescatarla y la devolvía al hospital. Pero, sin vehículo propio, llegó un momento en que la factura del coche de alquiler fue demasiado para la economía familiar y no pudo mantener esa rutina. Este inicio de curso, de momento, la hija tampoco asiste a la clase ordinaria y debe conformarse con la hora deaula hospitalaria al día, "del todo insuficiente" para poder seguir sus estudios.

Trabal, sin embargo, no quiere conformarse y reclama al departamento de Educación el derecho a que su hija siga con la enseñanza ordinaria en la medida en que su estado le permita. "Pedimos derechos, no favores", insiste, mientras hace de su lucha una colectiva para los "cientos de niños y niñas" que calcula que se encuentran en la misma situación porque "el Govern, la conselleria, no responde". Al preguntárselo, el departamento defiende que el adolescente no tiene el alta médica para poder salir del centro donde está ingresada e ir a clase. sino que cada día ambas salen por Sant Boi para pasar unas horas plegadas, lejos de las restricciones y normas de la unidad de atención al adolescente (UCA) del Hospital Benito Menni. hija aconseja que vaya al instituto", replica y apunta que, además, la niña está muy motivada. Trabal denuncia la "discriminación" con la que se encuentran las familias y las personas que tienen un problema de salud mental frente a las de enfermedades orgánicas. "Es duro porque sé que si mi hija tuviera un cáncer, sí tendría un transporte escolar", sí tendría un transporte escolar". inasumible

La hija de Trabal tiene un trastorno del espectro autista (TEA) de grado dos y una enfermedad psiquiátrica que le ha hecho recaer y estar ingresada varias veces. La última vez desde junio, aunque también estuvo durante buena parte del primer trimestre de este año, en el que sí pudo ir a clase por la perseverancia y el esfuerzo económico de la madre. Pero la mujer ya no puede asumir más gastos como éste y se ve incapaz de manejarla en transporte público por toda el área metropolitana. "Mi hija tiene hospitalitis, la enfermedad de quienes están en ingresos largos y sería bueno que ampliara su mundo y no creciera institucionalizada", indica Trabal, en la línea del modelo de intervención en este ámbito en el que se evita el aislamiento de los pacientes y se pretende que no pierdan los vínculos sociales. Por eso, a menudo, una de las actividades preferidas es que amigas del centro o instituto videollamadas con su núcleo más cercano.

Trabal es activista del Sindicato de Madres en la Diversidad Funcional, un grupo que reúne a unas 200 familias (la mayoría monomarentales) con hijos con alguna discapacidad para exigir el cumplimiento de los derechos que les corresponden tanto a los niños como a ellas como cuidadoras no profesionales. "Somos las que hacemos el trabajo en la administración gratuitamente, a costa de nuestra salud", no se cansan de repetir.

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