Salud

Un hombre con dos tumores y el 20% del hígado se opera en Barcelona para salvar su vida

El Hospital del Mar es el único centro catalán que elimina el cáncer hepático con descargas eléctricas

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Imagen de una intervención en el Hospital del Mar

Barcelona"Me encuentro bien, estoy listo para irme a casa", celebra Luis García desde la unidad de reanimación quirúrgica del Hospital del Mar. Hace unos meses esta afirmación era impensable para ese hombre portugués, que tenía dos tumores en el hígado y muy pocas perspectivas de futuro. El cáncer obligó a los médicos a extirparle el 80% del órgano para mantenerlo con vida y eso hacía muy difícil una nueva intervención para salvarle. Uno de los tumores, además, estaba ubicado en un sitio de alta complejidad, cerca de unos vasos sanguíneos que nutren de sangre al hígado, y cualquier lesión le habría llevado a una insuficiencia hepática y finalmente a la muerte.

García es de Portugal y en su país le visitaron multitud de especialistas que no se veían con corazón de operarlo porque con las técnicas convencionales no podían garantizar su supervivencia. La valoración era siempre la misma: era inoperable. Huérfanos de alternativas en su casa, el paciente y la familia buscaron opciones en otros países y encontraron la solución de la mano del Hospital del Mar y una técnica pionera que apenas se practica en ningún otro lugar. Se llama electroporación irreversible y consiste en exponer el tumor a descargas eléctricas de alto voltaje, pero muy cortas, para su extirpación sin necesidad de abrir al paciente.

Sólo cuatro hospitales de España utilizan esta técnica para tratar cánceres hepáticos. "Era un desafío porque sólo teníamos un 20% del hígado remanente para realizar la operación. La situación del paciente era muy limitada", recuerda el jefe del servicio de cirugía general del hospital, Fernando Burdío. Como no podía beneficiarse de las técnicas que habitualmente se utilizan para la extirpación de tumores, la única opción que tenía era esta terapia con tecnología emergente que está a caballo entre la práctica clínica y la investigación.

Esta es una intervención de alta complejidad, que no está incluida en la mayoría de guías clínicas y que requiere mucha experiencia para llevarla a cabo, ya que deben colocarse una serie de agujas con gran precisión para que tenga éxito. En cuatro años el Hospital del Mar ha tratado a nueve pacientes con cáncer de hígado con esta técnica, y es el centro del estado que más intervenciones de estas características ha hecho.

El mecanismo fundamental de la electroporación irreversible son unas corrientes eléctricas de alto voltaje pero de poca duración: se expone el tumor a descargas de casi 2.000 voltios durante unos microsegundos para matar a las células malignas sin afectar a las sanas. Se centra en el tumor y preserva mejor los vasos sanguíneos, ya que no se debe abrir al paciente, por lo que es una técnica más sutil y duele menos a quien la recibe.

Burdío avisa de que es más sofisticada que otras técnicas y, por tanto, tiene un coste muy elevado, casi 10 veces superior a las convencionales. Ahora bien, defiende que hay que hacerle sitio en las guías clínicas para aquellos pacientes complejos que, como García, no tienen más posibilidades de tratamiento. Sin ese abordaje el segundo tumor, el que estaba ubicado cerca de las venas que nutren al hígado, no habría podido operarse.

La familia como motor

Profesionales del Hospital del Mar llevan 15 años estudiando la manera de operar tumores con técnicas menos agresivas y más sofisticadas, como ésta. Aparte de los cinco cánceres hepáticos, también han tratado cinco tumores en el páncreas y el radiólogo Aleksandar Radosevic concreta que sobre todo se utiliza para tratar el cáncer de próstata. Uno de los hijos de García es médico y sabía de la existencia de esa innovadora técnica. Se puso en contacto con el hospital para ver si podían tratar a su padre y buscó un programa europeo que costeara esta operación tan cara, ya que el sistema sanitario catalán no la asumía.

La comunicación con el doctor Burdío ha sido constante durante la semana que su padre ha sido ingresado en el centro para que le operaran y ahora García ya está listo para volver a casa. "Quiero vivir porque tengo cuatro hijos, una mujer maravillosa y diez nietos", concluye con una sonrisa desde reanimación quirúrgica, con ganas ya de irse del hospital y reunirse de nuevo con la familia.

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