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Más de la mitad de los adultos y un tercio de los niños sufrirán obesidad en el 2050

El análisis global más exhaustivo de estas enfermedades constata que las nuevas generaciones ganan peso cada vez más rápido

Obesidad
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BarcelonaLas estrategias de los últimos 30 años para contener el avance de la obesidad en el mundo han fracasado y, si no hay una acción política contundente, las proyecciones de cara al 2050 no son optimistas. Éste es el escenario que dibuja el análisis global más exhaustivo hecho hasta ahora del sobrepeso y la obesidad, el The Lancet Global Burden of Disease Study. Según el estudio liderado por la Universidad de Washington (UW), entre 1990 y 2021 los casos se han duplicado, con más de 2.100 millones de adultos y cerca de 500 millones de niños y adolescentes afectados. Es decir, cuatro de cada diez personas en el mundo tienen obesidad. Pero en 25 años se prevé que estos datos aumenten más: el 60% de los mayores de 25 años (3.800 millones) y un tercio de los niños y jóvenes de entre 5 y 24 años (746 millones) sufrirán una enfermedad por exceso de peso.

"La epidemia mundial sin precedentes de sobrepeso y obesidad es una tragedia profunda y un fracaso social monumental", afirma Emmanuela Gakidou, doctora del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la UW y principal autora del análisis. El informe revela que las tasas mundiales de sobrepeso y obesidad entre los adultos aumentarán del 43% estimado en 2021 hasta el 57,4% para los hombres de cara a 2050. En el caso de las mujeres, pasará del 47% al 60%. "Las estimaciones son realistas y no sorprenden, pero preocupan muchísimo. Son las cifras desastrosas que deberemos afrontar en el futuro si no hacemos nada en el presente", valora la coordinadora de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad del Hospital Vall d'Hebron, Andreea Ciudin, que no ha participado en la .

Los autores del análisis subrayan que estos resultados deben interpretarse como un toque de alerta a escala mundial: si no se planifica y se implementa una acción política urgente, habrá un incremento sin precedentes de la obesidad y de enfermedades prematuras (como la diabetes, la presión arterial alta y algunos cáncer). El mayor número de adultos con sobrepeso y obesidad en el 2050 se espera en China (627 millones), India (450 millones) y Estados Unidos (214 millones), en parte por su gran población. Ahora bien, por regiones, el mayor aumento se dará en países de Oceanía y el norte de África y Oriente Medio.

Aunque no será el país más afectado en el mundo, el estudio –que ha recibido financiación de la Fundación Bill y Melinda Gates– plantea que España podría ser uno de los estados de renta alta con algunas de las cifras más preocupantes. Se estima que la obesidad afectará a un 23% de los chicos y un 21% de las chicas de 5 a 14 años; un 23% de las jóvenes de entre 15 y 24 años; y el 45% de las mujeres mayores de 25 años.

Projecció de les persones amb sobrepès o obesitat a Espanya
Només es mostren les dades quan Espanya es troba entre els 10 països de renda alta amb la xifra més elevada

El estudio contempla el nivel socioeconómico de los países y constata diferencias sustanciales por edades y sexo. Atendiendo a los países de renta alta, en la franja de los niños (de 5 a 14 años) y en cuanto a los chicos, los países más afectados serán Chile (37% de la población), Australia (27%) y Grecia (26%), mientras que en lo que respecta a las chicas de estas edades liderarán el listado Chile (2003) y 30 (30%).

Entre los adolescentes (de 15 a 25 años), los jóvenes chilenos volverán a ser los más afectados por la obesidad (31%), seguidos de los estadounidenses (31%) y los neozelandeses (28%), si bien en el caso de las jóvenes la prevalencia será más alta entre norteamericanas3 ). Los países no varían demasiado en el caso de los adultos: tanto los hombres como las mujeres con mayor obesidad vivirán en Estados Unidos (55% y 59%, respectivamente), Chile (53% y 56%) y Australia (49% y 55%).

Las próximas generaciones

Los autores señalan que las generaciones más jóvenes están ganando peso con mayor rapidez que las anteriores. Por ejemplo, en los países de ingresos altos el 7% de los hombres nacidos en la década de 1960 tenían obesidad a los 25 años, pero para los nacidos en la década de 1990 el porcentaje se duplica (16%), y para los nacidos en 2015, se estima que subirá hasta el 2%. "Pero si actuamos ahora, todavía es posible prevenir una transición completa hacia la obesidad global para los más jóvenes", señala la coautora e investigadora del Instituto de Investigación Infantil Murdoch (Australia) Jessica Kerr.

Coincide Ciudin, que subraya que este análisis debe ser la "última señal de alarma" para que todas las políticas y los sectores implicados –sanidad, educación e industria– trabajen juntos, si bien cree que será "difícil" revertir la curva de la obesidad. "Vamos a seguir aumentando las cifras de obesidad porque hay mucha gente con la enfermedad y eso influye en las siguientes generaciones. La enfermedad de hoy influye en los bebés que aún deben nacer", explica la endocrinóloga. Los hijos de una mujer con obesidad tienen mayor predisposición a padecer la enfermedad por el peso epigenético, al igual que un hombre con obesidad tiene un esperma con ADN modificado proclive a la obesidad, ejemplifica.

Los investigadores utilizaron el índice de masa corporal (IMC) para determinar la prevalencia del sobrepeso y la obesidad de 204 países desde 1990 hasta 2021. Con todo, Ciudin recuerda que los criterios han evolucionado –ahora se tiene en cuenta la grasa corporal, la edad y los síntomas, los síntomas, los prontos y los síntomas.

Los autores piden esfuerzos más coordinados para ofrecer intervenciones integrales adaptadas a la situación sociodemográfica, económica, ambiental y comercial única de cada territorio. "Pero centrarnos sólo en la dieta y el deporte es muy simplista, ya que en la mayoría de los casos esto no es suficiente", dice Ciudin, quien defiende que es necesario valorar caso por caso si el mejor tratamiento es farmacológico o quirúrgico. "Ahora hay fármacos para reordenar mecanismos alterados que son excelentes, pero existen problemas de acceso y tampoco funcionan en todos los casos", defiende. De hecho, el estudio no consideró el impacto potencial de medicamentos como Ozempic, que podrían alterar las previsiones a largo plazo de estas enfermedades.

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