El intento de ejecución de un hombre en Sant Andreu se cierra sin resolver

Durante los tres años que el caso ha estado en investigación no se ha podido identificar al autor de los disparos

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L'intent de ejecución se produjo el abril del 2019 cerca de la plaza Sant Francesc Coll de Barcelona

Barcelona7 de abril de 2019, en el barrio de Sant Andreu de Barcelona. Un hombre recibe dos disparos por la espalda mientras sale de su casa a las 11 de la mañana, delante de su mujer y su hijo, menor de edad. Una bala le impacta en el cuello y la otra en la espalda. La víctima cae malherida y el pistolero, que le ha disparado prácticamente a bocajarro, huye corriendo. Tres años después la identidad del autor de los disparos sigue siendo un misterio. Durante la investigación, los Mossos d'Esquadra y el juez que dirigía el caso han estado siguiendo varias pistas para poder poner nombre y apellidos al pistolero y detenerlo, pero todas han llevado a un callejón sin salida.

El marzo pasado el juez archivó el caso provisionalmente. Esto no quiere decir que quede enterrado para siempre, sino que hará falta una evidencia nueva para volver a reabrirlo, un extremo que no es descartable en un caso rodeado de interrogantes. De hecho, uno de los grandes misterios sin resolver es la motivación del intento de ejecución y si tuvo algo que ver el pasado de la víctima, que en 2009 fue condenado a prisión y ya hace más de una década que ha liquidado sus cuentas con la justicia. Como se trata de un intento de asesinato, el delito no prescribirá hasta dentro de 15 años, suficiente tiempo para reabrir la causa si aparece una nueva prueba que pueda guiar a los investigadores hasta el pistolero.

Cuatro sospechosos descartados

Hasta cuatro personas han estado en el punto de mira de los investigadores durante los últimos años, entre las cuales un hombre que acabó investigado por los hechos. Finalmente, el juez los ha descartado a todos por falta de pruebas. En tres de los casos, la ubicación de su teléfono móvil en el momento del intento de ejecución fue clave para descartarlos como sospechosos y verificar sus coartadas. "En todas las líneas de investigación seguidas, ha resultado fundamental el estudio de las tarificaciones de los teléfonos móviles, que han permitido descartar, una detrás de otra, todas las líneas abiertas", destaca el juez en su resolución de archivamiento del caso, a la cual ha accedido el ARA.

El cuarto de los sospechosos llegó a estar investigado como presunto autor de los hechos. En su caso no se pudo seguir la pista del teléfono móvil porque, cuando se pidieron los datos, ya hacía más de un año del intento de asesinato y las compañías ya habían borrado los registros. El plazo máximo que la ley obliga a conservar los datos es de un año. Como una cámara de seguridad grabó al pistolero justo antes de que disparara contra la víctima, los Mossos d'Esquadra practicaron un examen antropométrico para comparar las características del rostro del hombre investigado con el que aparecía en las imágenes. Sin embargo, la mala calidad del vídeo hizo que no se pudiera llegar a ninguna conclusión y esta prueba también se tuvo que rechazar.

El juez tiene en cuenta este hecho a la hora de archivar el caso, pero también descarta a este sospechoso como el presunto pistolero, teniendo en cuenta que "en la fecha de los hechos tenía 69 años, que necesita muletas para andar y que ha negado toda participación en los hechos". Habrá que ver si en el futuro aparece una nueva evidencia que ayude a resolver un caso que casi le cuesta la vida a la víctima, que ha perdido una pierna por las heridas. De momento, el misterio queda sin resolver.

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