El momento "más difícil" para un mosso: descubrir que dos compañeros colaboraban con el narcotráfico

Barcelona"Fue uno de los momentos más difíciles de mi carrera". Un agente de los Mossos de la comisaría de Sant Martí ha admitido la dificultad de investigar a dos compañeros suyos, a los que tenía "afecto y cariño". Lo ha dicho en una nueva sesión del juicio contra dos mossos –un agente y un cabo de la propia comisaría– y dos mecánicos por colocar droga y armas en el coche de un estibador, Carlos L., con el objetivo de incriminarle. El nombre del investigador de los Mossos que ha declarado había salido varias veces durante el juicio, pero hasta la fecha no ha podido explicar su versión de los hechos en la Audiencia de Barcelona. Él fue, en buena parte, el primero que sospechó que esa droga que apareció en un coche había sido un montaje.

Según el relato de la Fiscalía, tras colocar la droga, uno de los dos mecánicos llamó al teléfono de guardia de la comisaría de Sant Martí. Dijo que se llamaba Alberto y era confidente de un tal Trini, un agente de la comisaría conocido por tener fuentes en el mundo de la droga. Esta llamada sirvió para informar de que había droga en un coche y se puso en marcha el operativo policial que fue hasta el lugar de los hechos: la puerta de un gimnasio junto a la plaza Francesc Macià de Barcelona. Allí se encontró la droga y se detuvo a Carlos L.

Quien ha declarado hoy es Trini, que de entrada ya ha dicho que no tiene ningún confidente que se llame Alberto y que, además, ninguno de sus informadores le conoce como Trini, que es más bien un apelativo cariñoso entre amigos y familia. También ha asegurado que el sistema con sus confidentes nunca es el de llamar al teléfono de guardia de la comisaría, un número que no es público. Por todo ello, empezó a sospechar: "Me sorprendió, no es mi forma de proceder", declaró.

Esta sospecha fue a más cuando pidió estar en el interrogatorio de Carlos L., y el estibador del puerto de Barcelona explicó que todo aquello era un montaje por las enemistades que tenía entre estibadores. Concretamente, mencionó la figura de David Caballero, conocido como Bubito, que fue asesinado hace un año en Montgat por un conflicto de drogas. Trini ha aceptado que dio "cierta veracidad" al discurso de Carlos L., quien, además, pidió a los agentes que hablaran con un estibador conocido suyo que tenía más detalles. Así lo hicieron, y este estibador les facilitó el testigo de otra persona vinculada con el mundo del tráfico de drogas, según explicó el agente en su declaración.

Descripción de los acusados

Con este testigo habían quedado no muy lejos de la comisaría de Sant Martí y, de entrada, ya les avisó que debían verse en otro sitio porque había agentes de esa comisaría implicados. El informador afirmó que había dos mossos de Sant Martí que colaboraban con el tráfico de drogas, facilitando, sobre todo, información confidencial. ¿Quiénes eran aquellos agentes? El confidente describió que uno tenía el rostro marcado y acento catalán, y el otro era muy alto y calvo. Los conocían como Pep y Godzilla. Trini ha descrito cómo, en ese momento, mostró una imagen de todos los miembros de investigación de la comisaría, y el informador señaló, "sin dudar", a los dos agentes que escuchaban este jueves su testigo sentados en el banquillo. "Fue uno de los momentos más difíciles de mi carrera", admitió Trini.

A partir de ese momento, comenzó una investigación que involucró a Asuntos Internos de Mossos y que ha incluido pinchar la misma comisaría y un coche de los Mossos. Todo ello ha desembocado en el juicio que se está celebrando estos días. Ambos mossos se enfrentan a hasta dieciocho años de cárcel y los mecánicos a dieciséis, según la petición de la Fiscalía. Se les imputan delitos contra la salud pública, tenencia ilícita de armas, detención ilegal y, en el caso de los agentes, revelación de secretos.