Pandemia

La vacuna reduce de manera "clara y contundente" las muertes y hospitalizaciones de los usuarios de residencias

Las bajadas, según un estudio del BioCOMSC, son de un 50% y también afecta al número de ingresos en las UCI

Xavier Pujol Gebellí
3 min
Una mujer, mientras la vacunan contra el covid  en una residencia de gente mayor de Barcelona.

El efecto de la vacunación, puesta en marcha oficialmente el 27 de diciembre, ya se nota de manera “clara y contundente” en el segmento de población que vive en las residencias catalanas. Han bajado de manera nítida las defunciones, así como también el número de hospitalizaciones y de ingresos en las UCI, justamente ahí donde la pandemia ha hecho más daño desde el principio: la gente mayor, muchas con patologías previas, que vive en un entorno de alta interacción social. Así lo afirma Clara Prats, del Grupo de investigación en Biología Computacional y Sistemas Complejos (BIOCOMSC). Los datos, que forman parte del estudio epidemiológico que este grupo elabora periódicamente para la Comisión Europea, detecta caídas de cerca del 50%.

Tanto en la segunda oleada como en la tercera, explica Clara Prats, coordinadora del estudio, la mortalidad en las residencias ha oscilado entre el 30% y el 40%. A partir del 4 de enero los gráficos muestran una bajada “muy significativa” que reduce la cifra hasta el 15% a finales de mes y que, en estos momentos, “es probable que sea alrededor del 10%”. Pasa lo mismo con las hospitalizaciones de los residentes, que han pasado del 8% al 4% y, en porcentajes similares de reducción, con los ingresos en las UCI. “Solo la vacunación puede explicar esta bajada tan importante”, asegura: “La mortalidad general en personas de más de 80 años ha sido casi diez veces más que la media”. “Vacunar a los más mayores de 70 años tendría que ser un objetivo esencial”, reclama, siempre que “haya vacunas”.

Desde enero se están reduciendo todos los indicadores por las medidas de contención implementadas, explica: “Lo que vemos es que en las residencias bajan el doble que entre la población general”. Este dato se hace más claro a partir del momento en que al menos el 70% de los residentes han recibido la primera dosis: “El efecto es muy nítido”. La vacuna podría haber frenado también la transmisión y, por lo tanto, la aparición de más casos positivos: “Podríamos decir que hay menos casos, pero no tenemos suficiente información para afirmarlo rotundamente”. Esto hace que sean más prudentes con respecto a este dato.

El estudio se ha hecho únicamente con los datos extraídos de residencias catalanas. “Es el único territorio que da acceso a toda la información”, dice Prats, en contraposición con lo que pasa en otros lugares de la Península, donde son “más limitados”. La falta de datos impide de hacer una radiografía más completa, como pide la Comisión Europea. Aún así, en un estudio previo entregado esta misma semana, BIOCOMS detalla la evolución de la pandemia desde marzo de 2020 hasta enero a partir de los cuatro grandes indicadores: mortalidad, ingresos en la UCI, hospitalizaciones y número total de casos. El análisis estadístico se ha hecho en todo España en franjas de edad con datos oficiales del Instituto de Salud Carlos III.

Las gráficas muestran claramente que la mortalidad se concentra en las personas más mayores de 80 años, y van bajando progresivamente en las franjas inferiores. Las que continúan en nivel de riesgo son las de 70 a 80 años y de 60 a 70 años. “La edad es uno de los factores de riesgo principales”, detalla Prats. Las hospitalizaciones y los ingresos en la UCI muestran proporciones parecidas. Respeto a los casos positivos, se observa que los adultos jóvenes de 20 a 29 años han sido “motores de la pandemia”. Se trata del grupo con más interacción social y donde se detectan más asintomáticos .

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