Marc Ribas: "Cuando me enamoro soy visceral, animal y brutal"

El chef Marc Ribas dice que del desamor aprendió que el amor debe cuidarse cada día para evitar que muera. Con esta idea muy presente, hace unos años conoció a Berta. Ahora llevan cinco juntos. "Nos conocimos trabajando. Yo necesitaba a alguien que supiera de marketing y publicidad para construir mi marca y la fiché a ella", explica el chef. Fue viéndola trabajar que Ribas se enamoró. "Es una mujer fuerte, decidida e inteligente. Creo que en una pareja puede haber cosas que te gusten y cosas que no te gusten, pero si no hay admiración, la relación no va a funcionar", explica Ribas.

"Cuando me enamoro soy visceral, animal y brutal", asegura el chef. Además, considera que su pasión es bastante constante. "Me siento casi igual que hace cinco años, soy muy estable. Con la complicidad, la parte carnal y la comunicación, todo funciona. Eso sí, debes cuidarlo cada día para que no pierda gas", aconseja. Con Berta, dice, hacen muy buen equipo. "Me ayuda a aterrizar, yo soy alguien que vuela muy alto y que hace volar muchas palomas y Berta me equilibra. Es tozuda en el buen sentido: nunca se rinde y siempre tiene ganas de mejorar", se sincera el chef. Para ambos, el trabajo es muy importante. "Para nosotros el trabajo no es un medio para ganar dinero y poder vivir, es una parte importante de nuestra vida. Yo no pienso en la jubilación, para mí la vida sin cocinar o sin un proyecto de cocina no sería lo mismo. Creo que lo necesito, me cocino encima constantemente", añade.

En casa, normalmente es él quien cocina, porque lo tiene más por mano y va muy deprisa. "Cocino y limpio a la vez", dice. El amor y la cocina tienen muchas cosas en común. "Cocinar es un acto primario de amor. A una hija le haré unos macarrones, a la otra un pastel dulce, ya Berta un arroz negro. Cocinar es decir te quiero", confiesa Ribas.

De la cocina, dice, podemos aprender mucho sobre relaciones. "Igual que hay platos que son fast food, hay relaciones que pueden ser fast food: te acabas arrepintiendo de haber comido lo tan poco nutritivo, o te lo has jodido y luego la digestión se te hace pesada y densa", explica. En la mesa y el amor, Ribas reivindica lo bueno, saludable y enriquecedor. "El amor es un motor en mi vida. La cocina es el vehículo y el amor es el motor", concluye.