"La sexualidad es mucho más que penetración"
La historia de amor de la escritora Gemma Lienas
La escritora Gemma Lienas conoció a Enric en la boda de su mejor amigo. "También era su mejor amigo y, aunque había oído hablar mucho de ello, nunca nos habíamos conocido". En la boda, Gemma se fijó, pero la cosa no fue a más. Hasta que un día, alrededor de las fiestas de Mercè, Enric se presentó de imprevisto en casa del amigo en común. "Se sentó frente a mí y, además de guapo, lo encontré inteligente y divertido. Dos horas más tarde ya se vio que había sintonía entre ambos. Cinco días más tarde empezábamos una relación y, diez días después, en una cafetería que ya no existe, yo me descubría pensando que por primera vez se habían corrido alineado. 32 años y era la primera vez en la vida que todo funcionaba".
Desde entonces han pasado más de cuarenta años y la escritora asegura que Enric no es sólo su amor, es su "amigo y compañero de vida". "Me di cuenta de que también era mi amigo cuando hace unos años él tuvo un problema de salud. Yo estaba angustiada y con muchas ganas de llorar y echaba de menos poder contárselo a mi mejor amigo, porque justamente era él! Siempre le digo que hemos tenido mucha suerte, él dice que también nos lo hemos trabajado mucho".
Hay rituales que tienen desde hace tiempo. Cada noche a las ocho de la tarde se sirven una copa de vino blanco y hacen el crucigrama juntos. Cuando no trabajan, también les gusta pasear, cocinar o compartir ratos de lectura. "Él es de ciencias y yo de letras ya ambos nos encanta leer. En casa tenemos 13.000 libros muy bien ordenados, es como una biblioteca". Cuando trabajan, cada uno en su despacho, tienen una costumbre que Gemma espera no perder nunca: "Siempre hay alguno de los dos que en algún momento se levanta y va al despacho del otro a darle un beso. Si nos cruzamos en el pasillo, también me gusta detenerlo y darnos un abrazo".
La escritora reivindica que la sexualidad no tiene por qué morir con los años. "Sencillamente cambia, y suerte, porque si siempre tuviéramos el mismo deseo que cuando éramos jóvenes, el cuerpo no acompañaría". "Nos han enseñado que la sexualidad es penetración, pero hay otras muchas maneras de expresar la sexualidad: besos, caricias… Cuando pasan los años no hay la misma efervescencia, pero sí hay un deseo del otro, y eso es muy bonito".