Fortunas

Los polémicos millonarios tras los Juegos Olímpicos en los que se permiten las drogas

Peter Thiel, cofundador de PayPal y aliado de Donald Trump, está entre los inversores más influyentes de los Enhanced Games

Pau Lizana Manuel
4 min
Peter Thiel, en una imagen de archivo

Barcelona"Las Olimpiadas del futuro". Así se definen en su sitio web los Enhanced Games (Juegos Mejorados), una propuesta alternativa a los Juegos Olímpicos donde los atletas no tendrán que pasar por ningún control antidoping. Es una idea del abogado y emprendedor australiano Aron D'Souza y ha recibido ya el apoyo económico de uno de los hombres fuertes de Silicon Valley, Peter Thiel.

El currículo de Thiel incluye logros empresariales y polémicas a partes iguales. Nacido en Alemania y criado entre Sudáfrica y San Francisco, fundó PayPal con Elon Musk, a quien echó de la empresa mientras era de viaje de boda. Tras hacer fortuna con la venta de PayPal en eBay, Thiel fue uno de los primeros inversores independientes de Facebook. De Thiel también sabemos que ha mantenido posiciones cercanas a la extrema derecha y ha financiado con millones de dólares campañas de políticos republicanos de la órbita de Trump en Estados Unidos, como Ted Cruz. Llegó a escribir para un blog que "ya no creía que la libertad y la democracia fueran compatibles".

La relación entre Thiel y el fundador de los Enhanced Games, D'Souza, viene de lejos. El joven australiano fue quien propuso a Thiel que financiara un juicio contra Gawker, un portal estadounidense de prensa del corazón que había revelado la homosexualidad de Thiel en el 2007, para obligarles a cerrar. Tras perder el litigio, Gawker se declaró en quiebra y desapareció.

Ahora bien, Thiel no es el único millonario seducido por la idea de D'Souza de unos Juegos Olímpicos donde se alienta el consumo de drogas para mejorar la actuación de los atletas. Las advertencias y críticas que llegan desde el mundo del deporte –el presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Sebastian Coe, tachó la iniciativa de “cojonada”– no han detenido inversores como Christian Angermayer o el polémico científico George Church d interesarse por la idea de D'Souza.

Angermayer es uno de los fundadores de Compass Pathways y Atai Life Sciences, dos empresas que estudian la posibilidad de utilizar componentes de los setas mágicas y otras drogas psicodélicas en medicinas para combatir enfermedades mentales como la depresión o la ansiedad. En su web, Angermayer sostiene que "el envejecimiento y la muerte son un conjunto de enfermedades que pueden ser precavidas, tratadas y evitadas". Es uno de los principales inversores de los Enhanced Games, junto con Thiel.

Por su parte, George Church es un genetista del Instituto Wyss de Harvard que trabaja en la “desextinción” del mamut, lo que ve posible para 2028. Church ha fundado una cincuentena de empresas basadas en sus experimentos, que van desde el tratamiento de órganos de cerdo para trasplantarlos en humanos, hasta una aplicación de citas que tiene en cuenta los genes de los usuarios para seleccionar a sus posibles parejas. Algunos de sus proyectos han contado con financiación de Thiel, o de personalidades como Paris Hilton, pero también ha colaborado con inversores polémicos como Jeffrey Epstein. Church es miembro de la comisión científica de los Enhanced Games, el órgano responsable de velar por la salud de los futuros atletas.

Una supuesta industria del futuro

Los Enhanced Games, que se centrarán en cinco deportes individuales –atletismo, natación, gimnasia, lucha y halterofilia– se presentan como un paso adelante en el mundo de la modificación genética. Por eso inversores como Thiel, que ha dicho que quiere congelar su cuerpo cuando muera para que lo revivan cuando exista la tecnología para hacerlo y considera que la modificación genética humana es la industria del futuro, se han sentido atraídos.

Más allá del supuesto avance biotecnológico que deben significar estos juegos, la propuesta de D'Souza también se presenta como la alternativa a unos Juegos Olímpicos donde “la corrupción, el soborno y la explotación están a la orden del día”. Es cierto que son muchos los casos en los que algunos atletas olímpicos han denunciado situaciones de precariedad. Un informe estadounidense reveló que sus atletas olímpicos deben pagar de media 12.000 dólares para poder participar. Es decir, mientras los ejecutivos de los órganos de gobierno olímpicos estadounidenses cobran primas de cientos de miles de dólares, sus deportistas ganan tan poco dinero que deben recurrir a formas de financiación externas para pagarse la participación en los Juegos Olímpicos.

Las grandes inversiones que han recibido los Enhanced Games les han permitido prometer a los futuros competidores premios de un millón de dólares si rompen récords mundiales. Pero las largas sanciones que anuncian las principales autoridades deportivas mundiales pueden desalentar a deportistas como el nadador olímpico retirado James Magnussen. El australiano es uno de los pocos atletas que ha anunciado que participará en la competición y afirmó que "se doparía hasta las cejas" para romper el récord mundial.

La Agencia Mundial Antidopaje, sin embargo, ha advertido a los atletas que quieran participar en los Enhanced Games que “se arriesgan a cometer violaciones de las normas antidopaje” y el Comité Olímpico Internacional dijo a Reuters que estos juegos “serían una buena forma de acabar con cualquier idea de juego limpio en el deporte”. Incluso la Casa Blanca ha expresado "serias preocupaciones" sobre la idea.

Ninguna de estas críticas, sin embargo, parece poder detener la primera competición deportiva donde se alentará el uso de drogas. Empujados por los millones de dólares de sus inversores, los Enhanced Games tienen previsto empezar las pruebas de calificación el 12 de agosto, cuando acaben los Juegos Olímpicos de París.

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