Descubren la posible causa del covid persistente
Los enfermos que lo sufren presentan una inflamación crónica y microtrombos que afectan a los tejidos
El covid permanente es un misterio. Se calcula que afecta a entre un 5% y un 10% de quienes han sido infectados por el SARS-CoV2, pero no hay ningún test para diagnosticar esta forma larga de la enfermedad. De hecho, ni siquiera tenemos claro la forma de definirla. Hoy por hoy, la etiqueta es un cajón de sastre donde caben desde los que han perdido el gusto durante unas semanas hasta los que hace años que apenas tienen fuerzas para levantarse de la cama.
El abanico de síntomas, hasta doscientos, y su duración son extremadamente variables. Y, como cabe esperar de una enfermedad tan heterogénea, las causas son difíciles de determinar. Después de unos años, finalmente empiezan a encontrarse posibles explicaciones. Un artículo publicado recientemente en la revista Science sugiere que el covid persistente es el resultado de una desregulación del sistema inmunitario que lleva a la formación de pequeños coágulos y a una inflamación crónica que daña los tejidos.
65 millones de afectados
El covid-19 irrumpió en nuestra vida en forma de una enfermedad respiratoria muy contagiosa que rápidamente se esparció por todo el mundo. Después de varias oleadas de infecciones masivas y, sobre todo, de campañas de vacunación muy efectivas, los casos graves y la mortalidad se redujeron sustancialmente y se decidió que el coste sanitario de recuperar la normalidad era asumible. Esto no significa que el virus responsable, el SARS-CoV2, haya desaparecido o haya perdido agresividad: sigue habiendo picos periódicos de contagios y gente que termina en el hospital. Pero la mayoría de infecciones dan cuadros leves que ya no saturan los sistemas de salud.
Esta “nueva normalidad”, para utilizar un término que se puso de moda cuando aún no se veía el final en la crisis, es engañosa porque ignora el covid persistente, que no tiene nada de normal. Se cree que hay al menos 65 millones de personas en el mundo que sufren este síndrome que, en algunas situaciones, puede ser altamente incapacitante, pero la prevalencia real es imposible de calcular. Lo peor es que no disponemos de ningún tipo de terapia para aliviarlo.
Con la urgencia de pasar página, los enfermos de covid persistente han quedado relegados a un segundo plano. El hecho de que no sean casos que acaban ingresados ha hecho que tanto la sociedad como los propios médicos los hayan menospreciado, y los recursos que se han invertido para entender y tratar esta versión de la enfermedad han sido reducidos. El problema es aún peor en el Sur Global, porque el 90% de los estudios sobre estos temas se realizan en los países ricos.
Inflamación y trombos
El grupo dirigido por el Dr. Onur Boyman, de la Universidad de Zúrich, acaba de presentar los resultados de un estudio realizado en más de un centenar de pacientes que demuestra que en el covid persistente existe un agotamiento del sistema inmunitario. Esto lleva a una activación constante de sus células y de una serie de factores que se llaman el sistema del complemento, con la consiguiente fabricación ininterrumpida de anticuerpos y una inflamación local permanente en varios tejidos. Esto genera un daño crónico que destruye las células sanguíneas, activa las plaquetas y forma pequeños coágulos o trombos que afectarían a la función de los órganos y serían los responsables de los síntomas.
El SARS-CoV2 es uno de los virus más sorprendentes que han descubierto. Está en constante evolución y, aunque no muta tan rápido como el VIH, el gran camaleón de los virus, sí cambia más que el virus al que se le compara a menudo, el de la gripe. Esto nos hará estar permanentemente en guardia, por si alguna vez aparece una forma que se escape de las defensas que hemos creado con las vacunas.
Pero nos engañamos si entendemos el covid como poco más que un resfriado intenso, que parece ser la visión preponderante actualmente. Ahora sabemos que el virus afecta a muchos tipos de células del cuerpo, desde nervios a los vasos sanguíneos, y esto explica la retahíla de síntomas graves que puede causar, sobre todo en las formas de larga duración. Un trabajo prepublicado este enero en el repositorio Research Square dice que puede causar incluso señales de daño cerebral y pérdida de materia gris.
Vacunas al día
Estos resultados que lo implican en la formación de microtrombosis e inflamación crónica son preocupantes porque sugieren que todavía no conocemos todas las consecuencias que el SARS-CoV2 puede llegar a causar una vez que nos invade. Además, encajan con estudios anteriores que demostraban un vínculo entre el covid y un envejecimiento prematuro de los tejidos, un proceso que sabemos que está relacionado precisamente con una inflamación de baja intensidad que no quiere irse.
Tenemos que tomarnos seriamente el covid persistente y que intentemos evitar, en lo posible, ser víctimas de él. Un artículo publicado hace algunas semanas en la revista Lancet Respiratori Medicine por el Dr. Daniel Prieto-Alhambra y sus colegas demuestra que las vacunas reducen de forma importante el riesgo de covid persistente. Así pues, para empezar habría que tener la inmunización al día. Y también pedir que se siga investigando para encontrar un tratamiento lo antes posible.