Se acaban los míticos platillos de la Peña Barcelonista de Sitges por el aumento de precio del alquiler del local
El 23 de septiembre será el último día que se podrán comer buñuelos, huevos rotos con jamón, tripas o patatas bravas
SilosLa Seu, el restaurante de la Peña Barcelonista de Sitges (c/Illa de Cuba, 8) dejará de cocinar, el 23 de septiembre, los míticos platillos que tanta llamada le han dado durante los últimos diez años, y que no nunca sobrepasaron en gran parte de las preparaciones los diez euros. Cerrará La Seu y también la Peña Barcelonista de Sitges, que han estado juntos hasta ahora, por final de contrato de alquiler, que no quieren prorrogar por desacuerdo con el aumento de precio del alquiler del local y por la duración del contrato nuevo que les proponen.
Lo explican con calma una mañana de principios de septiembre el camarero Àlex Ventaja y la cocinera Mariló Mateo, que comenta a continuación los platos que preparará para el mediodía: las tripas, los buñuelos de bacalao, la oreja cocida con patata; los huevos rotos con jamón ibérico con base de cebolla. Si fuera fin de semana, los platillos serían distintos; Mariló ya estaría haciendo, por ejemplo, los canelones de pato con verduras y foie. Son platos que levantan pasiones entre los culés y los que no son culés, porque La Seu se ha ganado clientela de todos los colores. "Recuerdo al principio que abriéramos que nos preguntaban si para entrar había que enseñar el carnet de socio del Barça", dice Àlex. Claro, la decoración de La Seu es claramente azulgrana: hay sillas colgadas del Camp Nou en el marco superior de la puerta; dos camisetas del equipo muy especiales enmarcadas, que son del ex jugador del FC Barcelona José María Bakero, que vive en Sitges y está dedicada para La Seu, y otra que recoge las firmas de todos los jugadores que ganaron la última Champions, la del 2015. Y, sobre todo, cuatro televisiones, repartidas por las diferentes partes del local, que tiene una capacidad de cuarenta comensales, todos atendidos siempre por Àlex y Mariló.
Barriga llena para mirar al Barça
La frase que el amado y añorado cocinero Fermí Puig siempre decía: “Para mirar al Barça no debemos comer siempre pan con tomate” en La Seu la subrayan. Tienen pan con tomate, claro, pero los que se entablan para mirar a los partidos piden platillos de cocción lenta como los que elabora Mariló. En un partido del Barça, las entrañas de ternera se piden al mismo tiempo que el pulpo o el atún y también las bravas, con salsa propia, “que no lleva frutos secos”. Durante estos años, afirman, la buena comida va ligada con los partidos, así que los malos resultados no dejan a los clientes sin cenar, pero sí sin beber. “Cuando el partido no va bien, no piden tanta bebida como cuando es lo contrario”, señala Àlex, que recuerda días inenarrables de tan emotivos que fueron, como la remontada del FC Barcelona frente al París Saint Germain, el 6 -1 que todo el mundo soñaba pero que nadie veía posible hasta que pasó.
Todo ello quieren seguir viviendo, en un local nuevo que están buscando en Sitges, donde se encuentran precios de traspasos que oscilan los 100.000 euros, y alquileres de 2.000 o más si el local se encuentra en la playa. "La Peña Barcelonista de Sitges, por su parte, también está buscando local, al igual que nosotros, y si encontraran tanto unos como otros tenemos que ponernos de acuerdo de nuevo como hemos hecho estos años", comenta el Álex. Por eso, ahora mismo lo que viven es incertidumbre y tristeza, que conjugan junto a alegrías, porque este año han recibido un Sol Repsol y porque las reseñas favorables que tienen en Google les llevan a clientes de todas partes. "Hoy mismo hemos tenido unos orientales para el desayuno que habían leído la carta y nos pedían los platillos para comer", relatan. Son las dos emociones que están viviendo, y que quisieran que se disiparan con la apertura de un nuevo local.
De momento, hasta el 23 de septiembre los platillos de la Mariló continuarán triunfando en las mesas con sofás negros y sillas de madera de La Seu. Un truco que ambos han implantado para que todo funcione sin esperas son las reservas con tiempo gradual, porque así las recetas se van haciendo a medida que llegan los clientes, y no todas a la vez porque llega todo el mundo de golpe.