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Cal Marçal: una visita obligada si pasa por Puig-reig

Cocina tradicional catalana donde la base es la cocina de chup-chup, de temporada y de proximidad

Queralt, Moisès, Montserrat y Joan junto a chimenea del restaurante.
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Cal Marçal

  • Dirección: carretera de Berga, 10 (Puig-reig)
  • Carta: menús de cocina catalana y producto del Berguedà
  • Obligado: ternera estofada con setas
  • Vino: carta corta con propuestas interesantes
  • Servicio: atento y cercano
  • Local: hotel, restaurante y bar
  • Precio pagado por persona: 35 euros

En la carretera de Berga hace cuarenta y un años la familia Sayós abrió un bar. Empezaron los padres, pero con el paso del tiempo sus hijos, Moisés y Juan, han tomado el relevo. En 1990 el bar se convirtió en restaurante. Cocina tradicional catalana donde la base es la cocina de chup-chup, de temporada y de proximidad: legumbres, embutido, verdura, setas, cordero y ternera de la zona. Los proveedores mayoritariamente son de Puig-reig, Casserres, Navàs, Berga... Además, en Cal Marçal tienen una pequeña despensa donde se pueden adquirir algunos de los productos que sirven en la mesa.

La propuesta gastronómica se presenta en distintos menús. Nosotros vamos un domingo y por eso nos toca el Festivo (28,95 €). Tenemos para elegir ocho primeros y ocho segundos. Empezamos con una ensalada de lechugas con virutas de jamón, habitas al óleo, piña natural y vinagreta de manzana; calçots con tempura de sepia; canelones y unos caracoles, de la lista de las sugerencias, en medio de la mesa para compartir.

En el menú está incluido el vino, pero nosotros escogemos uno de la carta. En este caso es el LaFou el Sendero de la bodega con el mismo nombre. Es uno de los vinos catalanes con una relación calidad-precio más destacada. El nombre del vino hace referencia al camino que acompaña a los viñedos de Mas Gabrielet en la Terra Alta.

Para los segundos, carne. Tenemos muy buenas referencias de la ternera del Berguedà y, por eso, pedimos un meloso de ternera guisada y un plato de ternera estofada con setas. Además, pato de payés guisado con pasas y piñones. Como puede comprobar, nos hemos comido una muestra de algunos de los platos más nuestro de la cocina clásica de nuestra casa. Platos que necesitan una buena mano, un buen producto y el tiempo necesario. Dejamos para otro día -así nos obligamos a volver- probar los famosos guisantes negros, el maíz escuadrado, las patatas de montaña y la brasa de Cal Marçal, platos muy reconocidos en la comarca. Las responsables de la buena elaboración son Montserrat Bigas y Queralt Solé.

El postre también es nuestro: crema, pastel de queso, pastel de cacao y un músico con un maravilloso porrón de moscatel en medio de la mesa, también para compartir. Mientras pagamos la cuenta y esperamos la llegada de Joan Sayós hacemos un sorbo de ratafía: tienen hasta diez referencias para elegir. Recuerde que en Cal Marçal tienen una despensa donde puedes comprar la ratafía, el vino, embutido, dulces o legumbres.

Clientela fiel y diversa

"La inquietud y la ambición de la familia es lo que les ha llevado a transformar un bar de carretera en un hotel con un restaurante de referencia, pero todo esto no habría sido posible sin la aceptación y el acompañamiento de la clientela. Ellos nos han empujado a dar los pasos adelante y sin ese apoyo no habría sido posible estar donde estamos ahora". Juan y Moisés regentan el negocio familiar y, a la vez, son todoterrenos, hacen lo que sea necesario en cada momento. Juan normalmente se mueve entre la sala del restaurante y la barra del bar mientras Moisés, el hermano mayor, controla más la intendencia, los recursos humanos y los números.

Cal Marçal es un restaurante con un producto de excelente proximidad y un precio muy ajustado. La familia Sayós inició un camino hace cuarenta años que ha sido avalado por una clientela fiel y diversa. La experiencia gastronómica y personal fue muy buena. Si pasa por Puig-reig, no lo dude, tiene un lugar de visita obligada.

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