Un restaurante muy Malparit, la esperada Leña de Dani García, la reinvención de Carles Abellan y otras tres novedades
La 'Cartelera golosa': descubre qué hay de nuevo para comer en el país
Es imposible seguir el ritmo de las nuevas propuestas gastronómicas, así que intentamos ponerle un poco de orden. Nuevas cartas, nuevos restaurantes, nuevos menús y nuevas tiendas que nos ayuden a disfrutar más de la buena mesa, sea cuando nos ponemos delante de los fogones o cuando salimos a comer fuera. En esta sección, que hemos bautizado con el nombre de Cartelera golosa, le informamos periódicamente de todas las novedades que se cuecen en nuestra casa. ¡Nunca mejor dicho!
El restaurante de Dani García llega a Barcelona
Había levantado mucha expectación porque el mediático cocinero Dani García aún no tenía ningún restaurante en la capital catalana. Esto hasta ahora, porque ha abierto el restaurante Leña, ubicado en el hotel Grand Hyatt de Barcelona, con entrada propia. Leña hay en Madrid, Marbella, Dubai y, en breve, en Miami. En todos ellos se pueden comer las famosas hamburguesas del malagueño o los canelones de pollo asado que le enseñó a hacer Ramon Freixa, pero sólo en Barcelona se puede probar la butifarra de perol de Cal Rovira. Tienen carta y hacen un menú de mediodía de lunes a viernes por 29 euros, y las hamburguesas (vienen dos de tamaño medio) valen 22. Además, hay otros de sus platos icónicos, como el aguacate de Málaga en la brasa, el puerro hecho al carbón, las brochetas de pollo y todas las piezas de carne que se pueden imaginar. Y también sus postres famosos: la tarta di rose. Es un restaurante donde la estética está muy estudiada y donde la gente suele tomar fotos. Además, los camareros interaccionan mucho con los comensales. Por ejemplo te dejan elegir el cuchillo de la carne, o te sirven la mantequilla de un montón rebozado con polvo de puerro a la brasa.
El Malparit, en el Eixample, ofrece buena cocina y juegos de palabras
Si miras al Malparit desde fuera a la calle, a la calle Córcega, no podrás ver la profundidad de la propuesta. Es así porque cuando entras encuentras una larga barra de las que nos gustan, de las de toda la vida. Podéis comer, en uno de sus taburetes; hacer tapas, como la gilda, las ostras, la croqueta de changurro o lo increíble torrezno, que sirven entero con un cuchillo para que lo va cortando. Lo llevan calentito, crujiente y meloso por dentro. Una tapa de 10. Pero si lo que desea es entablarte, el Malparit tiene un segundo espacio, amplio y agradable, para comer más de perfil festivo. Puede pedir las tapas de la barra, pero más de chup-chup, como el capipota, o las albóndigas con sepia, o bien pescado de lonja o piezas de carne pensadas para compartir. No se pierdan las patatas fritas, por cierto. El local, además, está diseñado para encontrar juegos de palabras y mucho sentido del humor. Malparit tiene vocación de ser un lugar donde poder pasarlo bien.
Can Bo es la propuesta del Grand Hotel Central de la mano de Oliver Peña
El edificio que ocupa el Grand Hotel Central es una finca histórica de la Via Laietana construida por Francesc Cambó. Recientemente, el hotel hizo una reforma resaltando este patrimonio y ahora estrena el restaurante Can Bo. Haciendo un juego de palabras con el significado y el legado del edificio, que aún conserva la casa del político catalán en el ático. Sin embargo, el restaurante que nos ocupa se encuentra a pie de calle y tiene entrada propia (aunque puede entrar por el hotel si le hace gracia asomarse). La oferta gastronómica la ha hecho el reconocido cocinero Oliver Peña, del restaurante Teatro, y ha recurrido a sus proveedores de confianza en cuanto a la carne (unas albóndigas excelentes), las fresas de Lluís (que sirve con nata y con tallo y son un vicio indescriptible) o los calamares rellenos con butifarra negra que compra en el mercado de Santa Caterina y pone el romesco (receta de su madre). Es un lugar ideal de platillos para compartir: ensaladilla rusa, gilda, bravas... Cabe destacar también la fantástica elección de vinos que ha hecho el sumiller Amador Marín, y la gran oferta que hay de vinos para tomar a copas. De hecho, hay referencias que sólo encontrará allí gracias a la mano de Marín.
Palo Verde hace cinco años en plena forma
Palo Verde lleva cinco años funcionando y es importante que las nuevas aperturas no nos tapen el bosque. Porque como ya sabemos lo difícil es mantener el nivel durante mucho tiempo. En este restaurante encontramos brasa, artesanía y producto de temporada. El cocinero es Ludwig Amiable y lo verá desarrollando el talento con discreción y diligencia, porque la cocina está abierta. En sus platillos, pensados para compartir, cantan los ángeles. Además, la propuesta de vinos es genuina (y de los que al día siguiente no le amargarán la mañana) y muy bien explicada por el sumiller Daniel Luque. Tienen 400 referencias para elegir y remover. El restaurante tiene una atmósfera propia y es de los lugares ideales para una buena conversación con los amigos o la pareja. Este mérito es del tercer socio, Andrés Bluth, quien antes de ponerse en el campo de la restauración era diseñador. Por cierto, la carta es corta y no hay margen de error, pero no se pueden perder los dos platos obligados: la escalivada con polvo de oliva y salsa hoisin y los ñoquis con limón y setas.
Está situado en la avenida Diagonal, esquina con Tuset
El número 24 siempre ha ido ligado al cocinero Carles Abellan. Fue en el restaurante Comerç 24 donde consiguió una estrella Michelin, y fue el primero en lograrla haciendo tapas. El restaurante estaba situado en el número 24 de la calle Comerç, y Abellan decidió cerrarlo en el 2015. Ahora, el propio cocinero retoma el número para bautizar el restaurante que su equipo dirige en la avenida Diagonal, esquina con calle de Tuset, y pone a la cabeza la palabra bar, más popular. Abellan –que hace asesor, porque los dos restaurantes de Barcelona los traspasó al equipo– ha creado una nueva carta basada en platillos de cocina tradicional (no falta el fricandó) ni las setas ni las alcachofas, y destaca con gran excelencia el calamar, que Abellan llama "calamar de la Barceloneta a la plancha", al estilo de cómo lo preparaba en su otro restaurante, La Barra, donde también logró una estrella Michelin. Como buen bar, los platos para picar son atractivos. Encontrará gildas, jamón ibérico, el famoso bikini de jamón ibérico, mozzarella y trufa, croquetas de pollo asado o tortilla de patatas y butifarra. Y la gran novedad del Bar Veinticuatro: los desayunos de tenedor basados en huevos, cocinados de todas las formas posibles –herrados, en tortillas, revueltos o calentados– y con rebanadas de pan de payés.