Innovación

Dos cooperativas de Arbeca inventan el primer licor de aceituna del mundo

Tres Sillas y Arbequina arrancan con una primera partida de 2.000 botellas de un licor único, procedente de la maceración de aceitunas deshidratadas, cáscaras de limón y hierbas

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Ilustración

ArbecaLas aceitunas arbequinas están de moda. Los campesinos las vendieron el pasado invierno a 1,2 euros el kilo, el triple de hace unas pocas campañas; el precio del aceite virgen extra se ha cuadriplicado en los últimos cuatro años; los vendedores catalanes de vástagos de olivo se están quedando sin apenas existencias, y, además, muchos productores procesan derivados como patés, mermeladas y salsas para hacer aún más cajón. Y ahora aparece el primer licor de oliva.

Lo han diseñado conjuntamente dos cooperativas de Arbeca (Les Garrigues). Con una producción inicial de 2.000 botellas de medio litro (a doce euros), sus inventores entran en un mercado que desconoce que la aceituna arbequina le da un toque distintivo de chocolate a la bebida. Con ese primer lanzamiento quieren comprobar si el licor es bien recibido por el consumidor y prevén producciones masivas si la cosa funciona.

Para esta primera tanda de botellas se han utilizado cuarenta kilos de aceitunas arbequinas deshidratadas y cultivadas en terreno de secano. Los expertos indican que las aceitunas que sufren más la falta de agua presentan una concentración alta de aceite y, por tanto, ofrecen un sabor más intenso que las de regadío.

Las aceitunas destinadas a este nuevo licor han sido maceradas con aguardiente de sesenta grados durante 21 días (¡una cifra impar, muy importante!). El brebaje ha sido redondeado con cáscaras de limón y ajedrea, una hierba típica de las conservas de aceitunas. Por último, se ha llegado a una bebida que, rebajada después hasta los 20 grados definitivos, dicen que es ideal para cualquier momento: “Al mediodía haciendo un vermut, en la sobremesa, por la tarde haciendo una bebida, o más entrada la noche, haciendo unos sorbos o una copa en el pub”, promueven sus creadores.

La botella de licor de aceituna arbequina.

Ellos dicen que es un licor único en el mundo. Se conocen cervezas e incluso ginebras hechas también con aceitunas como ingrediente base. También existe algún licor elaborado a partir de la hoja de olivo, que es tradicionalmente conocida para infusiones. Pero nunca se ha hecho uno como éste de ahora.

Sus auténticos creadores son los miembros de la Cooperativa Tres Sillas de Arbeca, una entidad sin ánimo de lucro formada por expertos en la elaboración de licores, sobre todo de vermuts y ratafías. Su producto estrella es el vino de nueces, pero el embrión del licor de oliva fue precisamente un vermut ecológico del año 2021, el Carácter, donde los socios hicieron una primera prueba introduciendo la arbequina mezclada con decenas de plantas aromáticas autóctonas. “Descubrimos un toque entre chocolate y café que nos pareció inusual, pero muy interesante”, describe Andreu Culleré, el responsable productor de esta cooperativa que impulsa la agroecología y la economía social y solidaria en Ponent. “No espere encontrar el concepto de aceituna que te viene a la cabeza, ¡éste se escapa de la regla!”, advierte Culleré.

Economía circular

La receta del nuevo licor la ha adquirido ahora en exclusividad Arbequina, la cooperativa agraria local formada por más de 500 socios, mayoritariamente campesinos productores de aceitunas, almendras y cereal. Inicialmente, venderán el licor desde su agrotienda ya través del comercio electrónico, pero han comenzado un plan de promoción entre todos sus clientes distribuidores de aceite. “La suerte es que se trata de un producto que no caduca; por tanto, no tenemos prisa”, comenta el director general de la entidad agraria, Sergi Millán.

La estrategia comercial de Arbequina ha estado encaminada desde hace unos cinco años a diversificar su facturación y, sobre todo, “dar un valor añadido a la producción de nuestros socios”, añade Millán. Y es que el rendimiento económico de sus cultivos es mucho mayor cuando comercializan alimentos procesados. "Intentamos encontrar productos que permitan ganar más dinero a nuestro socio", argumenta.

Bajo su propia marca registrada, Arbequina, la cooperativa ya dispone de artículos como el olivado, el chocolate negro con aceite e, incluso, un vinagre de vino tinto ecológico. Todos ellos, aseguran, están procesados ​​por firmas de proximidad a partir de las cosechas de sus socios. "De esta forma generamos riqueza en el pueblo a través de una economía circular", reivindica el director general.

La sinergia entre ambas cooperativas locales no finalizará probablemente con ese licor de oliva. Ya empezó el año pasado cuando, tras un largo estudio de viabilidad, acabaron construyendo una planta de maltaje de cereales que, a partir de ese mismo verano, empezará a procesar el cereal de los socios de la Arbequina para distribuir malta a empresas cerveceras locales. La idea es que, a corto plazo, Arbequina aparezca en el mercado con su propia cerveza ecológica y más bebidas fermentadas y destiladas. Y los socios de Tres Sillas están dispuestos a formar parte, siempre que sigan compartiendo una buena química.

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