Salud

De la homeopatía a los antivacunas: cuidado con las pseudoterapias en la crianza

La complejidad de la ciencia o la falta de confianza en el sistema sanitario hace que estas terapias pseudocientíficas que proponen soluciones milagrosas triunfen

Una niña enfriada, en una imagen de archivo
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SabadellCriar es, entre otras cosas, ir tomando decisiones para que los hijos salgan adelante de la mejor manera: decidir que se irá por ese camino o por aquel otro en busca del aprendizaje, del crecimiento, de la salud, y acompañarlo se los. En este viaje sin hoja de ruta y con tantos destinos como familias, no siempre queda claro qué es una práctica contrastada y qué es una creencia más o menos respetable, pero sin evidencia científica, más cercana al esoterismo oa la espiritualidad. En conversaciones con amigos, en el blog de un supuesto experto o en el perfil de un influenciador, no es extraño oír que las vacunas son un engaño o que el árbol de té fulmina los piojos. Circulan afirmaciones y consejos a menudo contradictorios y un montón de pseudoterapias, desde la homeopatía hasta las piedras supuestamente milagrosas. Una frase recurrente: "A mí me funciona". Se puede distinguir el grano de la paja navegando en ese océano?

"Muchas de las pseudoterapias tienen muy poca o ninguna evidencia a su favor ya menudo el efecto positivo se debe al llamado efecto placebo. Mucha gente cree que no funciona con los niños, pero eso no es cierto, porque todos conocemos el cuidado sano de toda la vida, que no es sino recitar un mantra y dar un besito en la herida de un pequeño para que le pase el dolor. Y no sólo eso: cuando hacemos algo para que mejoren, y creemos que esa cosa funcionará, de inmediato creemos que está mejorando, sin que sea realmente cierto", asegura el popular enfermero pediátrico Armando Bastida, padre de tres hijos y CEO de Criar cono Sentido Común. Las pseudoterapias no surten efecto: crean su ilusión, y esto puede ser peligroso: "El mayor riesgo es que el efecto de un tratamiento sea nulo, o que se deba, simplemente, a tal efecto placebo. Si la enfermedad es leve, no hay mayor problema, pero si no lo es, la mejora del placebo será seguramente insuficiente y el cuadro podría empeorar”.

Tras el crecimiento del fenómeno podría haber hecho como –paradoja!– el aumento del nivel cultural o la complejidad de lo empírico. La periodista de ciencia y salud Cristina Sáez, coordinadora de ciencia de este diario, autora de La ciencia de la microbiota y madre de dos hijas, explica: "Nuestros padres o abuelos, cuando el médico les decía algo, eso iba a misa: te lo creías y ya está porque reconocías que había una autoridad, no se discutía. A medida que la población hemos ido teniendo más nivel de estudios, nos hemos creído que sabemos más que el resto; entonces cualquier persona con Google delante es capaz de hacer una búsqueda". Y tiende a querer remedios inmediatos: "Muy a menudo, la ciencia no es fácil y tampoco es intuitiva ni lógica, y eso hace que las terapias pseudocientíficas que proponen soluciones milagrosas triunfen. Si vas al médico y te dicen que para tu enfermedad debes de hacer cincuenta cosas, y, en cambio, una pseudoterapia te dice 'Lleva ese cristal, que te da energía', es mucho más fácil".

Las pseudoterapias más comunes

Éste es, según el enfermero pediátrico Armando Bastida, el top ten de las pseudoterapias en crianza.

  1. Homeopatía . Y, a su lado, todos los productos supuestamente 'naturales' sin (suficiente) evidencia científica como el árbol de té como producto antipiojos o el árnica para los golpes.
  2. Antivacunas . Las vacunas funcionan y tienen todas las garantías necesarias.
  3. Flores de Bach . Creadas en los años 30 por un médico inglés, nada hacen más allá del efecto placebo.
  4. Reiki . Inventado en 1922 por el budista japonés Mikao Usui, cura con la imposición de manos.
  5. Magnetoterapia . Aplica el campo magnético de imanes con brazaletes y otros trastos.
  6. Medicina ortomolecular . Administra suplementos nutricionales sin aval médico.
  7. Iridología . Con precedentes desde el siglo XVII, defiende que el iris revela la salud del paciente.
  8. Bioneuroemoción . Sostiene que las enfermedades son la respuesta biológica a un conflicto psicológico.
  9. Haloterapia . Documentada desde el siglo XII, utiliza la sal de minas o aguas (baño o inhalación).

La periodista científica indica un tercer factor: las cámaras de resonancia, es decir, los entornos muy endogámicos: "Cuando tienes una manera de pensar, lo sueles rodear de personas que piensan exactamente igual que tú; entonces eso va creciendo y es más fácil que te creas personas que están dentro de tu órbita que nuevas personas que no están". Y habría todavía una cuarta causa: la prevención mal entendida. "Cuando buscas información en Google, la buscas con estas gafas del escepticismo: 'Seguro que quieren engañarme, que son farmacéuticas y quieren venderme el medicamento, y, en realidad, mi hijo estará mucho mejor sin las vacunas'" . Pero muchas veces, remarca, "estas farmacéuticas que hay detrás de la homeopatía y otros productos que no tienen ninguna evidencia científica son multinacionales igual de potentes y generan la misma cantidad de dinero que las que sí publican estudios en los que demuestran la eficacia y la seguridad de sus productos".

"Natural" significa "mejor"? ¿Sí o no?

Uno de los argumentos que acompañan a algunos productos o prácticas sin aval científico –no sólo sanitarios, sino también alimenticios– es que son buenos porque son "naturales". Esto es una "falacia", afirma la periodista científica Cristina Sáez: " Los virus son naturales, son del medio ambiente y ya sabemos que matan. El cáncer es natural; son tus células que se vuelven algo locas" . Advierte, también, del éxito en determinados círculos de la llamada medicina holística, una pseudoterapia (medicina alternativa, si se quiere) que vincula las emociones a los males físicos. "Algo sí resuena y puede tener algo de razón, en el sentido de que es verdad que las emociones pueden afectar cómo nos sentimos, pero lo llevan al extremo, ya ti te parece lógico pensar esto, y acabas comprando un discurso que no se fundamenta absolutamente en nada". Una buena herramienta para saber a ciencia cierta si un tratamiento tiene o no eficacia contrastada es la web de la campaña #coNprueba , promovida por los ministerios de Ciencia y Sanidad españoles".

La pseudoterapia infantil más extendida

Armando Bastida entiende pero no comparte el éxito de la homeopatía, que considera la pseudoterapia infantil más extendida, si bien señala cierto declive. Cree que triunfa por dos cosas. La primera, la falta de confianza en el modelo sanitario: "No podemos obviar que las listas de espera pueden llegar a ser desesperantes, que las agendas pediátricas están a menudo colapsadas y que hay visitas tan cortas que apenas hay tiempo de realizar una buena valoración y dar un tratamiento farmacéutico. Muchas veces, con algo más de tiempo, se podría hacer más pedagogía y educar más para la salud utilizando menos los fármacos". Y la segunda cosa, el rol de la industria farmacéutica: "Mi sensación es que, una vez las farmacéuticas ya han llegado a vender los productos a los enfermos, han logrado llegar a venderlos también a los sanos. Y a mucha gente no le hacen gracia estas cosas y buscan alternativas que creen que son más inocuas o que tienen principios más elevados".

Es necesario informarse con fuentes fiables y aplicar herramientas antes de tirar millas. No es fácil: es recomendable. Desconfíe de cualquier propuesta que parezca mágica: "Tot lo que sean soluciones milagrosas, fantásticas, tipo 'Tómate esto, ya verás cómo se arregla todo', desconfía, porque nunca suele ser tan sencillo", aconseja Cristina Sáez, y también anima a los padres a buscar si el remedio tiene o no evidencia, es decir, si hay estudios publicados, si la ciencia la ha contrastado, si lo recogen medios serios.La inmensísima parte, por no decir el 100% de todas estas cosas pseudo, no están publicadas ni se ha realizado ningún estudio científico: por tanto, no hay ninguna demostración. Ante una supuesta información, conviene aplicar filtros: averiguar dónde se ha publicado, qué fecha tiene, si contiene referencias, si hay fuentes con nombres y apellidos y si es completa y está ordenada (porque la ha escrito alguien)". la duda, consulte a profesionales como los médicos o los pediatras, tanto en la red como en el mundo real.

Y, más allá del núcleo familiar, ¿qué toca hacer frente a padres cercanos que son usuarios de pseudoterapias? El enfermero lo tiene claro: "Al resto nos toca seguir haciendo lo que se ha demostrado que funciona. Gracias a que la mayoría vacunamos a los hijos, tanto los nuestros como los suyos están protegidos". Bastida es partidario de debatir: "Pero que se hable con respeto no quiere decir que haya que aceptar la opinión de los demás. Es decir, que alguien diga que es mejor no vacunar a los niños es mentira, y así se le debe transmitir. El problema es que, pese a aportar información basada en la evidencia, creen que está manipulada, así que no siempre hay forma de llegar a mostrar la realidad". La periodista, en cambio, raramente entra: "Porque esto es como la religión, o sea, la gente que cree en pseudociencias ya está convencida". Con dos excepciones: cuando eso le afecta directamente (padres que no vacunan) y cuando tropieza con alguien que duda. El método: documentarse, contrastar y decidir, en ese orden. Funciona.

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