10 cosas que quizás no sabías del 'Ulises' de James Joyce
Cien años después de su publicación, la novela del autor irlandés volverá a las librerías en catalán por duplicado
Barcelona"No tires el Ulises por la ventana como dices que quieres hacer", le pedía James Joyce al poeta y crítico Robert McAlmon en marzo de 1922, semanas después de que su novela hubiera sido publicada. El autor irlandés, que ha pasado a la historia de la literatura gracias, en parte, a este hito desmesurado, polimórfico y revolucionario, se anticipaba a una de las reacciones que el libro provocaría en los lectores: el rechazo. Una de las primeras invectivas la lanzó Virginia Woolf, definiéndola como "la obra de un obrero autodidacta", "de un escrupuloso universitario que se rasca los granos".
¿Es Ulises un juego literario genial o una broma de mal gusto? ¿Una acrobacia textual sin precedentes o más bien una pesadilla para los lectores? Fue Sylvia Beach quien finalmente, después de más siete años de trabajo por parte del autor, puso en circulación desde la librería Shakespeare and Company de París la primera edición de la novela el 2 de febrero de 1922. Un siglo después, la obra de Joyce sigue sumando adeptos a su causa, también en Catalunya, donde ha tenido una repercusión sostenida, quizás todavía demasiado poco conocida, desde hace más de nueve décadas.
Josep Pla, inspirado por Joyce
A pesar de que no fue el primero en hablar de Joyce en Catalunya, Josep Pla escribió un artículo en La Publicitat en febrero de 1927 en el que elogiaba al escritor y, concretamente, Ulises, que calificaba de "récord histórico de curiosidad" porque seguía "un día completamente vulgar" de su protagonista, Leopold Bloom. "Tanto Josep Pla como Carles Soldevila fueron lo suficientemente astutos para ver que Joyce generaba escándalo y les inspiró novelas como Relacions (1927), en el caso de Pla, y Fanny (1929), en el caso de Soldevila", recuerda Teresa Iribarren, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya, que ha dedicado varios artículos al influjo catalán de Joyce. "Un elemento extraliterario de la importancia tempranera de Joyce fue el político –continúa–. Teniendo en cuenta que era irlandés, que el país se había independizado en 1921 y que abordaba las tensiones con el colonialismo inglés, el interés llegó enseguida, igual que pasó en Galicia".
Los primeros fragmentos de la novela, traducidos por un cura
"Justicia no significa otra cosa que comerse el uno al otro. Esto es, después de todo, la vida", se puede leer en uno de los primeros fragmentos traducidos de Ulises al catalán. Apareció en febrero de 1930 en Hèlix, revista de vanguardia de Vilafranca del Penedès. La firmaba Manuel Trens. "El libro de Joyce es irreverente, pero es precisamente un cura, que se podría sentir interpelado por la crítica que el autor hace a la Iglesia, quien prefiere hacer pasar por delante la valía literaria del texto", explica Iribarren.
'Ulisses' de Joaquim Mallafrè, 'best-seller' de Sant Jordi
Joaquim Mallafrè recuerda que su primer contacto con Joyce fue un fracaso. A finales de los años 50 compró la edición argentina, la primera que se publicó en castellano (1945): "La novela estaba prohibida por el régimen, entonces", dice. A principios de la década de los 70, cuando ya era profesor en la Universitat Rovira i Virgili, tradujo un fragmento y se lo enseñó a Jaume Vidal Alcover y Maria Aurèlia Capmany. Lo animaron a continuar el trabajo.
"Dediqué a ello siete años, los mismos que Joyce a escribirlo –explica–. Fue una aventura apasionante, que me sirvió, entre otras cosas, para reconectar con la lengua popular de Reus. El mundo de Joyce está lleno de frases, chistes y escatología curiosamente universales, a los que encontré equivalencias en mi entorno más cercano". Para publicar la novela en 1981 se hizo una campaña de mecenazgo que recibió un centenar de aportaciones que sumaban un millón de pesetas. Pusieron dinero, entre otros, Pasqual Maragall y Albert Ràfols Casamada. La puso en circulación Leteradura, y se convirtió en uno de los libros más vendidos ese Sant Jordi. De la primera edición y las dos reimpresiones de la novela se llegaron a vender 15.000 ejemplares.
El tesoro escondido en Alcalá de Henares
Hasta el año 2006 se creía que la traducción íntegra de Ulisses de Joaquim Mallafrè era la primera que se había hecho en catalán. Un descubrimiento del filólogo y profesor universitario Alberto Lázaro en el Archivo General Administrativo de Alcalá de Henares (donde están los expedientes de la censura franquista) permitió saber que existía una anterior, de 1966. El traductor era Joan Francesc Vidal Jové. "Tenia miedo de encontrarme una versión que, para poder pasar la censura, rebajaría las tintas de los pasajes más explícitamente eróticos, de los juegos de palabras malsonantes y de la crítica a la Iglesia. No fue el caso", dice Teresa Iribarren, que examinó el mecanuscrito meses después.
Hecho a partir de la versión francesa, fue un encargo de un editor barcelonés, Antonio Herrero Romero. "Pretendía que Vidal Jové acabara la traducción en cuatro meses –continúa Iribarren–. Lo consiguió en siete". Se trata, en palabras de la profesora, de una traducción "muy expresiva", "en un catalán muy genuino", "quizás menos fiel a la experimentación lingüística del autor, pero en beneficio de una mayor comprensión del texto". El libro no vio nunca la luz. Habría sido la primera traducción de Joyce publicada en el Estado, avanzándose una década a la de José María Valverde (1976, Lumen).
Un grupo de autores devotos de Joyce
Enrique Vila-Matas es uno de los ocho integrantes de la Orden del Finnegans, que impulsaron en 2008 el editor Malcolm Otero Barral y el escritor Eduardo Lago. Cada 16 de junio, el grupo se reúne en Dublín para celebrar el Bloomsday, el día que se conmemora anualmente la novela de Joyce. Han publicado dos libros, el último de los cuales fue Lo desorden (Alfaguara, 2013), y escogieron Finnegans como nombre –protagonista de la última obra de Joyce, Finnegans Wake (1939)– porque todos ellos defienden "la vía literaria de la dificultad". Vila-Matas, además, ambientó toda una novela en la capital irlandesa, Dublinesca, donde un editor crepuscular viajaba a la ciudad para celebrar un funeral en honor a Paddy Dignam, "el hombre de la nariz roja" que es enterrado en el sexto capítulo de Ulises.
El monólogo final de Molly Bloom, a escena
Fue Magüi Mira quien encarnó a Molly Bloom por primera vez en Barcelona en la versión escénica que preparó José Sanchis Sinisterra. Era noviembre de 1979, en el Instituto Británico. Más de dos décadas después, Rosa Novell recuperó el monólogo final de la novela en la sala Artenbrut (2000). La única versión que se ha representado en catalán hasta ahora, La nit de la Molly Bloom, llegó en 2018, en la sala Muntaner, interpretada por Àngels Bassas. "Molly reivindica la sexualidad femenina en la madurez en una sociedad plenamente católica –recuerda–. Es un texto revolucionario. Después de 16 años casada con Leopold, critica la hipocresía del matrimonio. Han llegado a un punto de la convivencia en el que los dos aceptan las infidelidades del otro". Bassas estrenó el monólogo en 2018, y, mientras ensayaba, Artur Trias, director de la obra, le hizo notar que le había cambiado la voz. "Cogí un registro más dulce para hablar de la vida de alguien que ha tenido que renunciar a la carrera de cantante lírica por el hecho de haberse casado y de tener una hija", dice.
Una escuela literaria que celebra el 'Bloomsday' en Barcelona
En 2016 nació en Barcelona la escuela Bloom, impulsada por los escritores Borja Bagunyà y Lana Bastasic, que además de ofrecer cursos de escritura creativa propone seminarios sobre literatura apocalíptica, sagas islandesas o la relación entre el psicoanálisis y el hecho de escribir. El nombre del centro homenajea a Leopold y Molly Bloom de Ulises. “Teníamos claro que queríamos un nombre de personaje, no un autor –comentan los fundadores–. Nos tomamos la literatura como una fiesta, igual que Joyce, y también, igual que él, queremos ser rigurosos”. Teniendo en cuenta la devoción por el autor, no es extraño que sea desde la escuela Bloom desde donde se impulsa, cada 16 de junio, una jornada de homenaje a Joyce. Profesores, alumnos y seguidores del irlandés se visten como los personajes y recitan fragmentos de la obra o de creación propia. El epicentro de la celebración es la Llibreria Calders del barrio de Sant Antoni.
La editorial madrileña que encargó un nuevo 'Ulises'
"No tenía una predilección especial por Joyce, pero el encargo de traducir Ulises que me hicieron desde Funambulista era todo un reto", dice Carles Llorach-Freixes. La editorial madrileña no le puso ninguna prisa, y el traductor y profesor acabó dedicándole "entre 6 y 7 años". Publicado en 2018, el nuevo Ulisses en catalán quiere facilitar que el lector corriente se pueda aproximar a la novela gracias a la introducción y las notas del traductor.
"Cuando una novela se convierte en tema escolar o universitario cuesta que, quien la ha estudiado, quiera volver a ella –asegura Llorach-Freixes–. Es verdad que hay capítulos de Ulises que cuestan de tragar y que es difícil identificarte con los personajes, pero se lee y se disfruta de una manera especial, como pasa con otra novela con fama de difícil, el Tristram Shandy". Al traductor lo sorprendió que Joyce tuviera tanta fe en lo que escribía. "Una vez, seguramente en broma, vio al hijo de un trabajador y dijo: «Este será un lector de mi Ulises»", recuerda.
'Sunphone': un enigma con raíces científicas
Ulises está formado por 250.000 palabras y tiene un vocabulario que supera las 30.000 palabras. Una de ellas es sunphone, que se podría traducir como solófono o teléfono solar. Xavier Duran, químico y divulgador científico, aclara de dónde sale la palabra: "Parece una ocurrencia, pero tiene que ver con el fotófono, un invento de Alexander Graham Bell que no prosperó, y que consistía en la transmisión del sonido a través de rayos de luz".
Duran ha escrito libros como La ciència en la literatura (Universitat de Barcelona, 2015), donde plantea un recorrido histórico por la presencia de conceptos científicos en la obra literaria de más de un centenar de autores, entre los cuales están Dante, Pessoa, Francesc Trabal y Kazuo Ishiguro. "La amplitud de temas que interesaban a Joyce era muy grande, y entre ellos estaban la física y las matemáticas", afirma Duran. En Ulises resuenan también las teorías de Albert Einstein: "Es una novela en la que pasan muchas cosas en un único día y en un espacio relativamente amplio, la ciudad de Dublín –explica–. Las experiencias de Bloom y los otros personajes pueden ser vistas como una visión modificada de las teorías espacio-tiempo de Einstein, que Joyce ya debía de conocer cuando escribió la obra".
Dos reediciones y una posible sorpresa
Lumen ha vuelto a poner en circulación a finales de enero la traducción castellana de Valverde, con prólogo de Andreu Jaume. Las reediciones catalanas tardarán algo más. La de Funambulista llegará a mediados de febrero. También Navona ha anunciado –sin precisar todavía la fecha– que relanzará la versión de Joaquim Mallafrè, que fue reeditada por última vez en 2013 a Labutxaca.
La gran sorpresa podría llegar pronto, si Teresa Iribarren consigue cerrar la publicación de la traducción de Joan Francesc Vidal Jové. "La transcripción del texto está hecho, la nieta de Vidal Jové está de acuerdo, estamos pendientes de una ayuda y un mecenas de Manresa está dispuesto a hacer una aportación económica. Ahora solo falta encontrar editorial", dice.
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