Coco Fusco: "Ver el crecimiento de las actitudes xenófobas en Nueva York me ha chocado muchísimo"
El Macba presenta una de las exposiciones más ambiciosas de la artista cubanoamericana
BarcelonaTras ser detenido en varias ocasiones acusado de profanar símbolos patrióticos, el artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara fue encarcelado en el 2021 en prisión de alta seguridad de Guanajay. Es uno de los disidentes del régimen cubano más conocido: la revista Time lo consideró como una de las 100 personas más influyentes en todo el mundo ese mismo año. Otero Alcántara sólo puede realizar un par de llamadas cada semana, y una de ellas siempre la hace a la artista cubanoamericana Coco Fusco (Nueva York, 1960), que recoge las indicaciones que le da Alcántara para hacer dibujos y las transmite a otros artistas para que los ejecuten con los mismos medios que él tiene dentro de la cárcel: un bol.
De esta manera, Fusco ha logrado sacar el arte de su amigo de la cárcel. Ahora algunos de estos dibujos pueden verse dentro de la gran exposición que el Macba dedica a Coco Fusco, el primer repaso importante de su trayectoria en el Estado y una de sus exposiciones más ambiciosas. "Coco Fusco es una artista poliédrica, y su capacidad intelectual y estética hace que la considere una intelectual pública", afirma Elvira Dyangani Ose, directora del Macba y comisaria de la muestra. "Siempre he pensado que es una intelectual que tiene la capacidad de trabajar desde la posición individual, pero también con un espíritu colectivo en la transformación de nuestros recorridos por la historia -explica Dyangani-. Fusco combate los discursos hegemónicos, muchas veces impuestos desde Occidente, o también se compromete políticamente con los derechos civiles, los derechos de las mino".
Juliana Emilia Fusco Miyares, más conocida como Coco Fusco es hija de una exiliada que había huido de Cuba y había empezado la carrera de medicina. La tuvo "estratégicamente", dice la propia artista, para lograr los papeles en Estados Unidos, ya partir de allí hizo de "esponsor" para que la abuela, los tíos y los primos pudieran salir de Cuba. "Desde que era una niña era la traductora de los adultos, y la maestra de inglés de algunos de mis primos. Crecí en Nueva York, pero con la historia de Cuba constantemente a mi alrededor", explica Fusco, que la primera vez que acudió a Cuba fue en 1985. Entonces pudo conocer a sus equivalentes al otro lado del muro.
"Para nosotros, el estrecho de Florida es como el muro que divide dos mundos cubanos", dice. En ese viaje Fusco se dio cuenta de los intereses comunes con los artistas intelectuales que vivían en la isla y llegó a tener una visión más compleja de la situación. Pudo acudir a Cuba periódicamente hasta el 2018, cuando empezó una nueva ola de represión. Desde entonces, como le ha ocurrido también a otros colegas, no ha podido volver.
El peso de la palabra
La exposición del Macba se titula Coco Fusco. He aprendido a nadar en seco, una referencia a la oda a la resiliencia de un microcuento del escritor cubano Virgilio Piñera (1912-1979). Muchos de los trabajos que la forman han podido verse en acontecimientos artísticos importantes, entre ellos las bienales de Venecia, del Whitney en Nueva York, de Sydney y de Sharjah (en los Emiratos Árabes Unidos). El hilo conductor que plantea Dyangani Ose es la importancia de la palabra, de su papel en la esfera pública y el hecho de que en ocasiones sea silenciada. El recorrido arranca con una reflexión sobre el agotamiento de la revolución cubana, con un vídeo en el que se puede ver la plaza de la Revolución vacía mientras se sucedían las revueltas de la Primavera Árabe.
En el mismo contexto cubano, existe el trabajo que Fusco realizó con el poeta Heberto Padilla (1932-2000), que suscitó una ola de solidaridad entre escritores como Jean-Paul Sartre, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, y que el régimen cubano los censo y maligno. "Uno no encuentra ni razón ni lógica ni en lo que dice el estado cubano ni en lo que dice el estado estadounidense respecto a Cuba, pero es en el lenguaje poético que uno realmente encuentra una expresión más pura, más sincera, más auténtica, que representa la esperanza y las expectativas de un pueblo y también la visión de los artistas", dice Fusco.
La exposición incluye uno de los trabajos más emblemáticos del artista, la crítica de los zoológicos humanos para la que se enjauló con Guillermo Gómez-Peña, titulada The couple in the cage. Fusco recuerda que no se esperaban las reacciones que encontraron y que dieron la vuelta a la situación y convirtieron al público en su sujeto etnográfico. Más adelante hay Dolores de 10 a 10, el vídeo con el que recreó las horas que los gerentes de una maquila de Tijuana retuvieron a una trabajadora dentro de una habitación durante doce horas para impedir que creara un sindicato de trabajadoras.
En otro trabajo, The femine touch, Fusco sacó a la luz cómo las torturadoras de la cárcel de Abu Ghraib eran, al mismo tiempo, victimizadas porque debían utilizar hechos íntimos como la menstruación y el olor corporal como armas de tortura; y más adelante recordó que en 1970, cuando Angela Davis huyó de Estados Unidos, la policía que la perseguía arrestó a muchas mujeres que llevaban peinados afros pensándose que era ella.
La exposición termina con una retahíla de obras con las que Fusco enumera a los periodistas y activistas ambientales que fueron asesinados en el 2023. Aunque no está en la exposición, ya ha reaccionado ante el regreso de Donald Trump al poder y su racista política migratoria. "La idea de ver el crecimiento de las actitudes xenófobas en Nueva York me ha chocado muchísimo. Creo que el gobierno está violando leyes estadounidenses y también normas que corresponden a las leyes internacionales sobre el asilo y el trato hacia el refugiado", dice.
Desde 2019 Fusco colabora con un grupo que atiende a los refugiados y les ayuda con el proceso de conseguir asilo. Sin embargo, no pierde la esperanza. "A pesar de la cobardía del Congreso –concluye el artista–, pese a las políticas de la administración de Trump, hay jueces que se han levantado, hay gente que se está oponiendo, hay prensa que está revelando todos los errores que se están cometiendo; es decir, que el bien sí aflora, obviamente no representa el poder".