Cuando el marco es casi tan valioso como la pintura

SilosEl matrimonio de empresarios formado por Fernando Casacuberta y Coty Marsans han forjado una de las más prestigiosas colecciones de arte catalanas. Sus intereses van desde el Gòtic y el Barroco, de pintores como Jaume Serra, Lluís Borrassà y Juan Bautista Maíno, hasta el arte moderno catalán y español, con trabajos de artistas destacados como Santiago Rusiñol, Isidre Nonell, Josep de Togores , Hermen Anglada Camarasa, Francisco Gimeno, Ramon Casas, Pablo Gargallo e Ignacio Zuloaga. Los coleccionistas colaboran habitualmente con los museos nacionales e internacionales que les piden obras para completar sus exposiciones temporales, y ahora presentan por primera vez en público una selección de unas treinta obras de la colección en la nueva Sala Barcos del Museo Maricel de Sitges, antes de la apertura de una sede en el rehabilitado hospital de San Severo de Barcelona, ​​donde realizarán exposiciones temporales de los fondos.

"La exposición permite realizar un pequeño recorrido por la historia del arte", afirma Ignasi Domènech, jefe de Colecciones de Museos de Sitges y comisario de la muestra junto con la historiadora del arte y conservadora de colecciones Nadia Hernández. Entre las obras más curiosas está la conocida mesa de San Esteban de Lluís Borrassà, que fue hallada como puerta de un gallinero en una masía de Vallirana. En cuanto al grosor de la colección, está formada por cerca de 200 obras, entre pinturas, esculturas y objetos artísticos.

Los grandes ausentes de la historia del arte

La exposición, que permanecerá abierta hasta el 29 de septiembre, lleva por título La figura enmarcada. Obras singulares de la Colección Casacuberta Marsans, porque el marco es la razón principal por la que los comisarios han seleccionado las pinturas. Así, además de las pinturas con su marco, también se pueden ver una treintena de marcos vacíos. "Los marcos eran los grandes ausentes de la historia del arte, es ahora que los empezamos a valorar y estudiar –dice Domènech–. La colección Casacuberta Marsans es de las pocas que incluye un fondo muy potente de marcos barrocos, y también de las pocas en las que las obras están enmarcadas con marco antiguo, una forma de hacerse más suya la obra". En la exposición sólo hay una pintura que conserva el marco con el que los Casacuberta Marsans la compraron, un pequeño Anglada Camarasa de la etapa parisina.

A lo largo del recorrido se puede ver cómo en el Gòtic los marcos forman parte de las pinturas, mientras que más adelante ganan autonomía. Por eso, el coleccionista puede elegir el marco que quiere inspirándose en la pintura y respetando su espíritu. Por ejemplo, los Casacuberta Marsans enmarcaron la primera versión de Las lágrimas de San Pedro con un marco también barroco que encaja perfectamente. Pero ese nivel de exigencia hace que a menudo los coleccionistas tengan que ser muy pacientes. "Puede pasar que compre una obra y no pueda enmarcarla durante cinco años, hasta que aparece el marco", concluye Domènech.