Cibersexo, terror y literatura: las claves de los estrenos de la semana

El drama 'indie' 'PVT chat' se estrena en Filmin y la tercera entrega de la saga 'Expediente Warren' y una mirada nostálgica al mundo editorial de Nueva York llegan a los cines

ARA
2 min
Fotograma de 'Expediente Warren: Obligado miedo el demonio'

'PVT Chat ':

¿El cibersexo engancha más que el sexo real?

Julia Fox en el papel de Scarlett, una dominatrix en línea que obsesiona a Jack (Peter Vack), el protagonista que mantiene con ella una relación vía web, es el principal gancho de este film de ínfimo presupuesto y esencia indie dirigido por el también cantante punk Ben Hozie. Fox se dio a conocer en Diamantes en bruto de los hermanos Safdie, y PVT Chat también se situaría, desde una perspectiva mucho más modesta, en la órbita de un cine que, como el de los Safdie, retrata la Nueva York menos evidente, aquí desde una Chinatown de vida poco lustrosa, casi apagada.. Sigue leyendo. Disponible en Filmin

Tràiler de 'PVT Chat '

'Expediente Warren: Obligado por el demonio'

La pareja de demonólogos sobrevive, una vez más, a un festival de sustos

Cuando vamos a ver secuelas de películas de terror a menudo queremos saber si asistiremos a un espectáculo más bien canónico o a algún tipo de subversión o desvío de la premisa original. En este sentido, podemos decir que Expediente Warren: Obligado por el demonio se incrusta sin esfuerzo en el molde pulido en las notables primera y segunda entregas previas de James Wan, que esta vez delega la dirección a su colaborador Michael Chaves. La película gira alrededor de un caso documentado por el matrimonio Warren, este muy interesante a efectos judiciales: el joven Arne Johnson, después de asesinar su inquilino en 1981, alegó estar poseído por un demonio ante el juez. Sigue leyendo. Estreno en cines.

Tráiler de 'Expediente Warren: Obligado miedo el demonio'

'Sueños de una escritora en Nueva York'

¿Cómo sería tener a Sigourney Weaver como jefa?

Durante una fiesta literaria, Don, el insufrible novio de Joanna, la protagonista de Sueños de una escritora en Nueva York, lanza unos comentarios despectivos sobre la mítica revista The New Yorker: su ficción está pasada de moda, una de sus secciones es "cursi"... Todo ello también podría aplicarse a este film voluntariamente anacrónico. Don es un personaje odioso, pero tiene cierta razón. Son los 90, la revolución digital está a la vuelta de la esquina, suena el Connection de Elastica y los escritores jóvenes citan con reverencia a Thomas Pynchon y no a J.D. Salinger ("¿No había muerto?", le preguntan a Joanna sus amigos sobre el esquivo autor de Franny y Zooey). La mirada reprobatoria de la joven hacia su novio condensa el punto de vista de una película que construye una mirada nostálgica hacia un mundo en vías de extinción: Joanna aspira a publicar (en papel) en The New Yorker, tiene que hacer un esfuerzo para leer a autores vivos y le gusta sentarse en la lujosa (y muy démodée) cafetería del Waldorf para comerse un cheesecake que no se puede permitir. Sigue leyendo. Estreno en cines

Tráiler de 'Sueños de una escritora en Nueva York'
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