'Aún estoy aquí': elogio de una heroína discreta contra el fascismo
La nueva película del brasileño Walter Salles, recupera el caso de la desaparición en los años setenta de Rubens Paiva a partir de la resistencia de su mujer

'Aún estoy aquí'
- Dirección: Walter Salles. Guión: Murilo Hauser, Heitor Lorega y Marcelo Rubens Paiva
- 137 minutos. Brasil y Francia (2024)
- Con Fernanda Torres, Fernanda Montenegro y Selton Mello
En su primera película como director desde En el camino (2012), Walter Salles entronca con aquellos títulos de los años ochenta que denunciaban el horror de las dictaduras en Latinoamérica. En Aún estoy aquí parte del caso real de la desaparición del ingeniero y antiguo político Rubens Pavia en Brasil de los años setenta. Pero en lugar de fijarse en la trayectoria militante de Pavía e intentar despejar los detalles de su secuestro, Salles se centra en la reacción de su esposa y madre de sus cinco hijos, Eunice, a quien da vida Fernanda Torres (nominada al Oscar a mejor actriz). El filme subraya así como la condición de desaparecido de Pavía afecta a su entorno, al tiempo que traza cómo el terror incurre en la vida cotidiana de una familia ordinaria y acomodada.
Salles no pretende hacer una panorámica general de los acontecimientos políticos en Brasil de la época, y convierte a los Pavía en la caja de resonancia concreta de este período, desde que viven felices en su casa frente al mar en Río de Janeiro hasta que se convierten en el objetivo del gobierno militar. Mediante la figura de Eunice, Aún estoy aquí celebra otra forma de resistencia antifascista, la de una heroína discreta que, sin sobrepasar los límites de lo que se espera de una madre y esposa, se mantiene firme en la búsqueda del paradero de su marido y en la protección de la alegría de vivir de sus hijos, mientras experimenta un proceso de concienciación política. Salles no escapa a cierto convencionalismo en su propuesta, pero consigue un filme coherente en el punto de vista, y sobrio, como su protagonista, a la hora de abordar una situación sublevante. Sin embargo, como personaje, Eunice, resulta demasiado ejemplar y de una prenda. Excepto en la escena final, en la que se recurre a la madre de Torres, Fernanda Montenegro (la protagonista de Estación central de Brasil), para remachar la historia con una emoción contenida.