Netflix acoge la nueva insurrección aviar de plastilina
La plataforma estrena 'Chicken Run: amanecer de los nuggets', secuela del primer largo animado de la factoría Aardman
- Dirección: Sam Fell
- Guión: Karey Kirkpatrick, John O'Farrell y Rachel Tunnard
- 97 minutos
- Reino Unido (2023)
- Animación
Han pasado veintitrés años desde el estreno deEvasión en la granja, pero Chicken Run: amanecer de los nuggets pasa a lo largo de la nostalgia autocelebratoria. De hecho, más allá de cierta nitidez digital, las décadas que separan un filme del otro no se notan tanto en las imágenes como en las circunstancias que les rodean. El primero significó un notable éxito de taquilla para el estudio de animación Aardman, mientras que su secuela llega directamente a Netflix, con los fundadores Nick Park y Peter Lord asumiendo un rol de productores ejecutivos. Y si la corrección política ha sido la causa probable para que Zachary Levi sustituya a Mel Gibson como voz del gallo Rocky, Julia Sawhala afirma que le han apartado del proyecto porque suena demasiado vieja para encarnar a la valiente gallina Ginger, ahora doblada por Thandie Newton.
La controversia no impacta en el tono feliz de la película, que se ajusta al patrón de las segundas partes que invierten escenarios y situaciones: en vez de planear la fuga de una granja, ahora las gallinas deben acceder a un impenetrable matadero para salvar a las aves que viven en una cárcel colorista no muy distinta al mundo de los Teletubbies. El toque Aardman se mantiene en los gags visuales (puro slapstick de plastilina) y en los encantadores acabados artesanales de la stop-motion, pero es difícil sacudirse la sensación de que Chicken Run: amanecer de los nuggets modula las ambiciones a la baja, rellenando de ingenio epidérmico lo que antes era maravilla constante.