Presos que se rehabilitan con Shakespeare
En el drama 'Las vidas de Sing Sing', los reclusos de un centro de máxima seguridad encuentran en el teatro la dignidad perdida
- Dirección: Greg Kwedar. Guión: Clint Bentley y Greg Kwedar
- 107 minutos
- Estados Unidos (2024)
- Con Colman Domingo, Clarence Maclin y Sean San Jose
La imagen de un gorrión apoyado en la alambrada de una cárcel durante los primeros compases de Las vidas de Sing Sing nos muestra de inmediato las intenciones de la segunda película de Greg Kwedar: la poesía, como la vida, siempre se abre camino, incluso en las situaciones más desesperadas. No es muy habitual poner en pantalla criminales deslumbrados por la lírica de Shakespeare, pero en Las vidas de Sing Sing el teatro es el vehículo para que los internos de este centro de máxima seguridad del estado de Nueva York se reencuentren con la dignidad que perdieron cuando cruzaron los muros de la cárcel. comedias absurdas, sino que ríen, hablan y, al fin y al cabo, comparten las penurias y los anhelos de una vida en el trullo.
Sin embargo, este melodrama carcelario tiene un talante especial que va más allá del tema del que habla. En primer lugar, por su vínculo con la realidad que describe, ya que, si bien adapta un artículo deEsquire del 2005 sobre un programa de rehabilitación de presos a través del teatro, está interpretado –en parte– por exreclusos que hacen de sí mismos. Y, en segundo lugar, por la emoción con la que retrata los vínculos entre este grupo de hombres, punteada por la cinematografía de Patrick Scola y la música de Bryce Dessner. Kwedar no esconde en ningún momento que pretende conmover profundamente al público y, pese a la insistencia en el tema, lo cierto es que hay momentos en que lo consigue.