Récord de candidatas a los premios Gaudí: 85 películas, la mitad en catalán

BarcelonaDespués de batir récords de taquilla y producción en 2024, el cine catalán aguanta el tipo y consolida la trayectoria al alza este 2025. Ochenta y cinco producciones de cine competirán en los próximos premios Gaudí, que la Academia del Cine Catalán celebrará el 8 de febrero de 2026 en el Gran Teatre del Liceu. Es una cifra de récord en la historia de los premios, que alcanzan la mayoría de edad pudiendo celebrar un crecimiento sostenido en distintos frentes. De los cuarenta y cuatro largometrajes a competición, cerca del 40% se han rodado en catalán (17). Teniendo en cuenta que los Gaudí llegaron a tener un mínimo histórico de sólo seis candidatas en lengua catalana en las cosechas de 2020, 2021 y 2022, se trata de un crecimiento muy importante, del 130% respecto a cinco años atrás. Si se suman los documentales y cortometrajes preseleccionados –un formato en el que prácticamente domina del todo el catalán y que sube la media–, el balance de producción en lengua catalana alcanza el 53%, otro incremento respecto a los años anteriores, que se quedaba en el 40% y 47%.

Si hablamos de nombres propios, entre las catorce películas de ficción destacan títulos como Extraño río, de Jaume Claret Muxart, alabada por la crítica y estrenada en la Muestra de Venecia; la recientemente presentada en la Seminci Frontera, uno thriller histórico de Judith Colell; la intimista Muy lejos, de Gerard Oms, destacando la interpretación de Mario Casas; y la popular Wolfgang, de Javier Ruiz Caldera, que se ha convertido en el mejor estreno de cine en catalán del siglo XXI.

Hay que decir que la producción catalana en castellano también crece sostenidamente. En la categoría de película de lengua no catalana hay 26 filmes aspirantes, títulos que han marcado el año como la producción premiada en Cannes, Sirado, de Oliver Laxe, candidata española a los Oscar; la nueva película de Carla Simón, Romería; la película que arrasó en el festival de Málaga, Sorda, de Eva Libertad; Mi amiga Eva, de Cesc Gay; Los Tortuga, de Belén Funes, y el estreno de esta semana Siempre se invierno, de David Trueba, con David Verdaguer. En cambio, no hay Los domingos de Alauda Ruiz de Azúa que, pese a tener producción catalana, ésta no llega al 20% necesario.

En las categorías de documental se han seleccionado 16 títulos de los 23 presentados. Destacan nombres como el de Albert Serra con la película sobre el toreo Tardes de soledad, y cineastas como Laia Manresa, Ventura Durall, Claudio Zulian y María Valverde. En cortometrajes se han seleccionado 15 títulos de 60 inscripciones y se han escogido 10 películas europeas. A todo esto hay que sumar las cuatro películas de animación, entre ellas Olivia y el terremoto invisible, de Irene Iborra Rizo, el primer largometraje catalán de animación en stop-motion hecho en Barcelona.

Una cosecha regada con ayudas

Uno de los factores importantes para valorar el peso de la industria catalana son los presupuestos de largometrajes. Se certifica que crece el presupuesto medio de las ficciones: catorce títulos igualan o superan los tres millones de euros de presupuesto. De éstos, la mitad han sido firmados por una directora y tres se han rodado en versión original catalana, caso de Wolfgang, de Ruiz Caldera; Frontera, de Judith Colell, y Las irresponsables, de Laura Mañá. La buena cosecha del cine catalán también certifica el efecto que tiene regar la industria con ayudas, especialmente en relación a la salud de la lengua. Wolfgang y Frontera son dos películas que han recibido las grandes ayudas creadas por el ICEC para impulsar el cine con vocación comercial en catalán (1,2 y 1,5 millones, respectivamente, en 2022 y 2023), pero muchas de las otras también han recibido un apoyo elevado. El departamento de Cultura cada año ha dedicado más dinero público al cine catalán: de los 40 millones de 2022 se ha pasado a los 60 millones de euros para el sector audiovisual en 2024.

Ahora bien, la mayoría de grandes producciones siguen siendo en castellano. Según la Academia, los largometrajes de ficción en versión original catalana se han rodado con una media de 1,83 millones (1,69 millones el pasado año), una cifra muy destacable pero que queda corta si la comparamos con las producciones en castellano, que superan los 2,54 millones.

Sobre paridad, la brecha de género se ha eliminado en la dirección pero se mantiene en la producción, que está atascada al 40%, y en las opera prima (las mujeres reciben un 32% menos de presupuesto: ellos alcanzan los 1,9 millones y ellas se quedan con 1,3 millones de presupuesto por debutar).

"Celebramos el récord en la producción en catalán, hecho que, sumado a la consolidación de la media presupuestaria, nos acerca a los estándares europeos. Observamos tendencias positivas en casi todos los indicadores de nuestra industria, una prueba de que el cine catalán ha recuperado salud y fuerza. Ahora, el gran reto es asegurar que estas historias lleguen a ello; porque sólo así podremos seguir haciendo crecer nuestra cultura cinematográfica", ha dicho a través de una nota de prensa Judith Colell, presidenta de la Acadèmia del Cinema Català.

Este martes por la noche se da el pistoletazo de salida a los premios con una fiesta en la Antigua Fábrica Estrella Damm. Los 640 académicos con derecho a voto deben empezar a elegir a partir de mañana a los finalistas a lo largo de este próximo mes, y las nominaciones se sabrán el 16 de diciembre.