El milagro de Silvia Pérez Cruz inaugura el Festival Grec
La cantante de Palafrugell celebra una trayectoria impecable entre amigos en el Teatre Grec
BarcelonaNo tuvo que decir nada. Con una abrumadora presencia, Sílvia Pérez Cruz apareció en el escenario del Teatre Grec, toda amarilla, y entonó a capella uno Vestida de noche corprendedor. Tras él, un círculo de luz iluminaba al violinista Carlos Monfort, al contrabajista Bori Albero ya la violonchelista Marta Roma, un trío de cuerda exquisito que dejó claro el listón musical de la velada. Y es que ayer, miércoles, por la noche, en el concierto inaugural del Festival Grec 2024, la cosa iba de círculos.
Se cierra el círculo de Francesc Casadesús, que este verano se despide del festival que ha dirigido durante ocho años. También se cierra el círculo de Silvia Pérez Cruz, que con el último disco, Toda la vida, un día (2023), ha vivido un año apoteósico, quizá lo mejor de su carrera. "Cerrar un ciclo, volver a casa, cuidar las amistades", dijo la cantante de Palafrugell antes de interpretar a modo de introducción Él no quiere que el mundo se acabe, La flor y Mechita, tres piezas breves de una sensibilidad casi hiriente.
“Haremos un viaje irrepetible, porque esto es un milagro –dijo Pérez Cruz–. Compuse este disco entre Barcelona, Madrid, Jerez, Buenos Aires, Veracruz y La Habana, con unos ochenta músicos. Hoy tendremos unos sesenta aquí con nosotros”. A lo largo de casi tres horas, subieron al escenario el bailarín y coreógrafo Andrés Corchero, el guitarrista madrileño Josemi Carmona y la bailaora mexicana Karen Lugo, que regaló al público uno de los momentos más explosivos de la noche, una riada de energía flamenca.
O el músico argentino Juan Quintero, el cantante portugués Salvador Sobral, el cantautor irlandés Damien Rice y la cantante mexicana Natalia Lafourcade, que reafirmó su amor por la ciudad de Barcelona con un Mi última canción triste especialmente emotivo. Otra actuación para enmarcar fue la del músico cubano Roly Berrío, quien interpretó con Pérez Cruz Nombrar es imposible, una canción que celebra la belleza de no poder decirlo todo con palabras.
Calma política veraniega
Pocas horas antes de la inauguración, el Parlament había oficializado el inicio de la cuenta atrás para una repetición electoral, a la espera de los acuerdos que tantean al PSC y Junts con ERC como invitada imprescindible. Pese a esta situación política de calma tensa, en las primeras filas del anfiteatro del Grec se respiraba tranquilidad, incluso un aire de alegría veraniega. Una amplia representación de autoridades del Ayuntamiento de Barcelona, de todos los colores, también de Vox, asistieron engalanados en la cita. Desde el nuevo presidente del Parlament, Josep Rull, y la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, hasta el alcalde, Jaume Collboni, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Xavier Marcé.
En las primeras filas también había personalidades del mundo cultural, como los actores Carlos Cuevas y Miki Esparbé, las cantantes Mariona Escoda y Elena Gadel, la directora de cine Isabel Coixet y la ilustradora Raquel Riba. Y, por supuesto, Leticia Martín, que en septiembre tomará el relevo de Casadesús como directora del festival.
Los cinco movimientos de la vida
El concierto, al igual que el disco, se estructuró en cinco movimientos, uno por cada etapa vital. La infancia, la juventud, la madurez y la vejez. Y, por último, el renacimiento, como un estallido de vida nueva. El trío de cuerdas tuvo una fuerte presencia en el primer movimiento, pero pronto dieron paso a la explosividad movida de la juventud, con prendas como Sucio y El poeta es un fingidor. "Es bonito que en la inmensidad de la juventud puedas recurrir a la poesía para encontrar un poco el camino", dijo la cantante. Una cuarentena de cantores, algunos venidos de Palafrugell, se convirtieron en el Coro del Solsticio para cantar Aterrizados, la primera pieza del tercer movimiento.
“Hay mucha gente de Barcelona, y también hay gente de mi pueblo, del corazón de cuando yo era pequeña –dijo Pérez Cruz con una sonrisa pícara–. Parece mi cumpleaños de los cien años". "Entre el cuarto y el quinto, he querido añadir una transición profundamente necesaria", añadió la cantante antes de presentar a la poeta palestina Farah Chamma. "Estamos perdiendo a muchas personas bonitas; muchas, cada día", pronunció Chamma, que acto seguido dio voz a una poeta palestina asesinada por el ejército israelí.
Sin prisa, siguiendo el talante tranquilo de la palafrugellense, se sucedieron pequeñas actuaciones que, juntas , constituyen una imagen bastante precisa, y también preciosa, de quién es Pérez Cruz. del concierto en una rueda de prensa. Una cantante profundamente arraigada en su casa pero que no renuncia a conocer otros rincones.
quedó claro con la actuación de Carme Canela, profesora de canto de Esmuc, que compartió escenario con la hija adolescente de Pérez Cruz, Lola, que apareció por sorpresa. cantaron uno 21 de primavera transgeneracional que fue indiscutiblemente una de las imágenes más tiernas de la noche. Rita Payés, la promesa más consolidada del jazz catalán, subió un Estrellas y raiz también memorable. Y el público, entre silbidos y tonadas alargadas, se sumó poco a poco a la fiesta, que acabó como un velatorio nocturno en torno a un fuego de campo.