Prehistoria

Hace 6.000 años y en Oriente Próximo: éste fue el punto más álgido de violencia en el mundo

Una investigación arqueológica determina que la creación de los primeros protoestados y una crisis climática desencadenaron la brutalidad

Uno de los cráneos investigados
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BarcelonaHay testigos arqueológicos de violencia desde hace miles de años, y los investigadores intentan responder a muchos interrogantes sobre qué la desató. Las evidencias de cómo fluctúa la brutalidad y por qué vuelve son bastante perturbadoras. Uno de los momentos más álgidos de agresividad se produjo, según un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en Nature Human Behaviour, hace unos 6.000 años, es decir, entre los años 4.500-3.000 aC, con la creación de los primeros protoestados centralizados. Después de un período de paz relativa durante la Edad del Bronce media (3.300 - 1.500 aC), las disputas volvieron con fuerza durante la Edad del Bronce tardía y la Edad del Hierro (1.500 - 400 aC). Esta vez el desencadenante fue una sequía que duró 300 años.

Los investigadores han utilizado datos de restos de esqueletos de 3.536 individuos datados entre el 12.000 y el 400 aC, de siete países de Oriente Medio (Turquía, Irak, Irán, Siria, Líbano, Israel y Jordania). La mayoría de restos óseos analizados provienen de entierros convencionales. "Los esqueletos de contextos funerarios especiales como fosas comunes, masacres o incluso escenarios de batallas son una pequeña minoría. La mayoría de nuestras evidencias provienen de tumbas normales excavadas en casas o cementerios", afirma Giacomo Benati, quien ha liderado la investigación. Los restos óseos pueden contar muchas historias: "Hemos recopilado sobre todo evidencias de heridas tanto craneales como corporales causadas por armas. Hay muchas más fracturas craneales", añade el investigador del departamento de Historia Económica, Instituciones, Política y Economía Mundial de la Facultad de Economia y Empresa. Para saber si la fractura es accidental o provocada, los arqueólogos utilizan la regla de la línea del sombrero: se considera que las que se encuentran por encima de esta línea son las que ha provocado alguien con intención de hacer daño: "Un golpe en la cabeza era la forma más común de cometer un homicidio en el mundo premoderno", afirma Benati.

Más desigualdad, más violencia

Hay bastante consenso entre los arqueólogos sobre que el calcolítico marcó el fin de la prehistoria. Fue entonces cuando muchas comunidades dejaron atrás al neolítico y empezaron a crear los primeros estados y ciudades. "Esta evolución provocó innovaciones socioeconómicas y políticas muy importantes, pero también tensiones entre las poblaciones de Oriente Medio. El crecimiento demográfico y la fuerte concentración de la población en asentamientos superpoblados, sumados a la radicalización de la desigualdad causada por la formación de jerarquías, podría haber aumentado la competencia por los recursos y los conflictos", detalla Benati.

Los primeros antecedentes de los estados eran probablemente organizaciones políticas con base en las ciudades. "Las primeras élites competían entre sí por atraer a seguidores que eran fundamentales para organizar actividades económicas a gran escala, como la agricultura, la producción artesanal, el comercio, la construcción o, incluso, la guerra", explica el investigador. De hecho, en esta fase de la prehistoria ya existen evidencias de un despliegue militar y la creación de los primeros ejércitos equipados con armas metálicas.

La violencia también penetró con fuerza en muchas comunidades de Oriente Medio durante la Edad del Hierro (1500 - 400 aC). La región sufrió una sequía de 300 años que supuso muchos menos recursos, migraciones y conflictos a gran escala. "Es en esta fase cuando los estados de Oriente Próximo empezaron a crecer exponencialmente hasta obtener eventualmente el estatus de imperios universalistas que participaron en campañas expansionistas que involucraron a grandes ejércitos y comportaron desplazamientos forzados de las poblaciones", explica el responsable de la investigación.

Violencia y cambio climático

Según las investigaciones arqueológicas, la violencia ha fluctuado al menos desde la prehistoria. "La noticia positiva es que hoy estamos en una posición mucho mejor para entender tanto las circunstancias que desencadenan el conflicto como su evolución histórica. Deberíamos investigar mejor la vinculación entre el clima extremo y la violencia. Sabemos que las crisis climáticas tienen un gran impacto por la escasez de recursos y la creciente presión sobre estos recursos", concluye Benati. Teniendo en cuenta el momento actual y el cambio climático que vivimos, el investigador cree que es importante entender que la inestabilidad podrá aumentar bastante en el futuro: "Es crucial encontrar soluciones ad hoc", afirma.

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