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"Soy culpable de todo lo que se me acuse, pero ser inocente sería peor"

John Banville presenta en BCNegra 'Los ahogados', la última novela que ha escrito con el seudónimo de Benjamin Black

John Banville (también alias Benjamin Black) en la BCNegra 2025.
14/02/2025
3 min
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BarcelonaAunque esté a punto de cumplir 80 años, John Banville no tiene intención de bajar el ritmo creativo. Sigue publicando una novela por año y tiene una apretada agenda de presentaciones en todo el mundo. Irónico, locuaz y siempre dispuesto a autohumillarse –"De verdad que se me entiende? A veces pienso que sólo digo tonterías", ha llegado a afirmar este viernes por la tarde–, el escritor irlandés ha sido uno de los platos fuertes de la BCNegra 2025 gracias a la presentación deLos ahogados (Bromera/Alfaguara), la última novedad de su seudónimo más conocido, Benjamin Black, con el que ha firmado una decena de títulos.

"Me inventé Black hace veinte años porque por primera vez había escrito una novela donde había un crimen, inspirado en parte por la lectura de las novelas de Georges Simenon, uno de los grandes autores del siglo XX", ha hecho memoria en el cine Bosque junto al periodista Xavi Ayén, jefe de Cultura de La Vanguardia, que ha intentado analizar, sin éxito, las particularidades de su producción como Black, pero también la de Banville, de quien ha recomendado leer Las singularidades. "No me gusta la idea de que un autor escriba novela negra –ha dicho Banville–. Las novelas son buenas o malas. Y punto".

Banville creció en Wexford, una pequeña ciudad situada a un centenar de kilómetros de Dublín. "Cuando hacía años, mis padres me regalaban billetes de tren para ir a Dublín. Me parecía un sitio maravilloso. Aunque viva desde hace años, siempre me he sentido uno outsider. Es una buena sensación para un escritor", ha dicho. El pequeño Banville soñaba con escribir mientras jugaba con pistolas de juguete. Quizás este detalle le impulsó, muchos años después, a inventarse el inspector Strafford y el patólogo forense Quirke, el tándem que ya ha protagonizado una decena de novelas y una. sus novelas no le interesaba saber quién mataba a quien, sino estudiar a los personajes y sus reacciones: procuro hacer lo mismo –ha admitido–. Puedes escribir una novela criminal sin que nadie muera. Yo lo he hecho. Y puedes escribir otros de normales llenas de crímenes, porque la vida misma es un crimen". Banville ha profundizado un poco en esta afirmación más adelante: "Desde que era un niño he traicionado a mis padres ya mis hermanos, y ahora de mayor he hecho lo mismo con los hijos. Sería capaz de intercambiar un hijo por un buen párrafo de la próxima novela".

Banville trabaja ahora mismo en dos libros: la novela The last man y una autobiografía. "Solo contaré mentiras –ha dicho–. Estoy poniendo muchos detalles que me avergüenzan. Creo que los artistas somos las personas más afortunadas de la Tierra, porque incluso las cosas más terribles acaban nutriendo nuestras obras". Para el autor irlandés, escribir una buena frase es "cómo tocar una telaraña y hacerla vibrar", y la edad no ha hecho que deje de "sorprenderse de lo deslumbrante que es el mundo". Sin embargo, de vez en cuando, el novelista también vive algún momento difícil. "Una de las veces que he pasado más miedo fue por delante de Las Abuelas de Velázquez", ha explicado. Fue hace unos años, cuando pudo entrar en el museo fuera del horario de visitas y se quedó solo frente al cuadro de uno de sus pintores preferidos. "Cuando miras el abismo, el abismo te mira a ti, y lo mismo sucede con una obra de arte de esta categoría –ha añadido–. Soy culpable de todo lo que se me acuse, pero ser inocente sería peor: quisiera decir que he vivido una vida aburrida".

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