Literatura

Premio de Honor a Albert Jané, el escritor que hizo hablar en catalán a los pitufos

Poeta, gramático y traductor, dirigió 'Cavall Fort' durante casi veinte años y es autor del 'Diccionari català de sinónimos'

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Albert Jané recibe el premio de Honor de las Letras Catalanas.

BarcelonaHay escritores que dejan una obra sólida y otros que da la impresión de que hayan salvado la lengua en la que escribían. Albert Jané y Riera, 56º Premio de Honor de las Letras Catalanas, ha conseguido las dos metas: su solidez como autor se puede degustar extensamente en Caleidoscopio informal, novela de 1.400 páginas que Ela Geminada publicó en el 2018, el año en que Jané hacía 88; la titánica labor de salvador del catalán abarca numerosos frentes, entre ellos la gramática, los diccionarios, la rondallística y sobre todo la literatura infantil y juvenil. Òmnium Cultural ha decidido reconocer la larga trayectoria del "poeta, gramático y traductor" -tal y como le gusta definirse- con el Premio de Honor, dotado con 20.000 euros, por su "trabajo silente e incansable por la lengua catalana". "Decir Jané es poner también el foco en la lengua y en la escuela en un momento como el de ahora, de emergencia lingüística en estos ámbitos", recordó Xavier Antich, presidente de Òmnium.

"Una idea que me ha guiado ha sido la fidelidad al país, especialmente durante los años de persecución de la lengua durante el franquismo -ha hecho memoria Albert Jané-. No he sido nada precoz, pero he ido trabajando sin interrupciones. Y si se vive tanto como yo, que tengo más de 45 años en cada pierna, la producción debe ser alta". Jané, que cumplirá 94 años en agosto, nunca se ha permitido mirar hacia atrás para presumir de la cantidad y calidad del trabajo realizado desde finales de la década de los 50. Nacido en una familia proletaria barcelonesa en 1930 –que , aun así, disponía de una amplia biblioteca gracias a la condición de "barbero ilustrado" del padre–, pronto no le bastó compaginando la docencia como profesor de catalán para adultos con las horas que trabajaba en un banco y en 1962 dejó el trabajo y se implicó en la revista infantil Caballo Fuerte, acompañado por novelistas como Joaquim Carbó, Josep Vallverdú y Maria Aurèlia Capmany e ilustradores como Josep Maria Madorell, Pilarín Bayés, Maria Rius y Fina Rifà.

El 'milagro' de 'Cavall Fort'

"Caballo Fuerte ha sido un milagro: lleva más de 63 años en activo -ha dicho Jané-. Antes la revista no iba a competir con las pantallas y los móviles. En esos años algunos padres hablaban castellano a los hijos, porque creían que hacía más fino, y ahora es al revés, son los hijos que hablan en castellano a los padres", ha dicho Jané en relación con la situación actual de la lengua. "Creo que les medios de comunicación deberían ser más exigentes. Damos demasiada voz a los demás".

Entre 1963 y 1979, Albert Jané fue redactor de Caballo Fuerte, dedicándose entre otras tareas a la adaptación de más de un centenar de tiras cómicas para el público infantil y juvenil, entre ellas las de Corto Maltese, Sergi Grapes y Lucky Luke. Fue en Caballo Fuerte que, en una historia de Jan y Trencapins del dibujante belga Peyo, se encontró por primera vez unos secundarios de piel azul que vivían en medio del bosque y los bautizó con el nombre de pitufos. ¿Cómo se le ocurrió la palabra? "Pitufo es uno de los nombres del demonio en Mallorca y la palabra me hacía gracia. Además, permitía convertir el nombre en verbo, en este caso pitufar, que me parecía muy eufónico –me hace memoria–. También rememoraba de lejos el nombre de un personaje catalán muy conocido, Patufet. Había, por tanto, también la voluntad de seguir una cierta tradición".

Ingenio y exigencia

La palabra pitufo y el verbo pitufar han sido pronunciados por varias generaciones de catalanes, ya sea gracias a la lectura de las tiras cómicas como a partir de la adaptación televisiva, que emitió TV3 en la década de los 80. La contribución de Jané a la lengua catalana va desde ingenioso trabajo con los Pitufos hasta la dirección de Caballo Fuerte (entre 1979 y 1997), la traducción y adaptación de más de 200 libros (de autores como Andersen, los hermanos Grimm, Roald Dahl, Gianni Rodari y Homer, de quien ofreció una versión para jóvenes delOdisea), la escritura de cuatro gramáticas, entre las que se encuentra la fundacional Signo (1962), de la que se editaron más de 100.000 ejemplares, y Gramática esencial de la lengua catalana (Bruguera, 1966), y el Diccionario catalán de sinónimos (Aedos, 1972), que desde hace años se puede consultar online en el portal del Institut d'Estudis Catalans, institución de la que Jané es miembro de la Sección Filológica. Cada año, la versión online del Diccionario de sinónimos recibe tres millones de visitas. "Jané es el continuador más fiel de la obra gramática de Pompeu Fabra, según el filólogo Joan Martí, de la Universidad Rovira i Virgili", ha recordado Xavier Antich antes de mencionar la importancia del trabajo del autor en todos los campos de la lengua, desde la lingüística y la divulgación hasta la docencia y la creación. "Este diccionario de sinónimos no tuvo mucha suerte, fue pasando de una editorial a otra hasta que acabó como Maria Antonieta, guillotinado –ha explicado el autor–. El libro ha tenido una segunda vida en la red".

Aparte de la monumental novela Caleidoscopio informal, Albert Jané ha levantado una obra de creación casi secreta, que pasa por Cuentos de Cataluña (1975), Los caminos irresueltos (1986), Tres villancicos y tres romances (1998) y El libro de Daniel (2006). Ni siquiera el ingreso en una residencia geriátrica en Santa Coloma de Gramenet hace tres años ha frenado su actividad literaria. "Ahora escribo a mano y después lo paso a máquina: ahora mismo estoy trabajando en un dietario breve y sigo haciendo artículos, y cada mes envío a cincuenta amigos un cuento o poema que escribo. Hace pocos días he tenido el honor de traducir una nueva historia de los Pitufos para Caballo Fuerte", ha explicado. El autor ha lamentado que tiene un "dietario muy extenso", que abarca muchos años y que "seguramente permanecerá inédito por los siglos de los siglos". "No es el único texto inédito que tengo: los hay decenas en el Institut d'Estudis Catalans", ha añadido. Habrá que ver si, ahora que Jané ha sido bendecido con el Premio de Honor de las Letras Catalanas, su obra de creación, hasta ahora poco divulgada, volverá a las librerías y ganará a los lectores que merece.

Instituido en 1969, el Premio de Honor de las Letras Catalanas ha distinguido a lo largo de casi seis décadas autores como Pere Calders, Mercè Rodoreda, Joan Coromines, Joan Fuster, Jaume Cabré, Miquel Martí i Pol, Montserrat Abelló, Teresa Pàmies, Quim Monzó e Isabel-Clara Simó. El acto de entrega será el 17 de junio en el Palau de la Música Catalana en Barcelona.

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