Literatura

La primera novela de la historia no es la que crees

Adesiara publica la primera traducción catalana de 'Calírroe', de Caritó d'Afrodísias, escrita hace más de 2.000 años

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Detalle del cuadro 'La juventud y el tiempo', del pintor prerrafaelita John William Godward

Barcelona"El debate erudito sobre los orígenes del género novelístico ha sido largo y al cabo del tiempo permanece en buena medida abierto", escribe Jaume Almirall, traductor y doctor en filología clásica por la Universidad de Barcelona, ​​en la introducción de Calírroe, de Caritón de Afrodísias, publicada por Adesiara. Entre las obras pioneras en este género de géneros, que se alimenta tanto de "elementos en prosa provenientes de géneros como la historia y la oratoria como de elementos de la poesía", precisa Almirall, hay cinco novelas escritas en griego antiguo que nos han llegado completas. Entre ellas, las más conocidas son Dafnis y Cloe, de Longus, y las Etiópicas de Heliodor, datadas de finales del siglo II y mediados del siglo III, respectivamente. Hay que añadir las Efesíacas, de Jenofonte de Éfeso, de inicios del siglo II, y Leucipe y Clitofonte, de Aquiles Tacio. Esta última, de finales del siglo II, ha sido traducida recientemente por Roser Homar para la colección Bernat Metge (2020).

Hay una quinta novela que, hasta bien entrado el siglo XX, se creyó que era la más tardía de todas las que se conservaban. "La escritura de Calírroe, de Caritó de Afrodísias, se había situado entre los siglos V y VI, pero la papirología ha demostrado que era muy anterior, incluso previa a las Efesíacas –explica Almirante–. Su composición se sitúa entre los reinados de Augusto y Nerón, es decir, entre el último cuarto del siglo I aC y la primera mitad del siglo I". Este detalle la convierte en "la más antigua" de las novelas las que hoy podemos leer enteras.

Una historia de amor y aventuras.

Calírroe cuenta una historia de amor y aventuras ambientada en Siracusa. Empieza con una fiesta pública en honor a la diosa Afrodita. "A Calírroe, que hasta entonces no había salido de casa, la madre se la acompañó, ya que la ocasión lo exigía, para que se prosternase ante la diosa –leemos en la edición de Adesiara–. Y justamente entonces Quéreas iba andando del gimnasio hacia casa resplandeciendo como una estrella: porque sobre el estallido de su rostro florecía el enrojecimiento de la palestra como sobre la plata el oro". Los dos jóvenes, "ambos muy bien plantados" –matiza Almirall– coinciden cara a cara en "una vuelta de calle de lo más estrecho" y, tras "topar uno con otro", se enamoran, "por cuanto la belleza y la nobleza iban juntas".

Aunque no tarden en casarse, su vida juntos tendrá un final abrupto. "Calírroe tiene muchos pretendientes, y envidian a Quéreas porque es el elegido –comenta el traductor–. Uno de ellos se propone hacer creer al marido que Calírroe le es infiel". Quéreas cae a la trampa. "Dominado por la cólera", escribe Caritó de Afrodísias, venta una patada a la mujer. El pie acierta "de lleno el diafragma de la chica" y le corta la respiración. Después de que se haya desplomado y hayan tenido que tumbarse en la cama, la dan por muerta y la entierran con sus riquezas.

Todo esto ocurre en las primeras veinte páginas de la novela, que enseguida vira hacia las aventuras. "Una cuadrilla de piratas y de ladrones de tumbas encuentran a la chica con vida dentro del sepulcro –explica Jaume Almirall–. En vez de matarla, se la llevan como parte del botín hacia Asia y allí la venden como esclava". Calírroe irá saltando de un amo a otro, "cada vez hombres más poderosos y ricos, y no habrá ninguno que no quede fascinado por su belleza". Quéreas, por su parte, después de descubrir que su mujer no le había sido infiel, también abandona a Siracusa para encontrarla con la voluntad de hacerse perdonar. "Uno y otro vivirán peripecias con riesgo de muerte constante", adelanta Almirall.

La aparición de Calírroe, hasta ahora inédita en catalán, ha sido fruto "casi del azar", recuerda el traductor. Mientras preparaba una nueva versión deEdipo rey, de Sòfocles, Jaume Almirall se presentó al premio Vila de Martorell Memorial Montserrat Ros de Traducción de clásicos, dotado con 2.000 euros. "Tenía cuatro o cinco pasajes traducidos para una conferencia que había dado en el Institut d'Estudis Catalans, los revisé y probé suerte –recuerda–. Ganar el premio ha hecho que me pudiera dedicar". Almirall ha traducido anteriormente del griego antiguo varias tragedias de Eurípides para Bernat Metge y Historia de Lucio. El hombre que se convirtió en burro, de Luciano de Samósata (La Magrana, 2004). Del griego moderno se ha ocupado de Nikos Kavadias –tanto en Li y otros relatos (2013) como Guardia (2021), ambos para Club Editor– y de Kostas Taktsís en La tercera boda (Trotalibros, 2022).

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