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El triunfo de Joana Sagrera, a quien el marido hizo cerrar "por loca"

Su caso abrió un intenso debate entre los médicos europeos en el siglo XIX y la prensa internacional se hizo eco.

Una ilustración editada por el impresor Charles Labielle de la inauguración del Manicomio de Sant Boi de Llobregat en 1854
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Sant Boi de Llobregat"El caso de Joana Sagrera y Guix parece un folleto trágico, pero fue un caso real que hizo historia, porque se trata del primer caso documentado de detención ilegal en el psiquiátrico de Sant Boi", afirma Enric Vicens, médico psiquiatra y responsable de docencia y de estudios del Parque Sanitario San Juan de Dios. Vicens, que presentó el caso en una mesa redonda celebrada en el centro sanitario, explica que Joana Sagrera (1817-1874) era la hija de una importante y acomodada familia valenciana que se casó. el más pequeño de los que murió cuando tenía siete u ocho años, y eran los tatarabuelos de la ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. heredó Joana, por deseo de su madre, Anna M. Guix. No podemos saber si cuando se casaron amaban o qué sucedió en casa, pero hacia 1860 Juana quería separarse, cosa nada sencilla a mediados del siglo XIX. En su caso, el hecho de que tuviera parte del patrimonio lo hacía aún más complicado. "La convivencia había empeorado bastante porque Nolla colocó al frente de la fábrica a un director inglés, Mr. Duvies, que fue a vivir con su esposa a casa del matrimonio valenciano. Todo se tensionó bastante cuando la mujer del director de la fábrica se convirtió en el amante de Miquel Nolla", explica Vicens.

La lucha por la separación

En ese momento había muchos prejuicios e ideas preconcebidas sobre las mujeres, que incluso se defendían científicamente. Joan Giné i Partagós (Barcelona, ​​1836-1903), rector de la Universidad de Barcelona y director del manicomio Nova Belén, primero en Gràcia y después en Sant Gervasi de Cassoles, afirmaba: "En la mujer, la menor potencia del cerebro corresponde a la menor intensidad de su inteligencia. La mujer es más sentimental que más criatura y más, por lo general, por lo general.

Sagrera se quejaba en algunas cartas del carácter "colérico" del marido y de las continuas vejaciones y malos tratos. Tenía como aliado a su tío, Gaspar Dotres. Intentó marcharse de casa más de una vez. En una de las ocasiones, el marido la mandó a buscar y le dijo que si no volvía a casa se arriesgaba a perder a sus hijos. Volvió, pero Nolla prácticamente no la dejaba salir y, poco después, Sagrera se marchó a Madrid para hablar con un abogado que le ayudara a gestionar la separación. Antes de ir a Madrid, Nolla le hizo firmar una carta en la que especificaba que se marchaba por propia voluntad y que no diría nada en contra de él. Cuando regresó de Madrid, en casa no estaba ni el marido ni los hijos.

"En ese momento, la hicieron ir a ver a los médicos Antonio Navarra y Manuel Pastor engañándola con la excusa de que había que curar un dedo. Los dos médicos la examinaron y dictaminaron que tenía «una monomanía afectiva, con tendencia a los ataques de demencia, tal vez furiosa». Aconsejaban que la trasladaran al manicomio.

Finamente, la encerraron en el manicomio de Sant Boi, y los médicos Wenceslao Picas y Emili Pi y Molist hicieron otro informe asegurando que sufría "una exaltación de las facultades intelectuales y una leve depresión de las afectivas, un estado que, sin constituir una verdadera alteración mental, fácilmente podría". Dictaminaron que fuera separada de la familia y que siguiera cerrada. Sagrera pudo ponerse en contacto con su tío, que acudió al gobernador civil de Valencia reclamando que la dejaran salir de Sant Boi. Finalmente, un juez decidió que le enviaran a un convento de Gràcia y que le examinaran otros médicos que dictaminaron que no habían notado "ni el más leve síntoma de alineación mental y que no tenía ningún desorden". La Academia de Valencia también llegó a la conclusión de que Joana Sagrera no tenía problemas mentales.

Un debate internacional

A partir de ahí, se inició un debate tanto en España como en Europa entre distintos médicos. Uno de los momentos más álgidos fue cuando la Sociedad Medicopsicológica francesa debatió el tema y el concepto de monomanía recibió críticas durísimas, tal y como recoge Marta Cuñat Romero en el artículo "Las cartas locales de doña Juana Sagrera", publicado en la revista de historia de la psiquiatría del CSIC. "Brière de Boismont publicó el artículo «El affair Sagrera» a los Annales Médico-Psicológicas e hizo una lectura interesada de las cartas de Joana Sagrera para llegar a la conclusión de que no quería saber nada de sus hijos, aunque ella preguntaba constantemente por sus hijos", asegura Vicens. El caso de Sagrera salió a la prensa europea y estadounidense. Al final, el juez dictaminó que había sido víctima de una detención inocente y: el director del manicomio, Antoni Pujadas; Miquel Nolla, y los hermanos de Joana que le habían ayudado, Francesc y Lluís Joana Sagrera se pudo separar de Miquel Nolla, pero prácticamente no pudo tener ninguna relación con sus hijos.

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