Sant Jordi

Tercer Sant Jordi de pandemia en los hospitales: "Hemos perdido el miedo"

En el Clínico solo hay tres pacientes críticos, muy lejos de los 72 de hace dos años

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Las rosas de las voluntarias llegan a planta

BarcelonaA las 7 de la mañana ha empezado el turno Pep Miranda, que este Sant Jordi es el jefe de enfermería de guardia en el Hospital Clínico. Se perderá la fiesta en la calle porque sale a las 10 de la noche, pero aquí dentro también se celebra: una quincena de voluntarias se han puesto a repartir 3.000 rosas a las 7 y media de la mañana para que lleguen a los pacientes y profesionales con el desayuno. "Lástima de la mascarilla . No es lo mismo dar la rosa con una sonrisa", lamenta una voluntaria. Tampoco pueden entrar en las habitaciones, lo hacen las enfermeras. "¡Feliz día!", se escucha desde el pasillo de cirugía cardiovascular.

Afuera vivimos Sant Jordi como un respiro del covid y aquí dentro también se nota que la curva es baja porque los pasillos están vacíos. "Todo esto que ves... eran UCI", señala el enfermero. Pasillos, despachos, todo el hospital estaba ocupado por enfermos covid. En Sant Jordi de 2020 había ingresadas 342 personas con covid (72 de ellas en la UCI). Hoy hay solo tres críticos y 52 enfermos más en planta. "Los pacientes de la UCI son muy diferentes de los que teníamos. Ahora su problema no es el covid, sino otras patologías, pero tienen que estar aislados porque están infectados", aclara la internista Lorena de la Mora, responsable este sábado de la UCI, que ya es mixta y no exclusiva de covid. "La parte más difícil está superada. Venimos a trabajar más tranquilos. Hemos perdido el miedo", afirma Miranda. Mirando atrás les parece increíble lo que han superado: "Eran horas y horas y más horas, abriendo espacios para tener más pacientes", recuerda. Ahora, en cambio, les quedan solo una UCI y tres salas dedicadas a covid, una a punto de cerrar. "Tengo la sensación de que esto empezó hace muchísimo, es una sensación tediosa y larga. El año pasado fue muy duro, la sensación de decepción constante", recuerda la doctora.

Los dos anteriores Sant Jordis aquí dentro ni se notaron. "Yo creo que por la preocupación", dice Miranda. "Estábamos mucho peor", recuerda De la Mora. Que el epidemiólogo Antoni Trilla pase el Sant Jordi en Sitges haciendo un arroz con la familia ya es indicativo del cambio. "Hemos salido del túnel, pero siempre tenemos una cierta alerta por sí en pocos días hay un crecimiento exponencial. De hecho, hace dos años que no tenemos una vida laboral normal. El covid condiciona nuestro día a día. Es una situación que no se acaba nunca", recuerda Miranda, que hace 31 años que trabaja en el Clínico. "Estamos cansados y quemados, porque seguimos viendo covid después de dos años", dice la doctora. En el hospital se mantienen las normas pandémicas –mascarillas y restricciones de visitas–, así que es difícil olvidarlo ni por la fiesta. Como tampoco se puede olvidar de que por aquí transita la muerte: la doctora Lorena de la Mora hoy se tiene que concentrar con un paciente que está inestable. Qué triste tiene que ser morir en Sant Jordi.

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