Madrid-Barça

¿Tiene el Barça de Xavi un discurso realista?

Así han sido los discursos de los entrenadores después de las derrotas más dolorosas de los últimos años

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Xavi Hernández durante el clásico de este domingo.

MadridXavi Hernández ha vivido esta semana las comparecencias de prensa más duras desde que es entrenador del Barça. Porque después de un verano con una fuerte inversión en fichajes —se han cumplido todas sus peticiones a excepción de Bernardo Silva y Azpilicueta—, su "proyecto en construcción" es todavía demasiado tierno y se ha llevado dos batacazos duros. Después del empate contra el Inter, el técnico habló de errores en defensa, pero se escudó en "una primera parte muy buena del equipo" y en el hecho de que sus jugadores lo intentaran "hasta el final". La realidad es, sin embargo, que el equipo estará eliminado de la competición si los italianos derrotan al Viktoria Plzen. "La Champions ha sido muy cruel con nosotros", reitera el técnico.

Después de la derrota en el clásico, Xavi habló de "decepción" y de la necesidad de "mejorar" y asumió responsabilidades, y negó que señale a los jugadores. Pero volvió a faltar autocrítica. "En la primera parte no hemos estado mal, hemos dominado y hemos tenido al Madrid en su campo. En la segunda parte nos han dominado ellos, hasta que han llegado nuestros cambios, que nos han aportado más intensidad y agresividad. Ellos han aprovechado sus oportunidades y nosotros no". Un discurso que choca con el partido: el Madrid, sin hacer gran cosa, desnudó a un Barça que solo jugó bien a ratos.

Paralelamente, Joan Laporta pagó su indignación yendo al vestuario de los árbitros a pedir explicaciones. La mala imagen en el Bernabéu y el penalti no anulado por un previo fuera de juego de Rodrygo desataron la ira del presidente, que sufrió una jornada complicada en Madrid. Días antes del clásico, algunos directivos, afectados todavía por la decepción en la Champions, valoraron la posibilidad de no viajar a la capital española. Finalmente, las voces más optimistas de la cúpula los disuadieron de cambiar de planes, pero el rendimiento del equipo en el césped les volvió a despertar el enfado. Además, en el ámbito personal, el presidente ejecutivo tuvo que quedarse en Madrid después del partido para atender a su hijo pequeño, que fue detenido por un presunto maltrato a su pareja. Este lunes el juez lo ha dejado libre sin cargos.

De Koeman a Xavi: el discurso de las excusas

A pesar de la indignación de Laporta con la comitiva arbitral en el Bernabéu, Xavi no incidió mucho en ello en sus declaraciones después de la derrota contra el Real Madrid. El entrenador no utilizó la actuación de Sánchez Martínez como un argumento para explicar la derrota, sino que optó por una visión más focalizada en lo que había hecho bien su equipo y con poca autocrítica. A pesar de las notables diferencias entre uno y otro, el discurso del entrenador tiene una cierta similitud con el de Ronald Koeman.

La etapa del técnico neerlandés fue especialmente turbulenta, con la pequeña alegría de ganar la Copa, pero el Barça encajó duras derrotas tanto en la Champions como contra el Real Madrid. ¿Qué dijo Koeman después del 1-4 de la ida de los octavos contra el PSG en el Camp Nou? ¿Puso excusas? Sí. "La primera parte ha sido más igualada que la segunda. Hemos tenido una oportunidad clara de Ousmane desaprovechada cuando ganábamos 1-0 y ellos nos han empatado muy deprisa. En algunos aspectos del partido han demostrado ser un equipo más completo, más físico y muy efectivo", arrancó. "El resultado siempre es responsabilidad del entrenador. Creo que hemos intentado dominar, pero en la segunda parte no hemos podido frenar a sus delanteros. Es una reflexión del momento en el que estamos. Ellos son un equipo con fichajes y nosotros un equipo en transición, y se tiene que aceptar", añadió.

Koeman disparaba contra los árbitros de forma mucho más evidente que Xavi, se quejaba de la falta de fichajes por la situación económica del club y de las lesiones importantes, como la de Ansu Fati. En su segunda temporada en el cargo, ratificado con la boca pequeña por Laporta, decía a menudo que todo era más difícil después de la marcha de Messi y Griezmann y que "el Barça no estaba para ganar muchas cosas".

También dijo que no se le podía exigir ganar la Champions y que acabar "en una posición alta en la Liga sería un éxito". Esto, de hecho, lo comunicó con la lectura de un comunicado en una rueda de prensa en la que no aceptó preguntas el 22 de septiembre del año pasado, un mes y poco antes de ser cesado. El neerlandés seguramente tenía razón en muchas de sus quejas, pero no era mucho de hacer autocrítica y sí de excusarse. Quiso mandar un mensaje realista, pero no acertó ni el momento ni el tono. El juego deficitario de su equipo tampoco acompañaba. Con Xavi, por el contrario, este curso había emergido un discurso optimista gracias a los fichajes y al buen inicio de curso. Pero esta semana, con los exámenes de peso, se ha vivido un baño de realidad.

Las derrotas de Setién y Valverde

Antes, vivieron lo mismo Quique Setién y Ernesto Valverde. "Cuando te ganan 4-0 no puedes poner excusas", diría el técnico extremeño después de la vergonzosa eliminación por 4 a 0 en Anfield el 7 de mayo de 2019. El técnico cántabro fue el parche escogido para relevarlo después de la negativa, entre otros técnicos, de Xavi. Su breve etapa fue dramática y recoge uno de los episodios más oscuros de la historia del Barça: la eliminación por 2 a 8 a manos del Bayern de Múnich. "Es una derrota que duele muchísimo. Son demasiados goles, muchos de los cuales, es verdad, merecidos. No hemos empezado mal, pero el equipo se ha visto desbordado a menudo y ellos han sido muy efectivos. Su contundencia nos ha superado".

Después de esta derrota, Setién sabía que sería fulminado. "Vergüenza, esta es la palabra. Nadie es imprescindible. Si tiene que venir sangre nueva y cambiar la dinámica, soy el primero que me ofrezco para irme", dijo, entonces, Gerard Piqué. El central continúa en un club donde todavía falta una autocrítica sincera.

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