Toda una vida esperando De Jong
BarcelonaEl fútbol a veces nos despierta los sentimientos más oscuros. En pocos días algunos aficionados han pasado de verse en Canaletes después de golear al Athletic a pedir un juicio público contra sus futbolistas por los hechos de Stamford Bridge, acusándoles de traición. Puede llegar a dar miedo la crueldad con la que pueden ser valorados futbolistas del equipo que amas cuando el balón no entra. Cierto es que el Barça naufragó en Londres. ¿Pero hay que criticar crudamente a jugadores como Fermín? ¿Tuvo el día? No. ¿Es necesario crucificarlo? Tampoco.
Se puede perder en el campo del Chelsea y reaccionar. El Barça afronta un momento complicado, porque no se reencuentra la magia de hace un año, se añora a Iñigo Martínez y hay que recuperar la mejor versión de jugadores que han sido lesionados, ya sean Lamine, Raphinha o el añorado Pedri. Se puede criticar al equipo sin romperlo todo. Pero algunos jugadores... bueno, algunos son ya sospechosos habituales. Araujo, por ejemplo, de quien ya sabemos que no será un Puyol o un Piqué, castigado por un estilo al que no se adapta y fallos incomprensibles.
O De Jong. A Araujo le criticamos por lo que hace y creo que con el neerlandés el problema es lo que no hace. Es el rey de las estadísticas intrascendentes. Es ese compañero de trabajo que no hace nada malo, pero no hace nada bien. Que siempre calla en las reuniones, con poca iniciativa. Que hace el horario de trabajo exacto y, cuando toca, se levanta y sale rápido del trabajo. Aquellos trabajadores que nunca serán añorados, cuando se marchan. Que sin hacer nada mal, les olvides. Y ahí está el problema: en una oficina podemos aceptarlo pero en medio del campo del Barça, no. No es suficiente.
En el Barça, los centrocampistas lo cuentan todo. Marcan diferencias, como suele hacer o suele intentar Pedri. De Jong entrega balones con frialdad, va arriba y abajo, pero nunca decide partidos. Nunca empuja al equipo, nunca se inventa jugadas prodigiosas. Es la frialdad hecha futbolista. Un centrocampista magnífico, pero no el centrocampista que necesita el Barça. Hace muchos años que esperamos que aparezca el mejor De Jong. Han cambiado los entrenadores y sus compañeros de baile. Y nada, no ocurre nada. Simplemente sigue jugando, de forma correcta en la mayoría de las veces, y superado cuando llegan los días importantes.
Llevamos tantos años esperando que este ex jugador del Ajax sea un centrocampista decisivo que hemos perdido la esperanza. Ya ni recordamos por qué llegó, pero parece que haya estado toda la vida aquí. Un día miraremos atrás y nos fregaremos los ojos con la cantidad de partidos y temporadas que habrá jugado. E intentaremos recordar un gran partido suyo... y costará.