El fenómeno Braithwaite para retratar una deriva: los apuntes en caliente del Barça-Elche

Dos asistencias del danés contra el Elche no esconden sus limitaciones

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Los jugadores del Barça, felices después del 3-0 en la Elche.

BarcelonaHay futuro. Después de una primera parte soporífera contra un candidato al descenso como el Elche, el Barça se aplicó para empezar a rehacerse de la bofetada del PSG y del triste empate ante el Cádiz. Lo hizo, qué sorpresa, de la mano de los tres únicos jugadores que, más allá de Ter Stegen, Araujo y Ansu Fati, generan consenso de cara al futuro. Messi, que hizo dos goles y ya es pichichi en solitario; De Jong, que ya hace días que cabalga en la dirección correcta, y Pedri, fuente infinita de recursos en cualquier posición de la medular. Tranquiliza pensar que si el 10 no renueva quedarán fundamentos para edificar algo con sentido.

Echar de menos a Arthur. Las dudas llegan con la figura de Koeman, que sigue poco predispuesto a sacudir los roles del vestuario cuando las opciones de levantar un título son más bien remotas. Aún así, es cierto que el neerlandés está dirigiendo el Barça menos dotado de la última década, con futbolistas tan tiernos e intermitentes como Dest o Trincão obligados a rendir de primeras cuando veteranos como Pjanic no funcionan. Si Pedri es la cara de la campaña, sin duda el bosnio, que volvió a abandonar un partido en el descanso, representa la cruz. Qué decepción.

La decadencia. Braithwaite también ayuda a entender la deriva del Barça. El danés, pagado a precio de oro antes de la pandemia, aguantó en la plantilla porque el club no pudo traer a un ariete para sustituir a Suárez. Nada que decir sobre la perseverancia del ex del Leganés, que aportó una buena asistencia para desatascar el partido en un fugaz regreso al 4-2-3-1, el dibujo que mejor le va, y también sirvió el 3-0 a Jordi Alba. Ahora bien, que un futbolista tan limitado como él rompa la progresión de jóvenes como Konrad de la Fuente dice poco de Koeman como arquitecto del cambio que necesita el equipo.

Uno de los mejores de la Liga. A los 29 años, Edgar Badia jugó en el Camp Nou por primera vez en su carrera en partido oficial. El portero del Elche no evitó la derrota de su conjunto, pero demostró en un gran escenario por qué es uno de los jugadores revelación del curso. Fue uno de los artífices del ascenso del conjunto ilicitano gracias a su media de paradas por partido, la más alta de la categoría, y está manteniendo la frecuencia de intervención en Primera. Contra el Barça amargó a Trincão con dos grandes paradas. Si sigue así, y aunque el Elche se mantenga en la élite, seguro que le saldrán pretendientes de más entidad. Se lo habrá merecido.

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